Cosme Argerich: “En 2016 vamos a tener que volver a importar tomate industrializado”

El especialista explica que hay implantadas 400 hectáreas menos en todo el país y que a esto se suman los problemas climáticos como lluvias y temperaturas relativamente bajas. Perspectivas.

Cosme Argerich: “En 2016 vamos a tener que volver a importar tomate industrializado”

La buena performance del ciclo 2014/2015 había situado a la Argentina a punto de lograr el autoabastecimiento de tomate de industria, pero en esta temporada el sector retrocede “un par de casilleros”.

El ingeniero agrimensor Cosme Argerich, coordinador nacional de Cadenas Hortícolas del IN TA, reveló que los problemas climáticos y la inactividad de dos importantes establecimientos elaboradores se reflejarían en una menor oferta nacional.

En diálogo con Fincas, el profesional, que por otra parte es supervisor técnico del Programa de Generación y Transferencia de Tecnología de la Asociación Tomate 2000, adelantó que las demoras en el inicio de algunos cultivos incrementarían el riesgo debido a las pérdidas por las heladas tempranas.

-¿Cómo viene la temporada 2015/2016 desde el punto de vista climático?

-Hemos tenido temperaturas relativamente bajas, por lo que estimamos que la cosecha va a tener un atraso de diez a doce días respecto de las fechas originalmente previstas. En el Valle de Uco, además de eso, se suman atrasos en la preparación del terreno y en las plantaciones por el exceso de agua debido a las lluvias. En este caso, hay una demora de quince días en la puesta en marcha del cultivo, lo que nos pone ante el peligro de sufrir, luego, el efecto de las heladas tempranas. Las plantaciones deberían terminar entre el 5 y el 10 de diciembre, pero dudamos que se pueda llegar.

-¿Tienen ya una estimación de cuál será finalmente la superficie cultivada?

-Considerando todas las zonas productivas del país, esta temporada se estima que habrá 400 hectáreas menos que el año pasado. Esto se debe, fundamentalmente, a las 1.000 hectáreas que habitualmente hacían Alco y La Colina. Si bien parte de ellas van a ser cultivadas para otras fábricas, no se han podido reciclar en su totalidad.

-¿Esto implica, entonces, que se "reubicaron" alrededor de 600 hectáreas?

-Claro, algunos productores se reubicaron, integrándose a otras industrias, a lo que hay que sumar la demanda de otro establecimiento, habitualmente elaborador de duraznos, que a partir de este año se suma a la producción de tomate por administración propia.

-Con 400 hectáreas menos que el año pasado, entonces, ¿cuántas hectáreas con tomate de industria habrá este año en todo el país?

- Se estaría llegando a unas 7.300 hectáreas. Vamos a tener unas 5.000 en las provincias de Cuyo (más o menos 1.400 o 1.500 en San Juan y el resto en Mendoza); 850 hectáreas en Río Negro y unas 1.450 hectáreas en el Noroeste.

-¿Qué parte del área cultivada este año está dentro del esquema de Tomate 2000?

-De las 5.000 hectáreas de Cuyo (recordemos que la Asociación opera en Mendoza y en San Juan), poco menos de la mitad están dentro de este programa asociativo, estamos hablando de cerca de 2.300 hectáreas. Son unas 300 hectáreas menos que el año pasado, cuando dentro de este esquema asociativo se habían cultivado 2.600 hectáreas. Aquí está la mayor parte de la diferencia (en menos) de esta temporada respecto de la anterior. Este año son 135 productores los que están participando del Programa Tomate 2000.

¿Es posible proyectar cuál será el volumen de producción nacional esta temporada?

-Si tomamos en cuenta el promedio de los últimos años, es posible estimar que la producción nacional podría llegar a las 515.000 toneladas. Este es el pronóstico de cosecha que tenemos hoy. Pero lo vamos actualizando mensualmente, o cada dos meses, en función de la evolución que muestren los cultivos y la eventual ocurrencia de accidentes climáticos.

-¿Cuánto se había cosechado en la temporada anterior?

-Bastante más, se había llegado a 535.000 toneladas. Habíamos estado mucho más cerca del autoabastecimiento, si consideramos que el consumo nacional, por año, es de 550.000 toneladas. En 2016 vamos a tener que volver a importar tomate industrializado, en este caso (y si todo marcha sin inconvenientes) unas 5.000 toneladas de pasta 32º brix, que equivalen a alrededor de 35.000 toneladas de tomate fresco.

-¿Se ha seguido incorporando tecnología para la producción primaria en el último año?

-Sí, principalmente hay un mayor gerenciamiento por parte de los productores y hay mayor superficie con riego por goteo que el año pasado, fundamentalmente dentro del Programa de la Asociación Tomate 2000. Entre el 55 por ciento y el 60 por ciento del total del área cultivada dentro de este esquema de integración se regó con este sistema. Se concentra casi todo en San Juan (90 por ciento). Es menor la superficie que se cultiva con riego presurizado en la provincia de Mendoza (alrededor de un 15 por ciento).

Se utilizan variedades de mejor aguante a campo en madurez (almacenaje a campo) que permiten la entrada tardía de cosechadoras sin elevar el porcentaje de pudrición. En general, siempre se busca optimizar el uso de la tecnología disponible, tendiendo a la mecanización integral del cultivo. En esto hay que incluir la cosecha que es muy importante.

Autoabastecimiento en espera

Con una producción total de aproximadamente 535.000 toneladas en la temporada 2014/2015, la oferta nacional de tomate para industria había quedado muy cerca de alcanzar el nivel de los 550 millones de kilos que ha llegado a consumir el mercado interno argentino.

La producción del ciclo, que tuvo un significativo incremento respecto de 2013/2014, cuando se cosecharon en todo el país 390.000 toneladas. Esa diferencia en más se explicaba, sobre todo, por la menor incidencia de accidentes climáticos en las provincias cuyanas, durante 2014/2015 y una mayor aplicación de tecnología.

Ahora, si la cosecha 2016 ratificara la estimación de 515.000 tn (de no mediar accidentes climáticos), ya no se estaría “a 15.000 tn”, sino a 35.000 del autoabastecimiento.

De todos modos, al margen de estas circunstancias coyunturales, la actividad viene evidenciando, en los últimos años, una paulatina expansión del área cultivada y, fundamentalmente, una notable mejora en términos de productividad, debido al impacto que ha tenido en Cuyo (que mantiene un cómodo liderazgo del negocio) la incorporación del paquete tecnológico promovido por la Asociación Tomate 2000.

El ingeniero Cosme Argerich, que es supervisor técnico del Programa de Generación y Transferencia de Tecnología que lleva adelante esa organización y coordinador nacional de Cadenas Hortícolas del INTA, insistió en que “el sistema de riego es el factor que, en mayor medida, marca la diferencia de rendimientos”.

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