El día que Cornejo le pidió a Macri que no sea candidato a presidente- Por Marcelo Zentil

El Gobernador cree que es necesario generar expectativas para conquistar a la sociedad y calmar a los mercados.

 El día que Cornejo le pidió a Macri que no sea candidato a presidente- Por Marcelo Zentil
El día que Cornejo le pidió a Macri que no sea candidato a presidente- Por Marcelo Zentil

Alfredo Cornejo vivió el jueves de furia de los mercados junto al ministro de Gobierno, Lisandro Nieri, un economista que viene del mundo financiero, mantiene esos contactos y sabe interpretar los movimientos. Fueron horas de preocupación por la economía y la política.

En esos momentos de angustia, cobró más sentido una frase suya en la reunión con el Presidente y los gobernadores de Cambiemos, dos días antes: “Medidas económicas ultraortodoxas, como las tuyas, o keynesianas, como las mías, necesitan credibilidad y es lo que no tiene el Gobierno ahora. Para recuperarla es necesario un cambio de ministros y de candidatos...”.

El destinatario, claramente, era Mauricio Macri y la respuesta fue un no rotundo, a todo. Una y otra vez, en privado y en público, el primer mandatario ha ratificado en las últimas semanas que él irá por la reelección. Descarta así el paso al costado que muchos le piden, adentro y afuera, para dejarle el lugar a María Eugenia Vidal, mejor posicionada según las encuestas para ganarle a Cristina Kirchner.

Cornejo y el radicalismo están en ese grupo que cree imprescindible un cambio de nombres para ser competitivos. Hoy, salvo el macrismo más acérrimo, nadie confía en un triunfo del Presidente. Crisis de expectativas la llaman.

El problema, entienden, es que no es bueno que Macri salga casi a diario a ratificar su postulación, pero también sería dañino que termine declinando demasiado tarde, porque la dilación desgasta a Vidal irremediablemente.

“De aquí hasta el 22 de junio  tiene que pasar algo que ayude a movilizar a la sociedad”, le dijo Cornejo a uno de sus colaboradores tras la crisis de las últimas horas. La fecha que puso es el día que vence el plazo para inscribir candidaturas y el anhelo expresa la necesidad de que surja un nombre que genere expectativas y tenga el apoyo de Macri.

Por ahora, no se vislumbra un portazo a la coalición, pero el nivel de enojo va en aumento a diario. “El Alfredo está recaliente, en cualquier momento los va a mandar a cagar”, grafica un cornejista el momento de la relación.

El mendocino cree que hay espacio para un “no peronista” que exprese a ese sector de la sociedad, aunque él se corre: no alcanza el tiempo para armar los equipos y la red territorial que exige esa aventura. Ése es un lujo que se puede dar un gobernador que transita el final de su segundo mandato, no el primero y único que va a tener.

Esa convicción de que es necesario otro candidato está basada en números. Las encuestas en Mendoza dicen que el 54% no quiere saber nada con Macri ni con Cristina.

Nada indica que en el resto del país el sentimiento sea distinto, al contrario. El establishment económico también parece haberle enviado el mismo mensaje a Macri la semana que pasó.

El escenario que tal vez no se ha planteado el Presidente es qué pasará  si pierde con las decenas de causas en su contra. ¿Será contemplativa con él la Justicia en un nuevo gobierno del kirchnerismo?

El enojo de Cornejo con Macri y sus decisiones no es sólo porque está en peligro la continuidad del proyecto nacional. La principal preocupación es el impacto que pueda tener en la elección mendocina, aunque por ahora dicen que no corre riesgo el triunfo oficialista. Claro que cada foto del Gobernador reunido con el Presidente lejos está de hacerle un favor.

En los últimos días, pese a la corrida cambiaria, los dirigentes del oficialismo se muestran más tranquilos que hace unas semanas. Los avalan los números, que mantienen al frente Cambia Mendoza en el orden del 40% de intención de voto con el PJ bastante abajo, y también, aseguran, lo que perciben en las recorridas que hacen los candidatos.

“La gente diferencia bien nuestro gobierno del nacional. Se nota en cada barrio, en cada casa que visitamos. La gestión de Cornejo está muy bien valorada y las de los intendentes radicales también”, cuenta uno de los hombres que camina los departamentos junto a Rodolfo Suárez.

“La crisis pone más conservadora a la gente. Hoy no está en riesgo la elección”, suma uno de los funcionarios que a diario habla con Cornejo.

De hecho, sus encuestas arrojan que ahora la gestión provincial está mejor considerada que a fines de 2018 y principios de 2019 (cuando se lanzó el cuestionado Mendotran). Será cuestión de seguir marcando las diferencias.

También creen que el PJ ha hecho todo lo posible para no ganar con la integración de las listas: “Son los mismos que chocaron Mendoza durante los últimos dos gobiernos peronistas”, machacan.

“Fernández Sagasti incluyó candidatos que pueden servirle para ganar la interna, pero no la general, y Bermejo parece que no está convencido de su postulación”, analizan en el radicalismo.

Antes que preocuparse por el peronismo, en el Gobierno tienen por delante la interna que librarán en las PASO con Omar de Marchi, presidente del Pro mendocino e intendente de Luján, que le disputa al capitalino Suárez la candidatura a la gobernación.

El cierre de hace una semana dejó a algunos macristas y demócratas del lado del Gobierno, y a algunos radicales (los que no entraron en las listas “oficiales”) y demócratas con De Marchi.

En la mesa chica cornejista creen que el armado del lujanino no tiene peso y que le va a costar posicionarse en el electorado: la continuidad la expresa Suárez y el discurso crítico lo encarnan las opciones opositoras.

Pero De Marchi venció el primer prejuicio: se presentó, cuando la mayoría pensaba que no lo haría. Ahora, confía en que su figura “arrastre” al resto de la boleta.

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