Aumento de impuestos no, pero si de tarifas de servicios. No en lo inmediato, pero sí habrá. Al menos eso lo que dijo ayer el futuro ministro de Hacienda, Martín Kerchner. “Lo pensamos desde el 2013, cuando se incumplió con la ley y no se llevó adelante el nuevo cuadro tarifario”, algo que según el cornejista debería haber hecho la administración de Francisco Pérez.
“Eso se fue atrasando y no se han hecho las obras necesarias en virtud de las tarifas. Eso hace que en verano, cuando tengamos muchas lluvias, tengamos problemas eléctricos. Pasa lo mismo por lo que sabemos en el transporte público”, explicó ayer Kerchner a Los Andes.
“Vamos a hacer un acuerdo razonable para que esas tarifas se acomoden en el tiempo”, anticipó, buscando no asustar a los usuarios con una medida intempestiva. La idea, por lo dicho, es aplicarla gradualmente.
Sin embargo, Kerchner volvió a sostener que la prioridad del futuro gobierno es poner al Estado en movimiento, es decir pagar sueldos y proveedores para que se puedan cumplir con los servicios básicos del Estado.
En principio, sin ayuda extraordinaria confirmada, Kerchner evalúa pagar los sueldos como lo viene haciendo el actual gobernador Francisco Pérez: de a poco, en cuotas, a medida que vaya entrando la coparticipación.
Para después quedarán las leyes de avalúo, impositiva y de presupuesto 2016. Esas normas son un lujo que, con suerte y en la medida que se pueda determinar claramente el monto de las deudas que deja el gobierno de Pérez, será mandado antes de la Navidad.
Todo es condicional. En el radicalismo hay casi certeza de que los salarios de noviembre, esos que hoy Pérez paga escalonadamente y contando las monedas que entran a las cuentas provinciales (ver aparte), se terminarán de cancelar después del 9 de diciembre, fecha en la que asume Alfredo Cornejo.
Con esa casi certeza es que el hombre que manejará las cuentas provinciales en la gestión Cornejo ya empieza a atajarse e indicar que la prioridad será pagar sueldos y aguinaldo y que apenas se terminen de pagar los sueldos de noviembre empezarán a juntar las monedas para cancelar el aguinaldo y después para pagar los sueldos de diciembre.
Juntar peso sobre peso será la tarea en este mes y hasta entrado enero. Además, la otra tarea será verificar la deuda que se acumula en los “pinches” de cada ministerio; es decir, ver a cuánto ascienden las compras que no fueron registradas en la contabilidad estatal, para tener una idea confiable de cuánto hay que pagar a los proveedores y así completar el monto del déficit que deberá cubrirse con nuevo endeudamiento.
Sin lugar para el optimismo
No parece haber demasiados secretos para las cuentas. Saber cuánto se debe y a quién, estimar cuánto entrará y luego decidir en qué gastarlo. Y antes de mandar el proyecto de Presupuesto, Cornejo y Kerchner quieren saber primero a cuánto llegará el déficit 2015 para poder estimar el de 2016 y el correspondiente pedido de autorización para tomar nueva deuda.
“No se pueden corregir 8 años de déficit en unos meses”, dijo Kerchner y luego indicó que “la Provincia no resiste más presión fiscal”, es decir que no habría margen para subir impuestos. No hay nada que lo saque del pesimismo, ni siquiera el fallo de la Corte Suprema Nacional que le restituye a las provincias el aporte del 15% de la coparticipación que se destinaba a la Anses.
El fallo es un dolor de cabeza para el futuro presidente Mauricio Macri. Los memoriosos recuerdan que, cuando se aprobó el sistema jubilatorio de capitalización, ese que permitió el surgimiento de las AFJP, se había generado un problema grave.
Los aportes de los trabajadores activos eran captados por las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (o sea AFJP) y no había quién pusiera plata para pagar las jubilaciones y pensiones de los que ya eran pasivos. Entonces, vino un pacto fiscal y las provincias pusieron un 15% de sus cuotaparte de coparticipación federal para cubrir esos pagos.
El tema es que, cuando las AFJP fueron pasadas a retiro en 2009 por Cristina Fernández, los aportes de trabajadores y empleadores volvieron a la Anses y el aporte de las provincias siguió vigente. Santa Fe y San Luis presentaron demandas para recuperar ese aporte y la semana pasada la Corte les dio la razón.
Así es que el martes se publicó un decreto de la Presidenta en el que deja sin efecto la retención de coparticipación con destino a la Anses.
La medida parece una bendición para la administración de Cornejo, pero Kerchner parece no conocer el optimismo y recuerda que la Nación es uno de nuestros principales acreedores, por lo que podría reclamar y con derecho lo que nos debe y lo que pone en las provincias, incluida la nuestra: fondo de la soja (que no es coparticipable, pero que llega a las provincias) o las casas de Procrear que financia la Anses y que el fallo sin duda afectará.
Sin embargo, el futuro ministro agita una bandera de esperanza: es un gran momento para negociar con cierta fortaleza, poner todo sobre la mesa para discutir una nueva ley de coparticipación.