Esta frase célebre del entrenador con más anillos de campeón en la NBA (9), cabe a la perfección para describir este fenómeno de Atenas Sport Club, campeón del Torneo Clausura 2017.
Contra todos los pronósticos previos y más, por la primera fase que tuvo, en la cual terminó con un récord de nueve triunfos y nueve derrotas, el Apache de Martín Ramos sorprendió y mucho. Fue de menor a mayor y encontró en los cruces de play offs su mejor versión.
En los tres mano a mano jugó mejor que su rival. Mostró un juego colectivo que por momentos rozó la perfección. ¿Por qué? Sacó el máximo rédito de sus virtudes y minimizó el margen de sus errores y debilidades.
El momento actual de Gabriel Rivero (hoy el mejor base de Mendoza), la experiencia y jerarquía de Rodrigo Griffa (tiene un plus: se divierte en la cancha) y la entrega de Agustín Blanco, fueron decisivas para terminar cortando las redes en este Torneo Clausura.
Atenas fue un equipo en el cual, cada jugador encontró su rol y lo defendió a muerte. Fue moneda corriente observar cómo su entrenador Martín Ramos, rotó el banco de relevos en forma constante.
Para destacar, no le tembló el pulso cuando tuvo que mandar a la cancha a jugadores como Facundo Nesci o el juvenil Julián Martínez (tiene un futuro enorme) y ambos respondieron con creces.
Idéntica situación para Gianfranco Bontorno, quien ya acumula varias temporadas en el equipo de Mayores. Y hablando de roles, en la serie final, el pivot Diego Oteiza, sin dudas, encontró su mejor rendimiento desde que está en Atenas Sport Club.
A su aporte habitual en defensa, le sumó una cuota goleadora muy interesante. Lo hizo contra Junín y también en los dos juegos finales. Una de las jugadores que más brilló en los dos juegos con Anzorena, fue Cristopher Abramor, refuerzo que llegó con el salto inicial del Clausura, sus cortes hacia el aro para recibir el pase extra, fue un dolor de cabeza tanto para San José, Junín y Anzorena.
Otro de los jugadores de Martín Ramos, que tuvo un rol determinante en defensa fue Lucas Jezowoicz. Principalmente, en el segundo juego con Junín. Anuló por completo a Rodrigo Funes.
Cuando salió para descansar, el ex Boca encontró lanzamientos a pie firme desde la línea de 6,75 y fue determinante. Atenas campeón 2017 se construyó desde el sacrificio y la humildad.
Ésa fue su identidad de juego. Nunca subestimó al rival y todos los juegos los disputó con el corazón en la mano. Ataques por conceptos, salidas en transición, presión alta, atrapes, defensa al límite, el ADN del estilo de juego de Ramos, los cuales caben a la perfección con la historia Apache.