Alfredo Cornejo ha elegido guardar silencio. Su única aparición mediática en los últimos días fue ineludible: la conferencia de prensa junto a Mauricio Macri el viernes, como cierre de la visita presidencial a Mendoza. Ocho días antes, en lo peor de la crisis cambiaria, había hablado a la salida del Consejo de las Américas apoyando al Gobierno. Pero nada más.
Su decisión es no hablar, aunque la tentación sea grande: rechazó el pedido de Jorge Lanata para entrevistarlo en vivo en PPT, una muy buena vidriera para quien busca posicionarse a nivel nacional.
El aislamiento tiene una razón concreta: cree que por más que explique la postura de la UCR, el “relato” de Elisa Carrió se termina imponiendo. Esto lo cuentan sus laderos porque, como ya se dijo, él ha decidido callar.
“¿Cómo vamos a ir a pelear nosotros un lugar para Lousteau y Prat Gay si ni siquiera pueden considerarse radicales?”, se preguntó y argumentó ante los suyos. Fue la mesa chica de la Rosada la que pensó en sumar a los dos economistas en busca de oxígeno, ante la presión furibunda del mercado.
De hecho, en algún momento Marcos Peña ya le había ofrecido “ascender” al gabinete nacional a alguno de los ministros provinciales, pero Cornejo rechazó la propuesta. Su análisis es que no ayudaría en nada a la coalición.
El radicalismo lo que pide en verdad es más participación en la toma de decisiones y, sobre todo, en la definición del plan del Gobierno. De nada sirve tener ministros si igual no se van a enterar de lo que pasa ni definirán hacia dónde van, razonan sus líderes.
Pero Carrió parece querer reservarse para ella ese rol de “único” oráculo de consulta del Presidente por fuera del Pro. Esa es la razón por la que dinamita cualquier avance que acerque a los radicales al primer plano nacional.
Cornejo comparte el objetivo y el giro económico de los últimos días, cuando las circunstancias llevaron al Ejecutivo dominado por el Pro a reactivar las retenciones, como ya le había propuesto la UCR.
El pedido radical era recaudar más y no sólo ajustar más, como se había planteado hasta ahora el equipo económico nacional.
Por eso también hubo sorpresa y satisfacción en las últimas horas cuando la Nación dijo estudiar un sistema de tarifa plana para el gas, un planteo que también hizo la UCR hace unos meses para atenuar el impacto en los bolsillos de los argentinos, pero que Macri rechazó.
Es el Presidente el que está incómodo con este nuevo escenario “heterodoxo”, sobre todo porque su concepción económica rechaza herramientas como las retenciones, y sólo cambió porque se vio obligado.
“Por lo que escuchamos, insiste con el mismo diagnóstico que ya fracasó”, contó uno de los mendocinos que estuvo en las reuniones de esa suerte de retiro espiritual del gabinete nacional el jueves y el viernes.
El Gobernador comparte la meta fijada desde el inicio por su aliado, aunque difiere en las formas. “Él hubiera elegido otro camino”, ratifica uno de sus hombres de confianza.
Está claro que sólo las necesidades de uno y otro, más que las coincidencias, han hecho sobrevivir la relación. Cornejo y Macri son el agua y el aceite.
Para confirmarlo basta hacer un repaso de su origen social, su formación profesional y su trayectoria política.
El mendocino es un defensor de la política, un militante de la “rosca”, un analista de escenarios. El Presidente, en cambio, reniega de la política y desconoce la rosca. Para él es “lo viejo”. Aunque lo “nuevo” hasta ahora no se sabe bien qué es.
¿Cómo se mantienen unidos? “Están haciendo lo que no pudo hacer la oposición en Venezuela, juntar a los distintos. Tienen que tragarse las diferencias para poder vencer al populismo”, describió un funcionario que ve a diario a Cornejo.
En las varias horas que compartieron en Mendoza el Presidente y el Gobernador, la política ni se tocó. El eje de las charlas, incluso la que tuvieron casi a solas en el atardecer del jueves en el hotel Potrerillos, dicen que fue la gestión y algún que otro comentario superficial.
Pero hay un dato que sobrevoló los encuentros: el Macri que vino esta vez era muy distinto al de las anteriores visitas. Golpeado, llegó en busca de apoyo más que a respaldar.
Y hay una definición que sobrevolará los próximos meses de la relación: si Cornejo mantiene las elecciones desdobladas de la Nación, como fija la ley, o decide unificarlas, como se lo permite la misma norma.
En el Gobierno provincial juran que Macri nunca sacó el tema y que Cornejo esperará hasta último momento, es decir marzo, para decidirse. Todo dependerá de si en ese momento el contexto económico mejoró y el Presidente dejó de ser el ancla electoral que es hoy.