En Santa Rosa, la deuda con los empleados municipales es, desde junio, el principal dolor de cabeza para el intendente Sergio Salgado y ayer, en medio de un problema que en los últimos meses no ha parado de crecer, hubo una manifestación de ATE frente a la comuna, con cánticos, quema de cubiertas y un pedido de diálogo con el intendente, que finalmente no se concretó.
El panorama es complejo y, para colmo, no todo el personal está en la misma situación, ya que si bien a la totalidad de la gente se le debe el pago de setiembre, hay un 30% que hoy ni siquiera ha cobrado agosto (las clases 7 y superiores) y más atrasados aún están funcionarios y concejales, a los que a esta altura ya se les debe tres meses de sueldo.
“La gente está molesta y con razón porque no han cobrado el sueldo y no saben cuándo es que les van a pagar”, señaló Juan Carlos Tazat, secretario de ATE en la zona Este, para quien el panorama se empieza a complicar en otros municipios: “No sólo Luján o Guaymallén, incluso en Junín, una comuna que dice ser ordenada y que asegura tener tres sueldos de su personal ahorrados, ha comenzado a quitar la mayor dedicación a la mayoría de sus empleados”.
En Santa Rosa y por segunda semana consecutiva, este martes el Concejo Deliberante estuvo de paro y los ediles sesionaron sin la asistencia del personal. También hubo quite de colaboración en las delegaciones de La Dormida o Las Catitas, aunque algunos empleados aseguran que hay presiones para que la gente no deje sus puestos: “Como lamentablemente ya nos acostumbramos a cobrar tarde, lo que hay entre los compañeros es miedo a perder el empleo”, dijo un municipal de La Dormida que ayer estuvo en la manifestación.
“Yo no voy al paro pero tampoco trabajo demasiado, sólo lo justo y necesario hasta que se arregle”, se justificó una empleada en una de las oficinas de la comuna mientras ojeaba una revista.
El Ejecutivo santarrosino asegura que la provincia aún le debe 1,9 millón de pesos que deberían haber ingresado la semana pasada, dinero con el que el municipio podría haber cancelado los sueldos más atrasados, es decir los de agosto, los de ese 30% del personal al que ya le deben dos meses y que está incluso primero en la escala de prioridades, por encima de los tres sueldos que se le adeuda a funcionarios y concejales.
Mientras tanto, Salgado dice haber encontrado en la banca privada una solución a su problema, y luego de que la semana pasada anunció el cambio de agente financiero (la comuna pasó del Nación al Santander Río), ahora el municipio está transfiriendo las más de mil cuentas sueldos de sus empleados y en quince días prometen entregar las tarjetas de débito y crédito. De todos modos, el primer sueldo fuera del Nación sería el de octubre.
“El gobierno no envía el dinero que nos debe y entonces no tengo con qué pagar a los empleados”, se defiende Salgado cada vez que le preguntan y sostiene que el convenio con la banca privada permitirá al municipio operar con un descubierto inicial. Dice que así pagará los sueldos del personal juntos y a tiempo. “El banco sabe que va a cobrar porque tarde o temprano, la plata que es de la comuna llega”, dijo el intendente y aunque sostiene que ese descubierto “no tendrá intereses porque es sólo de unos pocos días”, los concejales de la oposición señalan que ni siquiera han tenido acceso a la letra del acuerdo: “No sabemos de qué se trata porque nunca nos llegó una copia del convenio, aunque no conozco banco que preste plata sin cobrar intereses”, cerró el edil Antonio Ponce (PD).
