Brasil ya sintió los efectos de la disputa comercial entre Estados Unidos y China. Como contracara del aumento de las exportaciones debido a la interminable demanda de materias primas del gigante asiático, hay que computar una creciente dependencia como socio comercial.
Según un informe del diario Valor Económico, los chinos fueron los responsables del 26,8% de los embarques que partieron de los puertos brasileños entre enero y octubre de este año, lo que contrasta con el 22,5% de lo enviado en 2017.
Eso fue un resultado concreto de la guerra de aranceles que redundó en el aumento de la demanda hacia Brasil de granos, carne y productos minerales. Casi la mitad de lo que el país produce de estas commodities (el 47,7% o u$s 47.300 millones) tuvieron como destino China, acumulando un aumento en el acumulado hasta octubre de 6,1 puntos porcentuales en la estadística interanual. En cambio, hacia Estados Unidos viaja el 12% del total.
Desde 2001 que las exportaciones de productos primarios no estaban tan concentradas en un único destino. En ese año la Unión Europea concentraba el 50,6% de las ventas, pero con un monto que llegaba a u$s 13.200 millones.
Sumando al resto de los productos, los envíos totales hacia los puertos del país asiático aumentaron un 28,8% y llegaron a u$s 53.200 millones. Un crecimiento mucho mayor que el número general, que fue de un 8,5% computando China y del 2,6% sin contar esos embarques.
Esta mayor dependencia llega en momentos en que el nuevo presidente, Jair Bolsonaro, elevó la tensión con eses país al que amenazó con restringir las inversiones chinas en Brasil.
El diario estatal China Daily afirmó que el "Trump tropical" (tal como apodó al ex militar) arriesga ganarse un costo pesado para la economía brasileña si es que decir romper relaciones con Beijing.
Welber Barral, ex secretario de comercio brasileño, señaló que la magnitud del aumento del comercio hacia China se debe en buena medida a los efectos de las medidas defensivas por los aranceles impuestos desde Washington y que "por eso no serán perennes"
Esta incidencia se nota más en el caso de la soja, producto que quedó en la primera línea de la disputa comercial. Las ventas de la oleaginosa subieron un 27% en valor y un 20,4% en volumen.
Según un informe del gobierno estadounidense, Brasil responde por el 66% de las importaciones chinas de soja, cuando en la zafra pasada era del 48%.
Una de las entrevistadas en el informe, Anna Jaguaribe, presidenta del Instituto de Estudios BrasilChina, la dependencia de un único país no es necesariamente negativa, pero es imprescindible diversificar la cantidad de ítems exportables.