Las fotos del cumple del nene, los datos de la reunión con el jefe y el chisme de cómo fue vestida "la bruja" a la fiesta de la empresa... Buena parte de la vida puede ser contada al mundo -o a nuestros contactos- con un celular en la mano. La mensajería instantánea (MI), que permite enviar fotos, videos, audios y textos al instante por Internet, no deja de ganar terreno como el modo favorito de hacerlo.
Con cada vez más teléfonos inteligentes en las calles y servicios de Internet móvil desde $ 1 al día, las aplicaciones como WhatsApp (con mensajes ilimitados sin costo) remplazan en forma creciente a los viejos y costosos SMS, tanto en el país como en el resto del mundo.
Al tanto de esta tendencia, Facebook informó anteayer la adquisición de WhatsApp, un servicio que ya opera en sus redes una cantidad de mensajes casi igual a todo el tráfico mundial de SMS: cada día se envían 19.000 millones y los recibidos son unos 34.000 millones, informó la compañía. Para ciertos usos, sin embargo, el SMS resiste.
En Argentina se mandan un promedio de 115 millones de SMS y se hacen 47 millones de llamadas por día. Las compañías de telefonía celular admiten que, si bien la gente no dejó de enviar SMS, el crecimiento de las aplicaciones de MI es exponencial y parece no encontrar un techo.
Según Personal, en 2012 sus abonados mandaban en promedio 292 SMS por mes y en 2013 fueron apenas 4 más. En cambio, las aplicaciones de MI no paran de crecer. WhatsApp ya tiene 450 millones de usuarios en el mundo y suma un millón más cada día. Line, que llegó a fines del año pasado a la Argentina, sigue entre las más descargadas. BBM, el mensajero de BlackBerry, ganó usuarios al permitir ser usado en teléfonos de otras marcas. Y muchas más crecen.
La razón viene de la mano de la billetera: la MI es mucho más barata porque, al no cobrarse por mensaje (como el SMS), no hay más costos que el del acceso a Internet en el móvil.
Pago vs. gratis
La creciente venta de smartphones también ayuda (ver aparte). Según un informe de la empresa global de mensajería Acision, en Argentina el 93% de los que tienen esos teléfonos usa al menos una aplicación de MI: la más popular es WhatsApp (77%), seguida del Facebook Messenger (56%). También se usan otras, como Line, BBM, Skype, Hangouts, WeChat, Ping Chat, Beluga, Kik Messenger, Cloud Talk y Telegram (la más reciente en el mercado).
El 70% de los consultados por Acision aseguró que prefiere la MI y no los SMS por los costos. El 56% dijo que además le permite compartir archivos, imágenes y videos más fácilmente. En los últimos dos años, según el estudio, la cantidad de usuarios argentinos de celulares que dijeron mandar SMS cayó del 97 al 95%.
Al comparar precios, la diferencia es notoria. En planes prepagos, las compañías cobran casi $ 1 por cada SMS. Con abonos fijos, el costo ronda los 60 centavos. Hay, sin embargo, paquetes para enviar SMS ilimitados por $ 8 al día.
En cambio, para Internet móvil las firmas ofrecen costos que comienzan en $ 1 a $ 2 ,50 por día, lo que permite enviar mensajes ilimitados de MI. Además, buena parte de los planes para smartphones tienen tarifas planas de Internet , con lo cual los mensajes de MI no suman nada al pago mensual. Y si el teléfono se conecta a la Web con una red Wi-Fi, el costo de comunicarse a través de MI cae a cero.
Más allá de números, el punto flojo de la MI es que, por los problemas en las redes móviles, muchas veces no funciona bien. También requiere que el destinatario tenga un smartphone. Por eso, el estudio de Acision indica que 93% de los usuarios de smartphones aún usa SMS. El 40% dice que lo usa para enviar mensajes "importantes" y subrayan que les parece un servicio más "confiable".
"Los SMS en Argentina aún son vistos como el principal servicio de mensajería. El 60% de los usuarios consideró que sin el servicio de SMS tendría dificultades de comunicación, mientras que un 22% se sentiría perdido", explicó Fátima Raimondi, vicepresidenta de la compañía.
Según Movistar, entre 2012 y 2013 los SMS crecieron 7%, con los MI pisándole los talones. En Claro también indican que la cantidad de textos siguió estable. "Vemos que la gente suma formas de comunicarse -explicó Fernando del Río, el director comercial-. Si tuviéramos que hacer todo lo que hoy hacemos con un teléfono inteligente llamando por teléfono, estaríamos todo el día hablando".
