"A mí me llamó Mario, pero también me llamó Alfredo". Mario y Alfredo son Negri y Cornejo. Ambos quieren presidir el bloque de diputados de la UCR a partir del 10 de diciembre, y aunque en público digan que no les preocupan los cargos ya están trabajando en lograr apoyos de sus correligionarios para cumplir el objetivo: tienen en claro que, siendo opositores, el Congreso es un ámbito de poder y una vidriera política inmejorable con vistas a una elección, tanto la de medio término como la general. Los dos estarán hasta 2023.
Negri y Cornejo no solamente son las principales figuras nacionales de la UCR sino que vienen de conseguir triunfos resonantes en sus provincias.
La lista del diputado por Córdoba logró un 51,3 por ciento de los votos, ganó seis de las nueve bancas posibles y le sacó 29 puntos porcentuales a la nómina del Frente de Todos.
A su vez, la del gobernador de Mendoza obtuvo un 50 por ciento de los votos, metió tres de las cinco bancas en juego y le sacó 12,2 puntos porcentuales a la nómina del Frente de Todos.
Ambos fueron protagonistas de los cuatro años de gobierno de Cambiemos: Negri, como jefe del interbloque Cambiemos, integrado por 89 diputados, de 2016 a 2017, y por 107 diputados, entre 2018 y 2019; y Cornejo, como presidente del Comité Nacional de la UCR, desde diciembre de 2017 hasta diciembre próximo, cuando dejará ese cargo y asumirá como diputado.
Como jefe de la bancada oficialista, a Negri le tocó defender la gestión de Mauricio Macri y sus leyes dentro del recinto, con recordados discursos de cierre, así como en los medios de comunicación.
Cornejo, como presidente de uno de los partidos socios de la alianza junto con el PRO y la Coalición Cívica-ARI, trabajó para sostener la unidad después de la explosión de la crisis económico-cambiaria, que produjo una caída de la confianza en el Presidente y en su gobierno.
Coincidencias y diferencias
Los dos afirman que el bloque radical debe mantenerse unido y también la coalición Cambiemos o Juntos por el Cambio, el nombre que adoptó tras la incorporación de Miguel Pichetto como candidato a vicepresidente.
Pero quienes conocen a ambos señalan que mientras el cordobés está más cerca de Macri e inclusive no descarta que el presidente saliente continúe siendo protagonista y jefe de la coalición en la oposición, el mendocino quiere que el radicalismo pase a liderar el espacio, con una conducción horizontal y colegiada.
A partir del 10 de diciembre el bloque radical tendrá 44 diputados y podrían ser 47 si el nosiglismo no forma un bloque aparte de tres bancas.
Ese bloque se integrará al interbloque Juntos por el Cambio (o Cambiemos), que con los 52 del PRO, los 15 de la Coalición Cívica-ARI y un puñado aliados sumarán 119 diputados. Es decir una decena más que el Frente de Todos.
Pero la puja entre Negri y Cornejo será por el bloque radical y después, eventualmente, por el interbloque, lo que deberá ser conversado con el PRO, que tendrá más diputados.
Qué dicen en ambos bandos
En el entorno del mendocino plantean la disputa por la conducción del bloque en términos semánticos: qué rol adoptará el radicalismo como oposición en los próximos cuatro años, subyugado a Macri y Carrió o parado al frente de las estrategias y decisiones, dicen.
"Nosotros tenemos la visión de que Mario va a seguir fiel a su estilo, de aceptar el liderazgo de Macri como jefe de la oposición y que Carrió tenga poder de veto sobre las decisiones. Alfredo, en cambio, propone que sigan estando todos, pero en el marco de una mesa mucho más horizontal. El radicalismo en estos cuatro años se portó muy bien, apoyando las medidas de Gobierno. Pero salvo Cornejo, nadie explicitó las críticas", dicen.
A su vez, en el entorno del diputado por Córdoba dicen que se muestra confiado en contar con el apoyo suficiente de sus colegas para continuar al frente del bloque, que preside desde 2013, dos años antes de que se conforme la alianza Cambiemos.
"Yo me siento en condiciones [de presidir el bloque] porque no me he movido nunca de la foto. Les he correspondido a los radicales y al Gobierno, y me tocó articular una coalición parlamentaria de más de cien personas. Yo no regalo el laburo de cuatro años", afirma Negri, según reproducen sus más íntimos colaboradores.
La otra diferencia grande entre Negri y Cornejo es Carrió: mientras diputado por Córdoba es amigo personal de "Lilita", a quien defiende y de quien dice que "jamás se ha llevado puestos los acuerdos", el mendocino reniega de su poder de veto en la coalición. "¿Vamos a dejar que nos sigan conduciendo Macri y Carrió o vamos a ir a una mesa más integrada? Eso hay que discutir", dicen en el entorno del mendocino.
Además del poroteo interno, la puja sobre la presidencia del bloque radical de Diputados estará atada a otra negociación: la de la presidencia del Comité Nacional de la UCR, cargo que Cornejo dejará en diciembre y para el cual otro gobernador ya se mostró interesado, el jujeño Gerardo Morales.