Pese a que el Barcelona tiene prácticamente ganada la Liga (aventaja en 12 puntos al Atlético de Madrid y en 16 al Real Madrid), una eliminación en las semifinales de Copa del Rey, hoy, tras el empate 1-1 en la ida en el Bernabéu, ante su eterno rival, podría provocar un terremoto en el club “azulgrana”.
Sobre todo, teniendo en cuenta que el Barça parece haber bajado su nivel cuando se juega el tramo decisivo de la temporada. Basta con recordar que el pasado miércoles perdió con el Milan, en San Siro 2-0, quedando a un paso de la eliminación en la Liga de Campeones.
En cuanto al Real Madrid, el club y su DT, el portugués José Mourinho, necesitan el título copero para salvar una temporada muy decepcionante.
Teniendo en cuenta las respectivas situaciones, ambos clubes necesitan contar más que nunca en sus dos héroes habituales: Leo, el mago, y Cristiano, el matador.
Las dos estrellas tienen en común que con frecuencia han tenido han tenido que echarse el equipo a la espalda. Y esta temporada más que de costumbre. Messi ha marcado cerca de la mitad de los goles de su equipo en la Liga (38 de 82), mientras que Ronaldo es autor de un tercio de los tantos blancos en el campeonato (24 de 62).
Pese a que en el partido de ida los dos cracks se mostraron bastante discretos (aunque Messi dio la asistencia a Fábregas en el gol visitante), ninguno de los dos suele decepcionar en momentos claves.
En el caso del Barça, su “Messi-dependencia” es aún más evidente. Apenas hay partido en el que el rosarino, de 25 años, se quede sin marcar (lleva 15 encuentros consecutivos en Liga haciendo al menos un gol) y, cuando eso ocurre, se convierte en un problema.
El último ejemplo se produjo el en San Siro, donde Messi, bien marcado por el francés Mexes, no jugó en su nivel habitual.
La buena noticia es que el delantero David Villa parece presentarse como una alternativa goleadora. Con un gol de cabeza ante Sevilla, el “Guaje” parece haber dejado atrás sus problemas de salud.
Por otro lado, Ronaldo, algo lejos de los números asombrosos de su rival, es vital para su equipo en un momento en el que los dos delanteros centros, el francés Karim Benzema y el argentino Gonzalo Higuaín, atraviesan una sequía goleadora.
El Balón de Oro 2008 fue el salvador de su equipo frente al Manchester United en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, con un formidable cabezazo para el empate definitivo.
Los seguidores madridistas esperan que el portugués sea de nuevo decisivo hoy. El portugués llega más descansado que Messi, ya que el sábado ante La Coruña, ingresó a los 60’, resultando decisivo en la victoria 2-1.
Messi, en cambio, tuvo que volver a disputar los 90’ contra el Sevilla y fue decisivo en la segunda mitad, después de unos primeros 45’ muy discretos.
El propio argentino, no obstante, se encargó de destacar su capacidad de recuperación: “Estoy acostumbrado a jugar muchos partidos desde hace muchos años y me siento mejor así. Mi cuerpo se encuentra mejor si no descansa”. Así son Messi y Cristiano. Tan voraces con el gol, que ninguno de los dos duerme nunca.