En la Argentina hay al menos 7,5 millones de personas con más de 60 años que conforman el grupo de riesgo definido por el Gobierno ante la pandemia de coronavirus. De ese universo, 330 mil viven en Mendoza, el 16,96% de la población provincial.
Estos datos fueron utilizados por el Gobierno nacional para definir lo que será la tercera fase de la cuarentena preventiva y obligatoria, que tendrá cierta flexibilidad para un sector poblacional pero no para personas de 60 años o más.
El presidente Alberto Fernández pidió a estas personas que "no salgan de sus casas". Y desde el ministerio de Salud reclaman a los familiares y vecinos que los asistan. En Capital Federal hay más de 30.000 jóvenes voluntarios que les hacen los mandados.
De acuerdo a los datos brindados por la subsecretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, la edad media de los muertos por coronavirus en Argentina es de 68 años. En Mendoza, tres de las cuatro víctimas fatales tenían más de 60.
Para tomar decisiones, Fernández y su gabinete trabajaron la última semana con informes provistos por los gobernadores, intendentes, el ministerio de Salud, el consejo de expertos, la CGT, la Unión Industrial y la Cámara de Comercio.
Los datos que fueron puestos sobre la mesa fueron: circulación de personas en las grandes urbes en medio de la cuarentena; precisiones sobre dónde están los principales grupos de riesgo; e indicios acerca de los sectores de la economía que podrían volver a la actividad.
El informe de Salud
Salud aportó datos para el cuidado de los adultos mayores. "Se analizó provincia por provincia y se llegó a la conclusión de que la población de riesgo es elevada, por lo que hay que cuidarla más que nunca", dijo una fuente oficial.
Como el último censo fue en 2010 y el próximo tendría que realizarse este año (todo dependerá de la pandemia), se trabajó con proyecciones poblacionales y datos de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud, de la cartera que conduce Ginés González García.
Se utilizó en este caso el informe de Estadísticas Vitales, que fue presentado a fines de 2019 con datos relevados hasta junio de 2018. Allí se observa desde la distribución poblacional por edad hasta las principales causas de muerte en el país.
Se partió de una pregunta: ¿Hay personas que presentan más riesgos si se contagian? Y la respuesta oficial es: "Sí. Las personas mayores de 60, las que tienen enfermedades respiratorias o cardiovasculares y las que tienen afecciones como diabetes".
El distrito con mayor población de más de 60 años, en términos per cápita, es la Ciudad de Buenos Aires: el 23,69% de sus 3.068.043 de habitantes. Le siguen Santa Fe (18,58%); La Pampa (18,5%); Córdoba (17,82%); Entre Ríos (16,97%); y Mendoza (16,96%). El promedio nacional es de 16,66%.
Qué dicen las estadisticas
Unas 336.823 personas mueren por año en el país por las más diversas causas (y nacen 685.394 personas). En Mendoza mueren 13.971 personas por año. De ese número, el 82,5% tienen 60 años o más (unas 11.528) y entre estos fallecidos, el 60% son mujeres y el 40% varones.
Volviendo a los datos nacionales, el grupo de riesgo está demarcado por edad y por enfermedades respiratorias, cardiovasculares y diabetes. Esas dolencias provocan el 49,5% de los fallecimientos totales del país. Y entre esos fallecidos, 147.466 (el 88,5%) tienen más de 60 años.
Al menos 61.668 mueren por enfermedades del sistema respiratorio al año, es decir, el 18,3% del total. Ahora bien, ¿Cuál dato específico miró el Gobierno? Observó que ocurre en la población de riesgo: el 89,65% de los fallecidos (55.289) tienen más de 60 años.
Asimismo, del total, 31.916 personas mueren por neumonía e influenza. Y el 90,1% de ellos tiene 60 años o más. Ante la pandemia de coronavirus, esa es la causa por la que el Gobierno decidió anticipar veinte días la vacunación contra esas infecciones.
Claudia Perandones, directora técnico-científica en el Instituto Malbrán, explica que las vacunas contra la gripe y la neumonía no previenen ni curan el coronavirus, pero es clave que la población de riesgo se las aplique porque esto evitaría una superposición de cuadros graves.
A esto se suma una afirmación del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien el jueves avisó que la tasa de letalidad del nuevo coronavirus es "10 veces superior" a la de la gripe.
Las estadísticas que recogió el Gobierno sobre los adultos mayores son la explicación de por qué ellos serán los últimos en salir de la cuarentena. Y por ello, se redoblaron los controles para que las personas no exceptuadas cumplan el aislamiento, dado que podrían ser transmisoras del virus.
En España, por ejemplo, el 95,4% de los muertos por Covid-19 tiene 60 años o más, aunque suponen menos de la mitad (el 47,8%) de los casos confirmados, según información publicada por el ministerio de Sanidad de ese país.
Aplanar la curva
El objetivo sigue siendo el de aplanar la curva de casos. Esto es para evitar que el sistema sanitario colapse, dado que existe una cama de terapia intensiva con respirador artificial cada 5.269 habitantes del país. Y una cada 877 personas con más de 60 años.
Pero hay un agravante. Según Vizzotti de las 8.444 camas de terapia intensiva con respirador, el 50% están ocupadas por pacientes con otras patologías y 115 con diagnóstico de coronavirus. Al menos el 5% de los infectados necesitarán asistencia respiratoria mecánica.
Y hay otros datos que se suman para comprender las limitaciones del sistema sanitario: en Argentina hay 8,7 médicos y 7,8 enfermeros cada mil habitantes.
Por todo esto, si se dispara la cantidad de pacientes con necesidad de asistencia mecánica, podría ocurrir lo que está pasando en Italia, España o Estados Unidos: los médicos deben elegir a quién entuban, y lo hacen por edad, por condiciones de salud y expectativa de vida. Como en una guerra.