CR7, el poeta que nadie quiere reconocer - Por Juan Azor

CR7, el poeta que nadie  quiere reconocer - Por Juan Azor
CR7, el poeta que nadie quiere reconocer - Por Juan Azor

En Funchal, en la Isla de Madeira, Portugal, los barrios van ascendiendo desde el puerto por las laderas hasta las colinas. Desde allí se puede dominar el horizonte y el mar. Sus calles de adoquines todavía cuentan leyendas épicas de un tal Eusebio, aunque de a poco fueron reemplazadas por otras sobre el hijo menor de María Dolores dos Santos y  José Dinis Aveiro. Bautizado Ronaldo, en honor a Ronald Reagan, el niño comenzó a deslumbrar con tan solo 10 años. Allí, en medio de la pobreza y un colegio estricto del que fue expulsado por lanzarle una silla a un profesor, moldeó su carácter. Por eso no asombra su rol protagónico en partidos decisivos, cuando sus compañeros esperan siempre algo más de él. “Tiene una fortaleza mental impresionante”, dice el seleccionador portugués, Fernando Santos, y sonríe.

Talento puro, moldeado al calor del profesionalismo inglés, Cristiano Ronaldo volvió a sorprender al mundo con una nueva proeza: tres goles a España en el debut de su selección en el Mundial. Así, se metió un selecto grupo de jugadores que marcó goles en cuatro mundiales distintos: el brasileño Pelé (1958, 1962, 1966 y 1970), el alemán Uwe Seeler (1958, 1962, 1966 y 1970) y el alemán Miroslav Klose (2002, 2006, 2010 y 2014).

Fanfarrón hasta el hartazgo,  con pose de canchero donde quiera que vaya, el ganador de cinco Balones de Oro continúa regalando actuaciones inolvidables. De cabeza, de derecha o izquierda o desde un tiro libre, el portugués se anima a escribir poesía. Quizás, algún día,  en un acto total de justicia, sea reconocido por su espíritu romántico.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA