Gonzalo Costa (Costa) cada vez que habla, además de estar atravesada inevitablemente por la comicidad parece un libro abierto. Es que a sus 39 años parece que vivió más de una vida. Además de su cambio de identidad a chica trans, a lo largo de su carrera fue reiventándose y presentando las mil caras de Costa.
Por eso hoy es una de los humoristas que no sólo ocupa la cartelera porteña con su unipersonal "A toda Costa", sino que es una de las figuras de la televisión como panelista de "Cortá por Lozano" y tiene su espacio en la radio junto a Santiago del Moro en "El Club del Moro".
Con un humor mordaz y una personalidad arrolladora, Costa supo conquistar al público; primero desde los escenarios y hoy desde la pantalla.
Luchadora como pocas, a los 17 años se mudó a Buenos Aires desde su Córdoba natal para cumplir un sueño: ser quien es hoy. Buscando su futuro y transformando de a poco su cuerpo a chica trans, sorteó un sinfín de situaciones, pero siempre con optimismo. Incluso luchó desde muy joven contra la obesidad hasta someterse a un bypass gástrico, bajó 75 kilos y logró cambiar su apariencia y calidad de vida.
Hoy llega como una de las invitadas especiales del IV Edición de Comecoco, el encuentro de industrias creativas organizado por la Secretaría de Cultura, que se desarrolla hasta mañana, en el Espacio Cultural Julio Le Parc.
"En Comecoco voy a dar una charla para emprendedores. Que quién mejor que yo sabe emprender. Yo emprendí desde que tengo memoria una cruzada por ser quien quería ser. Y está bueno porque los que asistan a la charla van a ver el producto terminado", dice la comediante, locutora y actriz, entre risas, sobre su visita a Mendoza.
-¿Qué fue lo más loco que emprendiste en tu vida?
-Creo que lo más loco que hice fue irme de Córdoba a los 17 años, sin profesión, sin triunfo aparente. Y de todo eso poder armarme. Hice muchas cosas locas en mi vida. Una tarde estudiaba para ser contador público en la UBA y me di cuenta de que estaba hablando de matrices, de álgebra y dije: ¿Qué hago acá? Y mandé al demonio la facultad y me fui a trabajar de vestidora en un pub under, por $25 la jornada; que empezaba a las seis de la tarde y terminaba a las cuatro de la mañana. Pero como siempre salvada por el humor, para mí eso era parte de la anécdota. Nunca lo viví como algo terrible, por eso estoy viva y estoy bien.
-¿El humor te salvó?
-El humor fue mi refugio y mi salvación. Yo vengo de una familia donde había muy buen humor. Mi abuela era muy inteligente y mordaz, y mi viejo también. Por eso el humor para mí es la salvación y todos los momentos de mi vida terribles que he vivido, como los de cualquiera, yo siempre los amé con humor. Y fue la salvación y mi medio de vida, porque ganarse la vida siendo humorista es muy loable. Antes a los cómicos se los enterraba dentro del cementerio y no tenían ni esa dignidad.
-Empezaste en el teatro y ahora sos una figura de la televisión, ¿qué te da el escenario que no cambiarías?
-El teatro me da un útero, una contención, una seguridad de que allá arriba nada malo me puede pasar. En la televisión estoy muy expuesta. Son programas en vivo, con opinión, y hay que estar preparada porque cada cosa que decís ahí, se replica en un montón de voces y de opiniones. El teatro es un lugar seguro para mí, porque lo conozco más que a mí misma. Donde me siento más cómoda.
-¿Te sentís satisfecha con lo que sos hoy?
-Yo me siento en evolución permanente y tengo 17 años de psicoanálisis también (ríe). Y he llegado a la conclusión de que todos los días tengo que laburar para ser la mejor versión de mí. No es fácil, pero tampoco imposible. Antes yo decía: “el infierno de la construcción”. Ahora pienso en la bendición de poder armarme para ser lo que yo quiero ser.
-¿Hoy los medios le dan más espacios a las trans?
-Claro que nos dan más espacios y nos dan más visibilidad. Pero lo más lindo del ahora, que tiene que ver con Lizy (Tagliani) y conmigo, es que las trans ocupamos un espacio de alegría y virtud en la tele. Y la visibilidad nuestra sirve para que toda la gente vea que podés ser exitosa, aceptada, querida. Y que ser trans no significa ser marginal, como fue durante mucho tiempo. Y un ser sexualizado; porque a las chicas que estuvieron antes que yo, las llevaban como eso, como algo que tenía que ver con el sexo. Por eso es bueno el lugar donde estamos ahora.
-Con tantas situaciones que viviste, parece que sos muchas personas en una...
-Soy todas y no soy ninguna, pero como decía la Agrado, la personaje trans de la película “Todo sobre mi madre” de Almodóvar; “una es auténtica cuánto más se parece a lo que soñó de sí misma”.
Programación
Hoy: de 9 a 13.30. Talleres. Taller 1 Segunda Parte: Comunicación Digital DIY para emprendedores creativos.
Mesa 1: consumos Culturales, ¿dónde están? Modera: Luis García. Diario Los Andes. Análisis de la Encuesta 2018 de Consumos Culturales. De 9 a 10.30.
Mesa 2: consumos Culturales, ¿hacia dónde van? Modera: Belén Igarzábal. Flacso. Análisis de Consumos Culturales de la Argentina. De 11 a 12.30.
De 16 a 17. Coworkers: la experiencia de los usuarios mendocinos. Patricia Baldaccini. Ingeniera en recursos naturales renovables. 17 a 18: Héroes del brillo. Federico Estol. Fotógrafo, Uruguay. Publicación en conjunto con la asociación boliviana Hormigón Armado. 18.30 a 20:Yo, mi propio emprendimiento. Gonzalo Costa. Actriz y humorista. De 20 a 21, Hall del Le Parc: Presentación Drag QueenEspecial Comecoco.
Sábado 27: de 10 a 13, sala tejada gómez. Jornada de cierre De 10 a 10.30: Muestra y Conclusiones del Talleres. Lugar:Espacio Le Parc (Mitre y Godoy Cruz de Guaymallén). Entrada gratis
