Empate que, al final, fue favorable para el Lobo

Gimnasia sacó a relucir su amor propio en el complemento y, a pesar de las lesiones y la expulsión, equilibró un partido que le era desfavorable. Vale el 0-0.

Empate que, al final, fue favorable para el Lobo

El empate 0-0 entre Gimnasia y Agropecuario de Carlos Casares debe ser visto como una inversión a futuro. El punto, como local, en este arranque de pentagonal, puede tener otro sabor si Gimnasia le saca rédito al valor y entrega con que jugó el segundo tiempo de ayer.

Metido, achicando los espacios pese a jugar con uno menos por la expulsión de Gerardo Corvalán (fue muy fuerte contra la humanidad de Gonzalo Urquijo), y tratando de darle buen destino al balón. Antes, durante el primer tiempo y en ese arranque del complemento, lejos estuvo de ser el equipo que lustró la chapa de candidato durante la etapa anterior.

El equipo del Parque sufrió ante un rival que entiende los duelos individuales como punto clave para romper el orden rival y eso hizo durante gran  parte del encuentro.

Y el Lobo no tuvo la capacidad para hacerse del balón y moverlo con criterio. Casi siempre apostó a lanzamientos largos para que Patricio Cucchi y Palacios Alvarenga se debatieran en soledad ante los defensores rivales.

Sergio Oga fue una sombra durante toda la tarde y la (pesada) marca de Maximiliano Zbrum lo absorbió durante grandes períodos. Apenas pudo zafar en algunos momentos del encuentro, pero ni de esa forma el cordobés logró darle claridad a un equipo que también sintió la ausencia de García.

El ex Godoy Cruz no jugó por sumar cinco amarillas y David Garay pareció demasiado solo en la contención.  Los carrileros, Neri Espinosa y Santiago Domínguez, casi nunca achicaron hacia adentro y el puntano corrió de lado a lado durante toda la tarde.

Encima el Lobo debió darle batalla a una serie de imprevistos que comenzaron con la lesión de César Leguizamón Arce antes del cuarto de hora. Un rato después se sumó Nicolás Inostroza a la enfermería y la roja a Corvalán terminó por completar un panorama que se presentó negro de principio a fin.  Por eso el valor del punto, más allá de haber dejado pasar la condición de local.

En medio quedaron acciones clarísimas para unos y otros. Ezequiel Viola se lució ante Andrés Barinaga en un mano a mano que pudo ser derrota y del otro lado respondió Germán Salort ante un cabezazo a quemarropa de Palacios Alvarenga.

Aunque habrá fecha libre entre semana, jugará el miércoles por Copa Argentina ante Quilmes. Parece una buena ocasión para recordar que sin intensidad, el sueño del ascenso terminará muy rápido.

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