El Festival de Cannes es un festival purista, todos los sabemos: desde que decidió dejar afuera de su competencia a toda producción de Netflix que no pasara previamente por alguna sala de cine, nos dimos cuenta de lo ortodoxos que es su comité a la hora de aceptar las nuevas formas de consumo. Y el coronavirus le ha dado una estocada final a la polémica.
Es que, ante los estragos y las perspectivas de la pandemia, todos los eventos masivos han sido cancelado. El Festival de Cannes, que se realiza anualmente durante 12 días en el mes de mayo, fue duramente afectado por esto y por esa razón se decidió posponerlo, antes que cancelarlo. Hasta ahora, se realizaría en algún momento entre finales de junio o incluso junio, anunciaron.
Sin embargo, las indicaciones son vagas y todos sabemos que es poco probable que se normalice todo antes de mitad de año. El festival, cuyos jurados iban a estar presididos este año por el gran Spike Lee, está en un stand by incierto y nadie quiere animarse a decir lo evidente: es poco probable que se realice, al menos en las mismas condiciones de siempre.
Y a esto se sumaron las declaraciones a la revista Variety de nada menos que el director del certamen, Thierry Fremaux, quien fue duro con las opciones que abre el mundo digital, a las que llamó indirectamente de "alternativas precarias e improvisadas".
"¿Películas dirigidas por Wes Anderson o Paul Verhoeven en un ordenador? ¿Descubrir 'Top Gun: Maverick' o 'Soul' en otro lugar que no sea una sala de cine? Si los estrenos de estas cintas se han pospuesto para que se puedan disfrutar en pantalla grande, ¿por qué íbamos a estrenarlas nosotros antes en un dispositivo digital? No creo que los directores quieran que sus trabajos acaben viéndose en un iPhone", dijo.
Agregó: "Tendremos que pensar en una forma de exhibir películas para no perder un año, pero desde luego no será una alternativa precaria e improvisada a Cannes o Venecia”.
En realidad, los temores de Cannes tienen que ver más con las pérdidas que significarían para los productores estrenar por streaming sus producciones antes que la experiencia auténtica del cine. Y se suma otro agravante: los premios en festivales son trofeos con los que después las películas pelean un lugar en las salas comerciales. Si llegan a esa instancia "desarmadas", su éxito final se ve puesto en cuestión.
El estado de incertidumbre es válido, pero Cannes no quiere tomar apuntes de que muchas películas -ante el cierre masivo de salas- han optado por adelantar su estreno al streaming, con un servicio de alquiler que muchos de buena gana están pagando.