Maxi Salgado - Editor de Más Deportes - msalgado@losandes.com.ar
En el fútbol la realidad siempre supera a la ficción. Corrupción y fútbol parecen ir pegados de la mano. Muchos dirán que eso pasa porque nuestra sociedad tiene la corrupción en el ADN y como el fútbol es una vidriera de ello, todo se naturaliza. Me parece una mirada muy simplista.
La verdad es que la mayoría de la sociedad no es corrupta y además el fútbol conoce de casos de corrupción no sólo en la Argentina sino en el mundo entero y desde hace bastante tiempo. Pero, todos los sabemos, los escándalos que han empañado nuestro fútbol han sido sistemáticamente ocultados bajo el manto de los intereses políticos de turno.
Hagamos un poco de memoria y seguramente usted, como yo, vamos a comprobar que desde hace décadas escuchamos a los protagonistas del deporte (dirigentes, jugadores, técnicos y periodistas) pidiendo, infructuosamente, que se termine con la corrupción y se lo sanee de una vez.
Conocimos esta semana las escuchas de Daniel Angelici, presidente de Boca y delfín del presidente de la Nación Mauricio Macri, pidiendo que su equipo fuera beneficiado desde la AFA con algunos fallos y hasta pidiendo a don Julio Grondona que intercediera con un árbitro.
Esto en cualquier lugar con algo de transparencia hubiera derivado en que Angelici tendría que haber renunciado. En Argentina quedará como una anécdota de viveza criolla. Pero por sobre todas las cosas, porque como José "Pepe" Basualdo le dijo a Más Deportes en una nota publicada el viernes, "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Lo de Angelici lo hemos hecho hasta los jugadores" y contó una anécdota de como él intercedió con Grondona para que a Villa Dálmine (club en el que terminó su carrera) no se le suspendiera la cancha. Lo más grave es que hasta uno de los miembros de la Comisión Normalizadora (que debió llamarse Continuadora), el vicepresidente Javier Medin participó de los aprietes al Tribunal. Hasta Cristina Kirchner se metió en el tema con un Twitter de ayer en el que dice que las escuchas son una persecución a políticos y dirigentes deportivos.
Todo pasó en una semana en la que se decidió, por fin, poner fecha para el inicio del campeonato y en la que comienzan a surgir los nombres que pueden llegar a ser los candidatos al sillón que dejó Julio Grondona y que nadie pudo ocupar con idoneidad. Angelici está enfrentado con el grupo que manejan Tinelli y D'Onofrio y se sospecha que esta es una jugada política para que su imagen quedara manchada.
En la misma semana en la que el presidente de la Nación salió a pedir "que el fútbol tiene que reorganizarse, pagar impuestos, organizar espectáculos deportivos sin violencia, el Estado colaborará en esa parte que le corresponde, una enorme tarea en el combate a las barras y la violencia y tiene que elegir sus autoridades pero bajo un esquema de transparencia". Esa última palabra es la que no se conoce en el ambiente. También se reflotó una vieja maniobra que Macri hacía cuando era presidente de Boca.
"Hacía transferencias desde la sucursal de la Banca Nazionale del Lavoro de Nueva York hacia empresas del mercado financiero y de turismo como Transcambio SA, Forex Cambio SA y Alhec Tours SA", cuenta el periodista Gustavo Veiga en una nota en la que detalla algunas artimañas de los dirigentes de Colón de Santa Fe con Germán Lerche a la cabeza. Recordemos que Lerche fue uno de los principales laderos de Grondona en su última etapa.
Esteban Fuertes, hoy ligado a la Escuela Deportiva de Junín, aseguró en las últimas horas que "a Lerche lo podríamos definir como un boludo con poder. En su momento fue la mano derecha de Julio Grondona y hoy no puede salir de su casa".
Mientras los dirigentes rosquean y sólo buscan sacar rédito de una situación a la que ellos mismo llevaron al fútbol argentino, varias instituciones sufren para mantener su estructura. "Estoy preocupado, lo que creíamos que era un momento de incertidumbre lo estamos padeciendo cotidianamente, y eso genera fastidio en el jugador y en la gente que trabaja, nos solidarizamos con ellos. La verdad es que no estamos muy bien, necesitamos que empiece a cambiar esto porque en algún momento repercutirá en el plantel y será un problema mayor”, contaba Diego Osella, técnico de Newell's.
Esta lucha también la están padeciendo los clubes del ascenso. Esas instituciones que no conocen de aportes del Estado o de la televisación. Clubes que ven cómo sus socios comienzan a enojarse y dejan de pagar sus cuotas. Instituciones que si no recaudan no pueden afrontar sus gastos mínimos, como es pagar el sueldo a sus jugadores, que necesitan seguir comiendo.
“Tuve que salir a trabajar porque los dirigentes nos comentaron que desde AFA no les están bajando la plata prometida y se les hacía difícil pagarnos. Yo tenía que pagar el alquiler de mi casa y me quedaba sin plata para comer... ", relata Ramiro Montenegro defensor de Excursionistas, quien hace changas de albañil después de los entrenamientos.
En ese contexto es que en Mendoza se comenzaron a organizar copas amistosas y hasta enfrentamientos con los clásicos rivales. Es una lástima que por una cuestión de seguridad hoy no se juegue el Gimnasia-Independiente que estaba programado. El Lobo, por ejemplo, fue el primero que agudizó su ingenio y comenzó a darles alternativas a sus socios: otra clase de beneficios, sorteos, ingreso gratis a los amistosos.
Todo tiene que ver con todo. Porque la corrupción que salió a la luz con las escuchas es una muestra gratis de la impunidad con la que se manejan los dirigentes. Los mismos que no dan explicaciones de qué hicieron con los millones de Fútbol para Todos. Los mismos que sacaban créditos en AFA que nunca eran devueltos y se los endosaban a los futuros dirigentes. ¿Pregúntenle a la Lepra mendocina si no?
Hoy deberíamos estar todos contentos porque falta poco para que la pelota vuelva a rodar, pero tratándose de fútbol, nada está dicho...