Hoy es el gran estreno. Cuando esta noche se apaguen las luces en la plaza departamental de Tunuyán, el cortometraje "Amor criollo" ganará la pantalla grande. Jugando muy en serio a ser realizadores cinematográficos, los alumnos de la secundaria 4-214 de Los Árboles, en Tunuyán, utilizaron el séptimo arte para hacerse oír. Desde su identidad, buscan demostrarle a quien quiera verlo que ser gente de campo no es ser pobre, más bien conlleva innumerables riquezas.
La aventura arrancó en marzo, cuando la gente de la asociación porteña Galope eligió esta escuelita cercana al Manzano Histórico para desembarcar su proyecto didáctico Cinekinesis (cine en movimiento). Entonces, este sitio tranquilo y paradisíaco de montaña se revolucionó.
Setenta chicos del paraje Los Árboles y del aula satélite de Agua Amarga se embarcaron en este viaje para aprender a utilizar las herramientas del cine y usarlas para decir lo que tenían apretado en la garganta. "Queríamos marcar lo malo que es estigmatizar a las personas por pertenecer a distintas clases sociales o por ser del campo", expuso entusiasmada Débora Ampuero, una de las responsables de la edición.
Los profesionales porteños -Gabriela Robles y Mariano Sollio- vivieron todo este tiempo en un motorhome que estacionaron en un camping frente al colegio. Ellos dictaron los talleres y después sólo se dedicaron a acompañar el proceso. "Nosotros hicimos todo, desde el casting, las locaciones, el vestuario, las cámaras hasta el making off y el armado de la rueda de prensa para promocionar el producto", contó Florencia Berríos con un manejo impecable de los términos propios de la industria cinematográfica.
"Amor criollo" representará a Cuyo en una película de seis capítulos -uno por cada región argentina- que busca ser un motor para que los adolescentes argentinos expresen sus anhelos e intereses. "La idea es que puedan armar un mensaje cinematográfico a partir de sus inquietudes y su identidad geográfica", expuso la productora Gabriela Robles, quien destacó que eligieron esta escuela porque reúne a chicos de distintos distritos rurales de la zona.
Luz, cámara, acción
La claquetista del rodaje, Karen Farías, toma la palabra para explicar que el relato fue confeccionado entre todos. "Trata de una chica de alta sociedad que se enamora de un chico de campo. Plantea la confrontación de las clases sociales, porque el padre de la novia quiere otra clase de candidato", adelanta.
"Un candidato como yo", se ríe uno de los chicos que tuvo que vestirse de polista y subirse a un caballo para mostrar sus destrezas en el deporte. "El polista terminó alcoholizado en la fiesta de casamiento", comenta Gonzalo Ponce, el protagonista y campesino que se queda con la muchacha en el gran final feliz.
Nadie quedó fuera del trabajo cinematográfico. Vecinos, familiares y hasta el director de la escuela, Rodolfo Garrido, participaron de las escenas, donde se lució un elenco de 45 estudiantes y 39 actores invitados.
Los chicos revolvieron sus hogares para conseguir el vestuario y los materiales necesarios para construir la escenografía pertinente. Grupos folclóricos del Valle de Uco se encargaron de la sonorización del filme y ballets folclóricos del lugar oficiaron de extras.
La producción fue entusiasmando a propios y ajenos. La Municipalidad de Tunuyán aportó, entre otras cosas, el colectivo para transportar al staff. Empresarios y finqueros de la zona ayudaron con herramientas, elementos y locaciones para que las tomas quedaran relucientes y cuidadas. En las mismas se pueden ver paisajes de la calle Tabanera, el Club de Pesca, la bodega Salentein, la estancia Sabaquin y otros puntos geográficos claves del Valle de Uco, siempre con el marco inigualable de la cordillera.
"El rodaje duró seis días y todo el proceso creativo, cinco semanas", contó Robles, quien tras el estreno del corto en Tunuyán seguirá su vida itinerante para instalarse en La Rioja, donde filmarán el último corto regional sobre el Talampaya. Aún no tienen precisiones de cuándo estará terminada la película nacional ni dónde será estrenada, pero destacó que el corto de Misiones -que es sobre ecología- ya ha ganado dos premios internacionales.
Fin de rodaje
"Perdimos horas de clases, pero ganamos en un aprendizaje mucho más rico: el de la expresión y de la emoción. Empezó como una ilusión y terminó en una experiencia inigualable", rescató el director Garrido. El docente sostuvo que muchos chicos con un perfil bajo "se comprometieron con el trabajo y dieron lo mejor de sí. Yo sabía que iban a responder a las exigencias. Sé con la madera que tallo", agregó.
"Quedó mucho mejor de lo que esperábamos", acotó Andrés Villarruel, quien hace las veces de payador en la película. Sucede que, en lugar de una voz en off, la introducción a cada escena se realizó en tono de payada, por decisión de los propios hacedores.
El viernes de la semana pasada fue el gran festejo de fin de rodaje. En torno a un rico asado, actores, libretistas, editores, camarógrafos, extras y equipo de prensa pudieron ver un adelanto de las imágenes del corto. "Valió la pena quedarnos fuera de horario y repetir mil veces las escenas. Espero que le guste a la gente", concluyó la flamante editora Rocío.