El gobernador, Rodolfo Suárez, encabezó esta mañana una reunión, acompañado por los jefes comunales de 17 departamentos y un delegado enviado por el municipio de Malargüe en representación de Juan Manuel Ojeda, para analizar el estado de situación del coronavirus y avanzar en un plan de restricciones progresivas.
En este sentido, se avanzó con la suspensión hasta el 31 de marzo de todos los gimnasios, templos y entidades religiosas, y lo mismo con las plazas, de las cuales se intentará que la gente evite dirigirse a los espacios verdes.
Por otro lado, los boliches seguirán suspendidos, mientras que los bares estarán trabajando en un 50 por ciento de su capacidad.
Ulpiano Suárez, intendente de Ciudad, dijo que "los boliches estarán cerrados y los bares y restaurantes con la mitad de la capacidad con distanciamiento social de 2 metros".
En ese sentido, el Jefe Comunal agregó que “a través del control se verá que se cumplan las medidas tomadas, con esto no se busca recaudar quien no cumpla sino que simplemente será clausurado".
Por otro lado, Emir Félix, intendente peronista de San Rafael, sostuvo que "se está trabajando en el municipio para que haya la menor atención al público posible. Con respecto a los carnets de conducir, estamos viendo de estirar el vencimiento. Pero no podemos cerrar el municipio, la basura se debe recoger y hay muchas atenciones que se deben realizar, aunque se considera a las personas de riesgos".
Finalmente, Flor Destéfanis, intendenta de Santa Rosa, habló sobre el cierre de la feria La Salada hasta el 31 de marzo, en la cual están cada fin de semana entre 20.000 y 25.000 personas . "Fue una decisión difícil, sabemos que muchos vecinos dependen del trabajo allí, pero entendemos que la salud es prioridad en este momento de crisis y emergencia".