Muchas de las historias en el fútbol argentino se repiten: pibes de los márgenes de la sociedad, que entregan más de lo que tienen para poder romper con las carencias que rodean sus vidas. La compleja vida de superación de las brillantes estrellas de nuestros potreros surgidas de un entorno en el que la posibilidad de terminar encerrados en su estrato es más grande que la de poder tener una vida alejada de las necesidades.
Ángel Correa es uno de los tantos ejemplos que se formó en las inferiores de un club argentino y contó con la posibilidad de dar un salto económico que cambió su vida y también la de su familia. Que venció las tentaciones oscuras para poder cumplir el sueño. Con apenas 20 años, disputa sus primeros minutos en el Atlético Madrid y tiene su bautismo en la Selección Mayor, donde el técnico Gerardo Martino lo tiene bien considerado.
“Fue muy duro todo. Tuve una infancia muy dura porque a los 10 años murió mi papá y a los 12 mi hermano mayor. En esa edad me fui a la pensión de San Lorenzo. Por eso, cuando llegan estos momentos así, de estar en estos lugares privilegiados y únicos, a uno lo ponen muy feliz”, expresó con cierta timidez la nueva joya del país, que se codea como un par con Lionel Messi y compañía por primera vez en su carrera.
“Es muy difícil cuando sos de un barrio humilde. Te cuesta todo el doble, todos te tiran abajo. Todos te dicen que vas a terminar siendo un drogadicto o en la cárcel. También quedó demostrado que hay gente de barrio que no es así. Que con esfuerzo todo es posible”, relató Correa en Estudio Fútbol (por TyC Sports), mientras confesaba que su madre tiene como ídolo a Carlos Tevez y le exigió que le consiga una camiseta de un hombre que cuenta con una historia similar en sus orígenes a la de 'Angelito'.
Hace un año, Angelito Correa tuvo que pasar por una complicada intervención a corazón abierto realizada en Estados Unidos y juró no volver más a ese país, pero la realidad lo topó con un flagrante cambio: “Después de la operación le dije a mi representante: ‘Nunca más vuelvo a Estados Unidos’. Hace un año pasó y ahora estoy acá para vivir este momento único”.
Mientras se adapta el fútbol español (debutó en la primera fecha de la Liga ante Las Palmas), no oculta su amor por San Lorenzo ni su fanatismo por Rosario Central, el club de su ciudad. “Sigo los partidos de San Lorenzo, Central y Boca. Los que son lindos para mirar, porque sino no sirve quedarse hasta tan tarde ya que al otro día se entrena. La verdad.... Que gane y sea campeón el mejor” confesó el delantero, sin inclinar la balanza para uno u otro de sus dos amores.