A esta hora Juan Carlos Reveco está rumbo a la ciudad de Doha, Qatar, luego de su paso por la ciudad de San Pablo, Brasil y con destino definitivo, Tokio, Japón a la que arribará mañana en horas de la tarde, con casi 36 horas de vuelo.
Será la tercera vez que el malargüino pise la tierra del Sol Naciente, claro que en esta ocasión no lo hará como campeón mundial sino como retador a la corona que perdió en abril pasado frente al actual monarca, Kazuto Ioka.
Pelea que tendrá lugar en Osaka, el 31 de este mes a las 8 de la mañana de nuestro país. Será la revancha de aquella noche en que Cotón perdió su faja frente al nipón y que tuvo un fallo cuestionado. Algo que obligó a la comisión de campeones de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) a rever el fallo y obligar a la revancha.
Aunque la situación es totalmente diferente, dado que Cotón (también es asesor de deporte de la Municipalidad de Malargüe) va como retador y en los últimos meses hubo modificaciones en su entorno: se alejó de su entrenador Jorge Arias y volvió con Charly Rodríguez, entre otros cambios.
Igualmente suena convincente Reveco a la hora de sus declaraciones: “perdí el título y tuve que empezar de nuevo, por eso digo que ‘no hay mal que por bien no venga’. No me gustó como peleé frente a Ioka la vez pasada y ahora voy a luchar para volver a ser campeón mundial de nuevo”, dice.
- Hiciste un trabajo de guanteos importante durante la preparación para este combate.
-Sí, venimos muy bien; entrenando a full. Hice un guanteo muy variado hasta el último día de hoy (por ayer) con Nacho Perrín, Lucas Fernández y Nicolás Aquino. Hoy hice mis últimos 4 rounds y a descansar.
- ¿Viaja algún sparring con vos a Japón?
- No, sólo viajamos con Diego (Giménez su preparador físico y manager) y Charly (Rodríguez, entrenador). Vamos con buen tiempo esta vez.
- Esta vez no tenés las presiones del campeón...
-Estoy más tranquilo que nunca muy bien, no tengo presiones pero estoy más fuerte. Es que sé que no soy campeón del mundo, sino el retador, algo que me favorece en lo anímico, en lo psicológico.
- Hablaste de que has estado trabajando en lo psicólogo
- Sí, por un tema personal y deportivo. También estuve trabajando con el tema de la vista con el sistema ácumen (un trabajo de optimización mental y físico), que me ayuda mucho; me motiva mucho, me activa los reflejos y estoy más rápido en la vista. Te hace trabajar y desarrollar más la vista.
-¿Y en lo psicológico?
- Hace 3 años que estoy con el psicólogo, porque la vida del deportista es un poco complicada y compatibilizar con la familia es difícil y a veces te afecta.
- ¿Cómo ha sido volver a entrenar con Charly Rodríguez?
- Muy bien y lo vuelvo a repetir: Charly, es uno de los mejores entrenadores de boxeo de la Argentina, te exige y te enseña siempre nuevas cosas.
-Igual has entrenado silencioso y sin grandes presentaciones ni prensa, ¿eso porque ya no sos el campeón mundial?
-Hemos entrenado tranquilo y en silencio, pero no es porque hayamos querido sino porque se dio así. Los periodistas tienen las puertas abiertas para venir a charlar y hacer una nota
- ¿Cuánto te afectó perder el título mundial?
- Hacía mucho tiempo que era campeón del mundo y estaba por la octava defensa, sentí que había perdido esa hambre de gloria. Creo que me acostumbre y también perdí la sed del éxito. No tenía muchas ganas de pelear, andaba cansado, me aburría y estaba cansado de la rutina, de entrenar todos los días igual y de ahí a mi casa. Estaba estresado. Hoy, vuelvo a empezar de nuevo. De cero. Todo eso me fortaleció, por eso digo que no hay mal que por bien no venga y voy a luchar para volver a ser campeón del mundo.
-Tu único objetivo es ser campeón, ¿pero si perdés?
-El único objetivo que tengo en mi mente es Ioka y volver a ser campeón, después veremos que pasará, Dios dirá. Soy consciente de que Ioka, es un gran boxeador y que se ha ganado el título muy bien. Tiene todo a favor; es campeón y peleará en su tierra. Sé que será una parada difícil, pero voy a dejar la vida en el ring.
-Vas a estar lejos de tu familia en estas Fiestas...
- Sí, es lo más difícil. me dolió mucho la despedida en el aeropuerto de Mendoza con mi familia y mis hijos. Me puse muy triste porque voy a estar lejos, pero lo bueno es que podemos empezar el 2016 con éxito, por todo eso, valdrá la pena el esfuerzo.
