"Tarda en llegar y al final, al final hay recompensa" (Soda Stereo, Zona de promesas).Para María Teresa Farmache Leiva (o simplemente a "Tesi") y para su hija María Elisa Norton Farmache (QEPD) esta emotiva máxima craneada y sintetizada de forma magistral por Gustavo Cerati será más que una realidad.
En el edificio del nuevo rectorado, mañana a las 9, autoridades de la Universidad Nacional de Cuyo entregarán a la mujer una medalla y un diploma en reconocimiento al esfuerzo y sacrificio de su hija, quien murió en junio del 2011tras darle pelea hasta el último minuto a un tumor cerebral, y con un título universitario de médica que la vida le negó por apenas 37 centésimas y media.
Además, institucionalizarán un reconocimiento que llevará el nombre de la joven para distinguir a los estudiantes que tengan una performance académica ejemplar, logrando aún sobreponerse a distintas adversidades.
"Es un reconocimiento a mi hija. Y si se instituye una distinción con el nombre de Elisa, va a hacer que el esfuerzo de mi hija perdure en el tiempo. Y no deje un punto, sino una estela", contó Teresa a Los Andes.
En agosto del 2011, el médico que acompañó a la joven de 28 años durante el complejo tratamiento hasta el último día, Roberto Herrera, solicitó que se le entregue el título de médica "por reconocimiento al esfuerzo de esta joven estudiante que podría haber fallecido con la dignidad de su título ganado a la enfermedad".
"Nos hará sentir un poco mejor a todos. Un poco más justos, un poco más buenos, un poco menos arrepentidos y, por encima de todo, un poco mejores como seres humanos", destacaba el neurocirujano y jefe del servicio de Neurocirugía y Neurología de la Clínica Adventista Belgrano (Buenos Aires) hace dos años. Sin embargo, en aquel momento su madre aclaró que ella no quería que le diesen el título, sino simplemente que se sepa cómo habían transcurrido los últimos meses de vida de su hija.
"Se decidió entregarle esta distinción como una suerte de reparación. Darle el título es imposible desde el punto de vista normativo, algo que excede a la Universidad", destacó ayer el rector de la UNCuyo, Arturo Somoza.
"Elisa tenía muchos amigos, y sería muy lindo que estuviesen todos el miércoles cuando se entregue la distinción", agregó su madre.
Tarda en llegar
Elisa egresó en el año 2000 del Colegio Universitario Central y fue parte de la última promoción que cursó el sexto año en el colegio de avenida San Martín.
Desde el principio soñó con estudiar medicina, sueño que pudo concretar luego de pasar el siempre exigente examen de ingreso a la prestigiosa facultad de Ciencias Médicas en la UNCuyo.
En 2002, mientras transcurría su vida universitaria, le detectaron un tumor cerebral y comenzó un intenso y complejo tratamiento que atravesó en paralelo con su carrera. Así fue llevando la carrera al día, en tanto su enfermedad y el tratamiento se lo permitieron. Pero en junio el cuadro se tornó irreversible y la joven falleció con 28 años. En aquel momento comenzó la peregrinación de Tesi, quien hoy encuentra en la distinción un reconocimiento, pero quien no olvida todo por lo que tuvo que pasar su hija en sus últimos instantes.
"Hace dos años presenté la nota pidiendo que se le reconozca el título, pero no me importaba tanto que se lo diesen sino más bien los argumentos. Les decía que correspondía que se lo diesen no por mi hija, sino por ellos. Seguí insistiendo porque quería saber cómo había sido el último examen. Lo único que le dijeron a ella era que no había aprobado por 37 centésimas y media y murió a la espera de una mesa extraordinaria para poder rendir de nuevo", contó a Los Andes Farmache, insistiendo en la misma idea de hace dos años: "¿A cuántas personas no se las aprobó a falta de 35,5 centésimas?".
Lejos de abandonar la meta de Elisa, Tesi tomó la posta y siguió yendo para adelante. "Después de esa nota hice otra presentación pidiendo que se me informe cómo había sido el examen, cómo había rendido en detalle mi hija, qué hizo el gabinete psicopedagógico. Mandé 13 preguntas referidas al examen. Y finalmente el pedido llegó al Consejo Superior del Rectorado. Me anunciaron que en la sesión del 27 de marzo se iba a tratar mi pedido", agregó Teresa.
Haciendo uso de la facultad que lo permite por tratarse de información pública, la mujer y su marido asistieron como espectadores a la reunión. "El consejo aceptó el pedido para responder al pedido que había hecho y una consejera de apoyo de Medicina, Ana María Martínez, propuso que se instituya una distinción que lleve el nombre de Elisa, reconociendo el gran esfuerzo de mi hija, y que se le entregaría a los estudiantes y egresados que hayan podido enfrentarse a adversidades. Y en la misma reunión se propuso que la primera distinción sea para Elisa", rememoró Fermache.
Al final hay recompensa
No sin olvidar del momento por el que tuvo que pasar su hija en sus últimos días y de las posteriores idas y vueltas por la que pasó ella, Tesi reconoció estar conforme con la distinción de toda la Universidad.
Por su parte, el rector de la UNCuyo se refirió a la distinción a la madre de Norton y a otros estudiantes. "Es un tema muy delicado y muchas veces es muy difícil distinguir y reconocer estos casos. Hemos tenido varios casos de chicos con enfermedades terminales que no pudieron terminar la carrera y otros que logran hacerlo sobreponiéndose a las adversidades. La idea de la distinción es reconocer a futuro el esfuerzo de esos chicos que pueden hacerlo", contó Somoza.
Tanto el reconocimiento para la joven como el que se entregará de ahora en adelante (y que llevará el nombre de Elisa Norton) constará de un diploma y una medalla.