A falta de acuerdos políticos, el oficialismo apunta a la técnica para sacar sus proyectos. El bloque Cambia Mendoza anunció que se valdrá de una herramienta que habilita la Constitución para que el viernes de la semana que viene, a más tardar, se aprueben las cinco iniciativas que no pudieron tratarse ayer en el Senado por falta de quórum.
Para ese día prevé, si no logra quórum antes, la tercera sesión especial, cuando podría comenzar el debate sin la mayoría mínima requerida.
La idea es que estos cinco proyectos se traten en una sesión especial, una modalidad contemplada en el artículo 88 de la Constitución de Mendoza que permite a la Cámara, luego de tres citaciones especiales fallidas, “sesionar con la tercera parte de sus miembros”.
Es decir, de fracasar los primeros dos turnos especiales, en el tercero no es necesario que esté la mitad más uno de los senadores (20), sino sólo 13.
Los temas que están pendientes son algunos clave para el Gobierno, como la ampliación de la Suprema Corte de Justicia, las leyes fiscales de Avalúo e Impositiva, acceso a la información pública y la suspensión de la ejecución de créditos hipotecarios.
Las cuentas que sacan en el oficialismo es que si el escenario que se dio ayer se repite en el primer turno del viernes que viene y en el segundo del próximo martes, el otro viernes -tercera sesión- el bloque Cambia Mendoza podrá comenzar el debate sin la necesidad de que esté la oposición y los dos radicales díscolos que ayer frustraron la sesión al ausentarse.
Este “plan B” fue elaborado ayer mientras el radicalismo esperaba en el recinto completar el quórum y empezar un “súper martes” con varios proyectos en el temario. Más allá de que el FIT y el PJ habían anunciado que no iban a entrar, los senadores presentes esperaban a sus correligionarios Walter Soto y Raúl Ferrer.
Se trata de dos radicales díscolos que están "separados" del bloque y que por segunda vez en el año pusieron en apuros al oficialismo.
La primera fue cuando se tuvo que suspender la sesión en la que se iba a tratar el Ordenamiento Territorial y el Código Procesal Civil.
En aquella oportunidad sorprendió la ausencia y el gobernador Cornejo amenazó con un “Ítem Banca” para asegurarse la asistencia de los legisladores.
Las resistencias
La oposición a entrar al recinto fue por el proyecto que propone ampliar la composición de la Suprema Corte de Justicia y llevarla de siete miembros a nueve. Esta modificación permitiría a Cornejo que ingresaran dos magistrados propuestos por él.
Tanto el PJ como los radicales díscolos argumentaron que el proyecto se estudió poco tiempo, si se tiene en cuenta que ingresó el lunes 30 de octubre, se trabajó en comisión el miércoles pasado y ayer ya buscaba la primera sanción. Es por eso que pedían que se sacara del temario para así tratar los otros temas.
“Nos parecía que debía ser un debate más amplio. Hay que dar más tiempo a un proyecto tan importante ya que por primera vez, desde el retorno democrático, se aumenta el número de integrantes de la Suprema Corte. Hubo intendentes que dijeron por los medios que no están enterados del proyecto", señaló Ferrer y negó que se haya abierto una interna en la UCR: “No tengo ninguna cuestión política ni personal con Cornejo. Me parece un excelente gobernador”.
Por la tarde, en un comunicado, Ferrer y Soto dijeron estar abiertos al diálogo, pero avisaron que no creen que en tres días se pueda dar un debate profundo sobre el proyecto.
En el PJ también explicaron por qué se oponen al proyecto que ideó el senador Juan Carlos Jaliff pero que impulsa el propio Cornejo. “No estamos en contra de agilizar la Justicia, pero no a costa de tener más miembros. Pedimos que esta semana estuviera en estudio pero no les interesó, no quisieron escucharnos”, señaló la presidente del bloque, Patricia Fadel.
Fadel dijo que Cornejo quiere “la suma del poder público”. “Tiene mayoría en el Senado, en Diputados, en las intendencias y le falta mayoría en la Suprema Corte, un tribunal que sea afín y automático, a su parecer. Esto es un error institucional. En todos los años de la democracia, ningún gobierno cambió esta conformación”, argumentó la senadora y dijo que tienen un proyecto alternativo para agilizar la Justicia.
A su vez, la oposición lamentó que por no haber accedido el oficialismo a sacar este proyecto del temario, se cayera la consideración del resto. "El único proyecto que les ha interesado es el judicial. No les importó el resto de las leyes”, consideró Fadel.
Por su parte, el bloque radical explicó que apuraron el tratamiento debido a que el PJ se “opuso rotundamente” al proyecto. “Ellos se opusieron siempre, no es que nos pidieron más tiempo. Si ésta es la postura que tienen, ¿con qué objeto les damos más tiempo? Ellos nos dejaron el camino cerrado al diálogo”, señaló Jaliff.
Diputados, también difícil
Podría decirse que se descuenta que el Senado conseguirá la primera sanción valiéndose de la herramienta que le da la Constitución. Ahora, el proyecto que suma dos ministros más a la Suprema Corte, también tendrá su prueba de fuego en Diputados. En esta Cámara, el oficialismo necesita que 25 legisladores estén presentes al momento de iniciar la sesión, es decir, dar el quórum.
Esta cantidad es la que tiene el bloque Cambia Mendoza en su totalidad, si se cuentan los radicales y los diputados del Pro, el PD y el Frente Renovador. El problema es que dos de los aliados ya anticiparon que no acompañarán el proyecto en cuestión.
Se trata de Guillermo Pereyra (FR) y de Marcos Niven (PD), quienes ya avisaron que se oponen a la iniciativa. En el caso del segundo, condicionó su voto a que se acepte un proyecto de ley suyo que pone requisitos a los nombramientos en los cargos clave. En cambio el ex massista dijo directamente que no está de acuerdo.