El sistema financiero internacional vuelve a padecer profundas sangrías generalizadas por el creciente pánico en torno a la pandemia del coronavirus y su ya evidente impacto en la economía real. En ese contexto, el Riesgo País de la Argentina avanzaba sobre los 3200 puntos, mientras que bonos y acciones colapsaban.
La Bolsa de Comercio de Buenos Aires abrió sus operaciones con una contracción de 7,8%, en línea con la dramática situación que atraviesan los mercados de referencia como Wall Street, donde las negociaciones volvieron a interrumpirse por segunda vez en la semana para evitar mayores pérdidas.
El índice Merval, que agrupa a las acciones líderes en la plaza local, retrocedía apuntalado por los nuevos derrapes de YPF (-10,6%), de Banco Supervielle (-10,5%), de Pampa Energía (-11,9), y de Central Puerto (-15,3%), entre otros.
Los papeles de las empresas argentinas que cotizan en Nueva York (ADR, según sus siglas en inglés) perdían hasta 17,1%, como era el caso de Banco Francés. El panel sobre esas operaciones volvía a teñirse de rojo, en línea con el dramático rumbo que tomaron los indicadores de Wall Street.
El índice industrial Dow Jones y el S&P, retrocedían 8,3% y 6,6%, respectivamente, tras la suspensión por 15 minutos que se declaró poco después del arranque. La tendencia bajista se instaló en la víspera, cuando el presidente Donald Trump anunció que se prohibía, por un mes, todos los vuelos entre los Estados Unidos y Europa.
La estampida de los inversores en busca de refugio también se aceleró ayer, tras confirmarse que la Organización Mundial de la Salud (OMS) finalmente declaró al coronavirus como una pandemia.
Frente a estas situaciones, para los inversores internacionales los bonos del Tesoro de los Estados Unidos a 10 años constituyen una de las apuestas más seguras para tratar de evitar cualquier daño en su capital.
Esa migración promovía el desplome de los bonos argentinos y la consecuente avanzada del Riesgo País de la Argentina, que superaba desde temprano la barrera de los 3.200 puntos, su máximo desde mediados de 2005.
Los bonos argentinos en dólares operaban antes del mediodía con pérdidas de hasta 6,9 por ciento.
En la plaza doméstica, la presión se evidenciaba también sobre el mercado cambiario. A pesar de que el dólar oficial se mantenía sin sobresaltos por el estricto cepo, sí subían con fuerza los precios de las divisas paralelas como el Contado con Liquidación (CCL) y el MEP. Esos dólares, que se obtienen mediante operaciones de compra y venta de bonos y acciones, avanzaban 1,8%, hasta los $88,66 (el CCL), y 2,2%, hasta los 87,61 pesos (el MEP).