Crearán un registro de restos óseos para resolver crímenes

Tras un convenio entre la UNCuyo y el Ministerio Público Fiscal, se dará forma a una base de datos de las cuatro morgues.

Crearán un registro de restos óseos para resolver crímenes
Crearán un registro de restos óseos para resolver crímenes

Entrar a las entrañas de la antropología forense es introducirse en un terreno sólo reconocido por los profesionales que transitan ese espacio limitado del Cuerpo Médico Forense y Criminalístico, a espaldas del desaparecido hospital Emilio Civit. Sus análisis se traducirán luego en un informe.

Sin embargo, en forma tan silenciosa como las salas de la morgue, desde hace un año, existe un convenio de colaboración entre la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNCuyo y el Ministerio Público Fiscal de la provincia, que busca darle marco formal a una base de datos de restos óseos de las cuatro morgues que hay en la provincia y que hoy no existe.

Esa tarea permitirá la identificación de restos humanos esqueletizados que fueron tomados de sepulturas vencidas y no reclamadas de los últimos 20 años.


Post Mortem. Los especialistas han resuelto casos resonantes. | Ignacio Blanco / Los Andes
Post Mortem. Los especialistas han resuelto casos resonantes. | Ignacio Blanco / Los Andes

La antropóloga responsable de esta tarea es Daniela Mansegosa, doctora en Ciencias Naturales, investigadora de Conicet y docente de la FFyL, tarea en la que es acompañada por el licenciado Sebastián Giannotti, la odontóloga Delfina Roca y los estudiantes Julián Marchiori y Camila Fernández.

"Lo que estamos haciendo ahora es un ordenamiento y clasificación de todos los restos óseos que estaban acumulados y sobre los cuales no se había podido progresar", comentó la doctora Mansegosa, introduciéndonos en el trabajo que busca identificar restos humanos esqueletizados.

Esa tarea permite "dividir" el trabajo en restos que tienen algún interés forense, y que son importantes para la  Justicia, de otros considerados arqueológicos, es decir de vieja data, que se envían a un repositorio patrimonial (concretamente a una osteoteca) y aquellos restos tomados de sepulturas vencidas y no reclamadas del cementerio público de la Capital. Otros han sido utilizados por estudiantes de medicina o en algunos rituales, como la macumba (dentro del mundo esotérico relacionada con la magia negra) y también hay material que fue secuestrado.

Base de datos

Encima de un lustrado tablero de madera o sobre las camillas de la morgue son colocados los restos cadavéricos o fragmentos óseos, que van dando forma a un esqueleto NN (sin identificación) y sobre el que están trabajando los antropólogos forenses en la construcción de una colección de restos óseos humanos. Tienen la mirada puesta en avanzar en las investigaciones, con el objetivo de mejorar las técnicas "para el estudio de los esqueletos, poner a prueba metodologías y construir estándares regionales, para así aportar a la Justicia con peritaciones de mayor calidad", según definió la médica en forma académica.

En otras palabras, el trabajo buscará conocer, hasta donde la ciencia lo permita, la raza, el sexo, la edad, la talla y la causa de muerte de las víctimas, que puede ser violenta  o natural.


Examen. El trabajo de los antropólogos forenses permite establecer detalles como la causa de muerte. | Ignacio Blanco / Los Andes
Examen. El trabajo de los antropólogos forenses permite establecer detalles como la causa de muerte. | Ignacio Blanco / Los Andes

Tres ejemplos

Hasta ahora se está trabajando en un 30 por ciento sobre un total de 48 casos (sólo de la Primera Circunscripción Judicial) y entre los muchos ejemplos que se acumulan en las estadísticas sobresalen tres casos.

Uno fue sobre el terreno de una finca de Lavalle, donde se rescataron pequeños restos óseos totalmente calcinados, por lo que se realizó una prueba comparativa con osamentas de distintos animales domésticos o  incorporados a la fauna, entre ellos perros, gatos, zorros, vacas, lo que permitió confirmar la sospecha inicial: eran restos humanos. Los análisis permitieron develar un caso por demás resonante: en esa finca desapareció Johana Chacón.

Otro caso fue el cadáver encontrado en el interior de un auto que había sido totalmente quemado en febrero de este año en Maipú. Solo se rescató parte del torso y, con una radioscopia del interior del cuerpo y por la pelvis, se pudo determinar que pertenecía a un hombre (inicialmente se había mencionado que el cuerpo era de una mujer) y así se llegó a su identificación.

Diferente a lo ocurrido el pasado mes de octubre, cuando se encontraron restos óseos semi enterrados en un camping en Guaymallén. Hasta ahora sólo quedó confirmado que pertenecen a una mujer de entre 30 a 60 años, pero todavía no se logró conocer su identidad, por lo que se continúa trabajando.

Una tarea compartida

El equipo integrado por cinco personas si bien trabaja en conjunto, también tiene un rol personal como, por ejemplo, identificar la actividad física del cadáver en estudio y conocer el estado post mortem según el lugar donde fue encontrado. 

Al análisis de la odontología, que se traduce en una inspección que se vuelca en fichas, se suma el trabajo de una persona que lleva adelante la información estadística y que servirá de base, a futuro, del trabajo que se está realizando en silencio desde hace algo más de un año.

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