Cinco de cada diez trabajadores en la Argentina padecen algún grado de precarización laboral y no se observan cambios radicales que vayan a modificar el escenario en los próximos años.
En ese contexto, complicado por la suba de tarifas y el estancamiento del consumo, las pymes están motorizando la generación de empleos, pero aún no existen datos concretos sobre la baja en la calidad de los nuevos puestos que produce la economía.
La Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), del Ministerio de Trabajo de la Nación, confirmó en marzo los datos arrojados por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) en los últimos meses, con los monotributistas haciendo punta en el registro de empleos.
Mientras que la cantidad de empleados en relación de dependencia en el sector privado crece a un ritmo del 1,3%, la de monotributistas lo hace al 3,2% y la de los autónomos cae 2,8%.
El registro de empleados de casas particulares, en tanto, viene creciendo al 5,3% anual debido a los controles y a las mayores penalidades ejecutadas entre AFIP y el Ministerio de Trabajo para quienes no blanqueen a estos trabajadores.
En lo que respecta al trabajo en relación de dependencia, la demanda de empleados "no calificados" creció a un ritmo del 2,7% anual en marzo; la de técnicos, 1,4%; la de profesionales, 0,6%; y la de operativos, 0,3%, según la EIL.
Por otro lado, un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) indica que el 49% de los trabajadores en el país tiene un trabajo no registrado, trabaja como cuentapropista, en un empleo sin salario o en trabajo doméstico remunerado.
El mapa laboral es muy distinto si se tiene en cuenta la línea de pobreza, que para el Indec se encuentra en los 17.867,28 pesos por hogar.
En la Argentina, el 54% de los trabajadores con ingresos superiores a la línea de pobreza son asalariados; el 22% se desempeñan de forma independiente; el 18% recibe un sueldo en negro; y el 6% es servicio doméstico (de los cuales el 98% son mujeres).
Por debajo de la línea de la pobreza, sólo el 20% son asalariados; el 31% son independientes; el 33% no está registrado; y el 14% trabaja en una casa.
El papel de las pymes
Como en cada período crítico (el actual marcado por el fuerte ajuste de los precios relativos y estancamiento del consumo), las pymes ponen el lomo y llevan la delantera en generación real de puestos de trabajo.
En marzo, la contratación de trabajadores se incrementó 1,9% anual en las empresas de entre 10 y 49 empleados; 0,3% en las medianas, de entre 50 y 199 operarios; y 1% en las grandes, de más de 200, según los datos oficiales.
Para esta encuesta, el Ministerio de Trabajo consultó a unas 240 empresas que operan en el Gran Mendoza. Según esas compañías, el empleo aumentó 2% en marzo respecto del año anterior, mientras que a nivel nacional lo hizo en 1%.
Consultado sobre esta situación, el subsecretario de Políticas y Estadísticas Laborales, José de Anchorena, dijo que el Gobierno está convencido que tiene entre manos las herramientas para que crezcan el empleo y su calidad.
"Lo que se necesita es que se aprueben todos los capítulos propuestos", dijo el funcionario sobre la denominada Reforma Laboral y el Blanqueo, que plantea la regularización del trabajador no registrado.
Mejora el empleo privado
Aún no hay estadísticas del Ministerio de Trabajo de la Nación respecto al impacto que las contrataciones declaradas por las empresas tuvieron sobre el tamaño del mercado laboral en marzo, pero los últimos datos disponibles, correspondientes a febrero del 2018, confirman una tendencia de crecimiento.
En el segundo mes de este año había 252.609 trabajadores privados registrados en Mendoza, lo que representó un crecimiento de 2.955 puestos de trabajo con relación a febrero de 2017, cuando existían 249.654 empleados (1,18% de variación).
Los resultados de la provincia van de la mano de lo ocurrido a nivel nacional. De acuerdo a las estadísticas del Ministerio, en el total de Argentina el nivel de empleo aumentó 1,24% interanual en febrero.
Esa variación surge de la comparación de la cantidad de trabajadores registrados que había en Argentina en el segundo mes del año pasado (6.226.441 personas) y los que se contabilizaron en febrero de 2018 (6.303.862 trabajadores). En cantidad de personas la diferencia da un repunte de 77.421 empleos.
Si se analizan las estadísticas por provincia, se observan realidades muy dispares. Santiago del Estero fue la que más empleo creó en febrero, logrando un incremento en la cantidad de trabajadores del 7,21%, mientras que La Rioja sufrió una fuerte caída del 12,53% en ese mismo mes.
También se achicó considerablemente el mercado laboral de Santa Cruz (-3,85%) y Chubut (-1,73%).
Otras provincias que se destacaron por los valores positivos fueron Neuquén (5,66% de crecimiento), Tucumán (4,41%) y Tierra del Fuego (4,21%).
Claro está que como lo demuestra la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), la "calidad" del empleo creado no es la ideal para el común del mercado.
Los sectores que suben y los que caen
Tras el Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) de Carrefour, con el que la empresa obtuvo un beneficioso plan para reducir su planta en 1.000 empleos y pagar los aportes patronales con un descuento, en el gobierno niegan que haya un incremento en pedidos similares de otras grandes compañías.
Los sectores que, a nivel nacional, vienen impulsando el empleo son construcción, con un alza anual del 5,6%, servicios, con 2,3%, y comercio, con 1,3%; la industria manufacturera y el transporte siguen en caída, con bajas del 0,9%.
En ese escenario, la contratación por tiempo indeterminado (empleado en planta permanente) descendió 0,2% y la de a término o por agencias mostró un avance del 1,8%.
La tasa de despidos a nivel nacional registrada en marzo fue del 0,7%, lo que la convirtió en la más alta de los últimos 11 meses. En tanto, las empresas que aplicaron suspensiones fueron el 5,7% del total; 5,3% lo hizo por caída de la demanda.