Una semana atrás, diez escultores de distintas partes del mundo recibieron cada uno un bloque de mármol travertino de dos metros de alto, que han estado trabajando en el campus de la UNCuyo, en el marco del Primer Simposio Internacional de Esculturas. Algunos lo hacen con mayor tranquilidad y otros apurando el ritmo, ya que deben terminar sus proyectos para el jueves. Las obras serán ubicadas en algún paseo público de la Ciudad.
La secretaria de Cultura, Turismo y Desarrollo Económico de Capital, Mariana Juri, comentó que apuntan a distribuir las esculturas en el Paseo Di Benedetto, el Parque Central y el puente sobre calle Mitre que une ambos espacios. Pero para definir su ubicación esperarán a que estén terminadas y se les coloque una base, para conocer su peso (el bloque original pesaba una tonelada). Si no es posible colocarlas en el Parque Central, se las ubicará en el nuevo Parque O'Higgins.
Juri detalló que este paseo a cielo abierto se da en el marco del plan de renovación urbana del departamento, en el que la consigna es acompañar las remodelaciones con actividades culturales y con un homenaje a hacedores (en el paseo en el Parque Central, al escritor Antonio Di Benedetto o en la calle Arístides Villanueva a Quino).
Si bien cuando las esculturas queden expuestas al aire libre se podrá apreciar el resultado final, hasta el jueves, de 9 a 12 y de 14 a 19, en el predio de la Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo, se puede ver a los artistas en plena tarea de creación.
Arte en vivo
El mexicano David Bucio resaltó que en los simposios es posible tener la respuesta del público en forma inmediata y que en ese sentido el intercambio es muy enriquecedor. Para él, el hecho de crear la obra en un espacio abierto, ante la mirada de quien se acerca, y de que luego quede expuesta en un paseo al aire libre, lo convierte en arte público en su totalidad.
En una pausa en la creación de su “tejedora”, comentó que se trata también de una forma de cooperación internacional, ya que los artistas obtienen un 10% del valor que cobrarían por una escultura de esas características, pero es un modo de contribuir con la ciudad anfitriona. Asimismo, Bucio destacó que participan colegas muy reconocidos.
Arturo Álvarez Lomba, de Buenos Aires, explicó que esculpir al aire libre es como el cuento de la Cenicienta, sólo que la magia no termina cuando llega la medianoche, sino cuando concluye el simposio. Es que si bien las largas horas de trabajo durante varios días seguidos se hacen sentir, disfruta la posibilidad de hacer una pausa e ir a tomar un mate y charlar con otro escultor. O que alguien se acerque a preguntarle por lo que está haciendo. “Llego a mi casa y mis vecinos ni saben qué hago”, ilustra.
Lomba comentó que habían estado recorriendo espacios públicos de la Ciudad para ver dónde podían ubicarse en un futuro las esculturas y se reconoció ilusionado con saber que una de sus creaciones va a quedar en la provincia. “El día de mañana yo no voy a estar pero mi obra sí. Me parece fantástico que armen un museo a cielo abierto”, manifestó.
Milton Estrella Gavidia, de Ecuador, señaló que, a diferencia del “egoísmo” del artista en su taller, en los simposios se comparten experiencias, técnicas y herramientas. También, momentos que exceden al trabajo. Sobre el material, indicó que del mármol le gusta la posibilidad de partir de la dureza para crear algo delicado, con vibración y ritmo.
Asimismo, se mostró sorprendido con el verde de la Ciudad, con el encanto de que conserve un aire de pueblo y con el arbolado público, que implica un contraste con la mayoría de las metrópolis, desprovistas de forestales.
10 obras, 6 países
El Primer Simposio Internacional de Esculturas fue organizado en forma conjunta por la Facultad de Artes y Diseño de la UNCuyo y la Municipalidad de Capital. La temática fue libre y todos los escultores comenzaron sus obras inéditas con un bloque de mármol travertino de 2 metros de altura por 80 centímetros de lado.
Los artistas son los argentinos Arturo Álvarez Lomba, Daniel Ciancio (mendocino), José Carlos D'Elía (Tachuela, mendocino por adopción) y Néstor Vildoza; los mexicanos David Bucio y Carlos Monge Sánchez; la belga Patricia Somville; el ecuatoriano Milton Estrella Gavidia; el costarricense Aquiles Jiménez Arias; y la israelí Tanya Preminger. También participaron, como ayudantes, alumnos de la Facultad de Artes y Diseño.