Adolescentes mendocinos: 4 "festejos" de moda que son demonizados por los adultos

Fiesta de egresados, Día de la Primavera, buzos de promoción y convocatorias por redes. Entre la creatividad y la violencia.

Adolescentes mendocinos: 4 "festejos" de moda que son demonizados por los adultos
Adolescentes mendocinos: 4 "festejos" de moda que son demonizados por los adultos

El video de los chicos de quinto año del colegio San Buenaventura año invitando -no de la mejor manera- a ir a su fiesta de egresados recorrió el país. Los casi 90 segundos en que los púberes muestran cómo rompen cosas en el colegio y simulan beber alcohol y consumir cocaína para demostrar que su fiesta “la va a romper” (como suelen decir) escandalizaron a más de uno, y tanto el video como la cuenta de Instagram donde fue compartido ya fueron dados de baja. Aunque el video llegó a los medios nacionales.

Sin embargo, el episodio -que pudo haber tenido una intención picaresca y hasta con tintes bromistas, más allá de su resultado y repercusiones- volvió a poner sobre el tapete los eventos e hitos que son de extrema importancia para los adolescentes, y que muchas veces llevan a que los adultos estén (o estemos) con la guardia en alto.

A los eventos que circundan las fiestas y viajes de egresados se suman además las tradicionales presentaciones de los buzos de promoción (también en secundaria), la semana de la Primavera y las rateadas -o sincolas- masivas, aquellas que hace ya años tuvieron una importante convocatoria por Facebook.

Pero -como todo- estas actividades también tienen sus adeptos que  las enaltecen y que las vinculan a prácticas más sanas, lejos de la demonización del mundo adulto.

“Desde la DGE, desde hace tiempo se les está dando autonomía a las escuelas para que analicen cada situación particular y organicen muchos de estos eventos de la forma en que más conveniente la crean, con proyectos de prevención. Hay escuelas donde se trabaja muy bien y se ven los resultados; y otras donde también se trabaja bien, pero no alcanza. Y aquí es fundamental el rol de los padres y las familias”, destacó la directora de Nivel Secundario de la DGE, Sara Lucero.

Yo quiero a mi buzo
Para los chicos del último año de secundario, los buzos de promoción tienen un significado simbólico cuasi religioso. Es sinónimo de pertenencia, de distinción. Y, como tal, la presentación de tal prenda no puede pasar desapercibida.

Desde hace un tiempo no sorprende que en las plazas departamentales se generen escaramuzas cuando los alumnos de dos escuelas “rivales” se encuentren en el lugar, cada una presentando su buzo y queriendo “marcar su territorio” (lo mismo ocurre en la Plaza Independencia con los establecimientos aledaños).

No obstante, también desde hace algunos años otros estudiantes han logrado separar este ritual de la violencia, siempre con el apoyo de la institución. Así las cosas, son varios los colegios que reservan un día en el calendario escolar para la presentación de los buzos, y la mezclan con un día de camping o de actividades recreativas en el mismo edificio.

“Cuando yo trabajaba en una escuela del Este, la presentación del buzo se hizo con todo un día de camping del que participó toda la escuela.

También hay otras que piden a los chicos llevar un alimento no perecedero para luego llevar a quienes lo necesitan”, resumió Lucero.

En algunos colegios secundarios de la UNCuyo también decoran con banderas el patio y hacen toda una entrada triunfal ante el clamor de los otros estudiantes.

Una vaquita para el viaje
Los adolescentes de quinto tienen 3 gastos fijos durante su último año, de esos en los que no pueden escatimar -aunque es implique ajustarse en otras cosas después-.

Al buzo se le suman la cena y el viaje de egresados. Y a la hora de reunir fondos, “salir a hacer semáforos” es la opción preferida.

Por esto no sorprende ver en las esquinas céntricas, mientras la luz se encuentra en rojo, a chicos que deambulan enérgicos por los autos, con banderas, carteles o caras pintadas pidiendo alguna limosna (mientras en la vereda otros musicalizan la escena con trompetas y redoblantes).

“Hay muchos chicos que lo hacen de forma ordenada y simpática. Pero también entiendo que hay personas que puedan ver una molestia en ello.

Hay chicos que hacen tortas, bizcochuelos o empanadas para vender. En estos casos también está bueno que sea la escuela la que les dé los recursos para que los chicos puedan organizar acciones y juntar plata.

Como estudiante el día de la primavera
Los días previos y posteriores a cada 21 de setiembre el tema de conversación siempre es el mismo: los estudiantes que van a juntar el feriado con el fin de semana más próximo, utilizando algunos días hábiles como puentes y convirtiéndolos en feriados (bajo su percepción subjetiva).

Pero, buscando una vez más en el plano de las contraposiciones, también hay establecimientos que organizan ellos mismos y en sus instalaciones actividades especiales para que los chicos puedan aprovechar la víspera en el colegio. Por ejemplo, el año pasado las autoridades de la escuela 4-257 de Colonia Bombal (Rodeo del Medio) organizó talleres y juegos para los días 19 y 20 de setiembre, y más de 330 chicos de la comunidad participaron de ambas jornadas.

“Varias escuelas organizan actividades dándole participación a los chicos al momento de organizarlas. Y eso los entusiasma más aún”, indicó Lucero.

Rateadas
En mayo del 2010 y por medio de Facebook, un grupo de adolescentes mendocinos organizaron una mega rateada en la Plaza Independencia. La convocatoria era clara: aquel día, en lugar de entrar a clases, los alumnos de todos los colegios se iban a reunir en el espacio verde con la idea de zafar del cursado.

La convocatoria fue masiva, y generó una fuerte preocupación en las autoridades escolares. Incluso, se llegó a cuestionar a Facebook en aquella oportunidad por sus libertades para con los menores de edad.

Sin embargo, en setiembre de ese año y los mismos jóvenes que habían ideado dicha travesura le encontraron una connotación positiva al evento. Y organizaron una “rateada solidaria”, donde la premisa no era faltar a clases si no volver a reunirse llevando cada uno de ellos un alimento no perecedero para entregar a familias del secano lavallino.

“Hay que dar vuelta la idea de que la droga y el alcohol hacen que sea buena o mejor una fiesta. Y aquí es fundamental la presencia de la familia también. Para que un chico logre sentir pertenencia con la escuela, tiene que sentirse a gusto. Y es ahí donde tenemos que estar presentes. Si se logra esto, los chicos no van a protagonizar situaciones dañinas o que dejen mal parada a la escuela”, sintetizó la directora de Nivel Secundario.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA