En las próxima horas el gobernador Alfredo Cornejo se reunirá con su ministro de Hacienda, Martín Kerchner. Definirá si la anunciada “ayuda” a estatales se pagará durante el siempre deficitario diciembre o a comienzos del generalmente superavitario enero. O en dos veces, cabalgando entre ambos meses.
También resolverá si el beneficio alcanzará o no a los sueldos de más de 30 mil pesos; si el monto a otorgar quedará en 1.300 pesos, cómo pagará el proporcional por hora cátedra y si permitirá algún efecto remunerativo.
Todo se definirá con las planillas de la marcha de la recaudación provincial del mes de noviembre, en la mano.
“En diciembre se juntan el pago del sueldo y del medio aguinaldo que son más de 3 mil millones de pesos. También hay vencimientos de letras, de deuda y de pagos a proveedores, a lo que hay que sumar el reconocimiento de algunas diferencias salariales”, hace notar Kerchner. Y confirma que -como ocurre todos los años- diciembre será el mes de mayor rojo fiscal.
En Hacienda calculan que terminarán destinando para este “bono-ayuda” una cifra que superará los 160 millones de pesos.
En los primeros diez meses de este año el gobierno de Cornejo ha conseguido recursos por un poco menos de 40 mil millones de pesos y ha gastado un poco más de 39 mil.
Pero los casi 900 millones de pesos que le quedaron de superávit (antes de los pagos de deuda) no han alcanzado para afrontar los vencimientos que -a octubre- casi llegaron a 2 mil millones de pesos.
Por lo tanto el resultado operativo final (después de los pagos de deuda) arroja un rojo acumulado de 1.200 millones de pesos a octubre, según los números de Hacienda.
Se estima que entre noviembre y diciembre a ese déficit se le sumarán al menos 3.500 millones de pesos más, para que el año termine cerrando entre 4.500 y 4.800 millones de pesos.
Sin quiebre
“Vamos a finalizar por encima de 4 mil millones y por debajo de 5 mil millones” (de déficit), es la amplia estimación del ministro Kerchner.
El Gobierno festeja “haber quebrado una inercia” de déficits reales del Estado mendocino que superaban a los que autorizaba la Legislatura.
Es que este año el rojo permitido era de 5.400 millones y el real podrá estar al menos 600 millones más abajo. “Por primera vez en mucho tiempo el presupuesto dejó de lado el ‘pre’ y pasó a ser un supuesto real”, festeja Kerchner.
Pero la convicción oficial de haber domesticado un rojo fiscal desbordado por años no tiene comprobación en los propios números oficiales. Para encontrar el anterior déficit real menor al autorizado no hace falta ir demasiado hacia atrás en la serie histórica.
Hace apenas dos años, en 2014 durante el penúltimo año del ex gobernador Francisco Pérez (PJ), la Legislatura autorizó un déficit de 681 millones de pesos. Y el rojo real terminó por debajo, en 558 millones de pesos.
Con Pérez, el déficit se mantuvo controlado en 2012 y 2014 y se disparó por encima de lo autorizado por la Legislatura en 2013 y 2015. Y hubo rojo los cuatro años.
Celso Jaque (PJ) también gobernó con déficit todo su periodo: se desbordó en 2011 (triplicó al autorizado) pero en los otros tres años logró números controlados. En 2010 el rojo superó levemente lo autorizado, en 2009 se mantuvo por debajo de lo aprobado.
Y en 2008 estuvo muy por debajo de lo que le permitió la Legislatura y muy cerca del ‘déficit cero’ (18 millones).
El radical Julio Cobos tuvo tres años con superávit y uno con un déficit muy leve (5 millones) aunque no autorizado por la Legislatura.
Mientras que Roberto Iglesias (UCR) gobernó dos años con déficit (2001 y 2002) y dos con superávit (2000 y 2003).
Comparaciones aparte, en el gobierno provincial muestran satisfacción por la tarea desarrollada y ratifican rumbos.
“Mendoza ha cumplido con sus promesas fiscales”, se agranda Kerchner. Y destaca el cambio de perfil del déficit provincial, menos corriente y más de inversión para 2017. El año que viene la Provincia llegará a su décimoprimer año consecutivo con rojo fiscal.
