En sus últimos seis meses de gestión, el gobernador Alfredo Cornejo pretende cerrar la mayor cantidad de proyectos energéticos abiertos y cajoneados que tiene Mendoza, algunos de hace años, para dejarle el "escritorio limpio" (como él lo graficó el miércoles último) a su sucesor.
En el Ejecutivo siempre que pueden recuerdan los problemas con los que se encontraron de la anterior gestión peronista, sobre todo con una gran cantidad de proyectos u obras que estaban descartados o sin financiamiento. Aquí incluyen centenares de viviendas adjudicadas por el IPV sin los recursos para hacerlas, pero también a grandes proyectos que fueron pausadas por presión social, falta de informes ambientales o por no haber encontrado el financiamiento de la Nación, como Portezuelo del Viento.
La política energética ha sido una de las obsesiones de Cornejo, que se encontró en el Gobierno con un Estado que había tenido varios traspiés a la hora de impulsar proyectos en la materia. El ejemplo más claro es el de Potasio Río Colorado, la mina del sur de Malargüe que nunca logró estar operativa y que dejó sin trabajo a 3.000 empleados en 2013, cuando la empresa concesionaria Vale suspendió su operación por problemas económicos y sobre todo por la caída del valor del mineral.
Ahora Cornejo plantea rediseñar ese proyecto incluso sin Vale de por medio. "En breve vamos a terminar de resolver los temas contractuales de Potasio Río Colorado con la empresa concesionaria", le dijo el gobernador a Los Andes hace una semana durante una entrevista. Desde el ministerio de Infraestructura y Energía destacaron que no se ha evaluado quitarle la concesión a la firma brasileña, al menos en el corto plazo, y que están trabajando con la empresa para achicar el proyecto, que bajaría de 4 millones de toneladas por año a 1,4 millón.
La inversión necesaria es de unos 1.500 millones de dólares y por ahora no hay factibilidad por el bajo precio del potasio, que ronda los 200 dólares la tonelada, cuando en 2009 estaba en 600 dólares. En la última misión a China, el ministro Martín Kerchner tentó con el proyecto a la empresa Shanghai Potash Engineering Research Center para invertir. De hecho, a Mendoza llegó después una comitiva a visitar el lugar.
Emilio Guiñazú, subsecretario de Energía, sostuvo a Los Andes que el objetivo es dejar la reingeniería lista para que en el momento que crezca el precio del potasio, se reactive la mina.
Hierro, oro y petróleo
Por otro lado, en la carpeta de Cornejo también está Hierro Indio, una mina en Malargüe en la que calculan que se podrían extraer 100.000 toneladas por año del mineral. El proyecto intentó aprobarse en 2014, pero fue archivado en la Legislatura por falta de informes del Instituto Argentino de Nivología y Ciencias Ambientales (Ianigla).
"La empresa (Hierro Indio SA) ya presentó los papeles para un nuevo estudio de Declaración de Impacto Ambiental (DIA), más detallado, y reforzando aspectos que no se habían tenido en cuenta hace algunos años", comentó Guiñazú. Según el funcionario, esperan reactivar la mina en poco tiempo.
Por otro lado, está el siempre polémico proyecto de cobre y oro de San Jorge en Uspallata.. El Ejecutivo ha tenido varias reuniones y la empresa que tomó ahora las riendas, la rusa Aterra Group (antes fue la candiense Coro Mining), realizó un trabajo de hidrogeología para mejorar varios aspectos que fueron cuestionados en años anteriores por diferentes organismos.
"Fue presentado y está siendo evaluado, todo de acuerdo a la ley 7722", aclaró Guiñazú para no alertar a los ambientalistas. La inversión para la extracción de cobre y oro rondaría los 500 millones de dólares.
Recordemos que este proyecto cayó en un pantano en 2007, cuando se aprobó la mencionada ley "antiminera". De hecho, en 2011 la Legislatura votó en contra de la DIA que presentó San Jorge luego de fuertes protestas de organismos ambientales.
En petróleo, también hay expectativas puestas en torno a Vaca Muerta, donde las empresas YPF y El Trébol ya invirtieron para tareas de exploración para la extracción de crudo pesado.
En Mendoza, Vaca Muerta abarca 8.700 km2 y tiene mayor riqueza en hidrocarburos líquidos que en gas. De acuerdo a lo informado por el Gobierno , en esa zona hay recursos por más de 8.000 millones de m3 de petróleo, de los cuales podrían recuperarse 238 millones de m3 (representan más de 50 años de la producción anual de la provincia).
En relación a los demás desarrollos pertoleros en la provincia, Guiñazú indicó que desde que comenzó la gestión se ordenaron todos los contratos "para establecer reglas claras", lo que ha dado como resultado multas a empresas o incluso la quita de la concesión de áreas, como ocurrió con Chañares Herrados, por incumplimientos.
“Vamos a sacar una segunda licitación para esta zona, y esperamos que se concrete rápidamente porque no queremos perder el ritmo de producción”, destacó.
Las megaobras
La presa Portezuelo del Viento, también en Malargüe, ha sido la ambición de varios gobiernos, peronistas y radicales, pero recién hace poco Cornejo se trajo desde Buenos Aires el compromiso de que la Nación gire los fondos para construirla, que son 1.023 millones de dólares, en un plazo de al menos 5 años.
En el Gobierno estiman que en menos de dos meses llamarán a licitación, ya que este proceso estará a cargo de la Provincia, y junto a la obra hidroeléctrica está contemplada la realización de dos rutas y la relocalización de Las Loicas.
En tanto, otra megaobra hidroeléctrica que ha quedado en el tintero es Los Blancos. "Había sido licitada por el peronismo sin proyecto y sin DIA, por lo que eran nulas las posibilidades de realizarse. Decidimos separar el proyecto y enfocamos los cañones a Portezuelo, que tenía el financiamiento asegurado tarde o temprano por el juicio de la promoción industrial", razonó Guiñazú.