Sin duda, la Pandemia de la cual se tomó conocimiento el 20 de enero en la provincia de Whuhan en China, tendrá consecuencias devastadoras sobre la economía mundial. Tanto el FMI como el Banco Mundial, han advertido sobre un efecto peor al que generó en 2008 la crisis de la hipotecas subprime.
Seguramente Argentina, con una economía más vulnerable que las demás, sufrirá este efecto en forma más aguda.
Pero en este caso, lo social no será la consecuencia de lo económico, sino que se adelantará y lo hará por la situación de los trabajadores informales.
Mientras un trabajador registrado tiene protección laboral, obra social y crédito para el consumo, uno no registrado no cuenta con ninguna de estas capacidades.
Un informe de la consultora Atenea, sostiene que la situación es crítica para los 7 millones de personas de la población económicamente activa, que son no-registrados; 43% son trabajadores no registrados, 37% cuentapropistas informales y 20% desempleados.
Desde otra perspectiva, IDESA informa que el 55% de las familias tiene como jefe un trabajador en relación de dependencia formal, de los cuales 16% están en la pobreza; 22% son trabajadores en relación de dependencia informales de los cuales 43% están bajo el nivel de pobreza y el 23% son cuentapropistas -que están en la informalidad- de quienes 35% vive en situación de pobreza.
En promedio el salario que reciben los trabajadores formales es el doble del que cobran los informales.
En cuanto a la pobreza, la última información del INDEC, da cuenta que una familia tipo necesitó en febrero 40.800 pesos para no ser pobre y 16.785 para no ser indigente.
A ello se agrega que la irrupción del Conoravirus, se da en momentos que el desempleo está aumentando y en el contexto de una fuerte recesión.
En 2019 se perdieron 170.000 puestos de trabajo formales y en enero de 2020 47.462, entre formales e informales. Por el freno de la economía que se ha precipitado en el primer trimestre del año, el gremio de la construcción advierte que pueden quedar sin trabajo 100.000 personas en el sector, -por la suspensión de la obra pública- que tiene un régimen laboral flexible en cuanto al cese de la relación laboral.
La cuestión es que este cese en los trabajadores informales, es inmediato: “no vengas más” o “vení la mitad del tiempo” o “te puedo pagar la mitad”.
El efecto de la cuarentena, hace aún más drástico este efecto de cese.
Los sectores en los cuales hay mayor informalidad y en consecuencia sufren el cese del trabajo son: servicio doméstico, rurales, comercio, construcción y cuentapropismo, incluyendo en este último sector lo que comunmente se denominan “changas”.
Los intendentes del conurbano,- donde tanto pobreza como desempleo son mayores que el promedio nacional,- desde el inicio de la cuarentena han advertido tanto al Gobernador de la provincia de Buenos Aires, como al Presidente de la Nación, sobre la crítica situación social que enfrentan. Se temen disturbios y la Gendarmería ha sido desplegada en los lugares más “críticos”.
El bloqueo de los municipios que están concretando, es una medida desesperada adoptada tanto para contener la crisis social como para evitar el ingreso de personas que podrían ser portadoras del virus.
La respuesta del gobierno nacional frente al problema, ha sido dar un bono de 10.000 pesos por única vez, a los sectores vulnerables frente a esta situación: trabajadores informales, monotributistas de las dos categorías inferiores por ingreso, desempleados y los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Se amplió a quienes trabajan en servicio domestico en la formalidad, dado su bajo ingreso.
Donde la implementación será más simple, es para los beneficiarios de la AUH, ya que los 10.000 pesos serán incluidos en el próximo pago, sin otro trámite.
Para los demás será más complejo. El viernes 27 comenzó la etapa de la “pre-inscripción” lo que implica un trámite en dos etapas. A ello se agrega que recibirán un PIN para el cobro, algo a lo cual no está habituado un porcentaje alto de quienes están en la informalidad y no cobran subsidios (AUH o Plan Trabajar mediante cooperativas).
También se ha resuelto aumentar la asistencia para las personas en situación de calle.
Tanto el Ministro de Trabajo (Moroni), como el titular del ANSES (Vanoli), han dicho que si fuera necesario, podría haber un segundo bono en abril.
Cabe recordar que el Presidente ya ha dicho que podría prorrogar la cuarentena más allá de Semana Santa.
Al mismo tiempo, el Ministro de Acción Social (Arroyo), ha dicho que es necesario distribuir 8 millones de viandas por día para contener la situación. No será fácil. La cadena logística para ello, que tiene como base las escuelas públicas, se ha interrumpido, porque han dejado de ir a trabajar tanto docentes como empleados.
Al mismo tiempo, tanto la Iglesia Católica con los evangélicos y las ONGs, han advertido que un millón y medio de personas que concurren a los comedores populares, se encuentran en riesgo por la falta de abastecimiento suficiente a los mismos.
En los próximos días, habrá una “carrera contra reloj” entre la distribución efectiva del bono y el deterioro de la situación social.
La evidencia de que los informales son el sector más vulnerable en cuanto a los efectos sociales del Coronavirus, se ha visto en Italia. En Sicilia y algunas regiones de Nápoles, donde la informalidad es más alta, se produjeron saqueos y disturbios, por el cese de ingresos a quienes viven en ella.