La transición, que amenazó con terminarse esta semana, parece tener una nueva oportunidad. Ayer, el gobernador electo, Alfredo Cornejo, se refirió por primera vez al traspié que tuvieron las relaciones entre el Gobierno saliente y el entrante, tras el anuncio que hicieron en el oficialismo de que no habrá Presupuesto 2015, que no pedirán un endeudamiento que suponga descomprimir los compromisos de pagos que hay hasta fin de año y que recaen, en parte, sobre la nueva gestión.
“Mi posición y la instrucción que di a (Enrique) Vaquié y a (Martín) Kerchner (ambos, interlocutores con el justicialismo) es que sigan buscando un acuerdo. Mendoza necesita una buena transición, necesita que el Gobierno que se va termine lo mejor posible y el que empieza, empiece lo mejor posible”, apuntó Cornejo, en un claro tono conciliador.
Las declaraciones las hizo en un acto de campaña de Ernesto Sanz y allí descartó que se haya dado por terminada la relación con el oficialismo: “Yo no voy a dar por cerrado el diálogo. Tenemos que llegar a un acuerdo a como dé lugar”.
Esto con la mira en los temas que quedan pendientes y exceden a la ley de Presupuesto, negada recientemente por el oficialismo. La transición también se planteó en la licitación del Transporte (se extiende por diez años) y la posibilidad de renegociar el contrato con el Banco Nación, documento que tendrá una vigencia de cinco años.
Los radicales no quieren perder de vista esta última posibilidad, ya que si bien el convenio vence el 22 de diciembre (en la gestión de Cornejo), hay un preacuerdo que amenaza con cerrarse en la gestión Pérez. Una postura intermedia, es seguir insistiendo con una firma conjunta, tal como se acordó hasta ahora.
“Nadie debe involucrarse en el gobierno que se va, pero tampoco deben involucrarse en el que viene. Hay un montón de temas en los que nos tenemos que poner de acuerdo"” priorizó Cornejo ayer y no desistió: “Vamos a seguir insistiendo con una ley de Presupuesto 2015”.
En este sentido, Kerchner señaló: “Vamos a esperar que se relajen un poco en el Gobierno. Nosotros estamos en la postura de siempre”. El interlocutor confió en que “hay una parte del Gobierno” que se mostró dispuesto y que seguirá presto a seguir con las charlas.
La nueva apuesta del gobernador electo es justificada en que hay que considerar “los datos duros de Mendoza y no las chicanas” que se dijeron en estos días. En los hechos, la relación entre la gestión del actual gobernador, Francisco Pérez, en funciones hasta el 9 de diciembre, y el entrante, encontró un punto de quiebre esta semana.
Lo que queda pendiente
Los "datos duros" que prioriza Cornejo en su relación con Pérez tienen que ver con los números que se han dado a conocer y los procesos que se darán en los cuatro meses y medio que restan hasta el traspado del mando. Entre ellos, las licitaciones que trascenderán los días que le quedan a Pérez en Casa de Gobierno.
En la lista, lo más importante para los radicales es el convenio con la entidad bancaria del Estado. Los trabajos previos hasta el martes daban cuenta de una negociación conjunta entre los mandatarios. “El Gobernador, en las dos oportunidades que conversé con él, me dijo que él sí o sí quiere llegar a un acuerdo y yo creo en su palabra”, recordó Cornejo.
La intención de seguir con el Banco Nación como el agente financiero, es elaborar un nuevo contrato que contemple un préstamo para cubrir el déficit provincial y estirarlo a varios años a una tasa razonable. Esto, teniendo en cuenta que Mendoza es el segundo cliente después de la Nación, de este banco.
Por otro lado, en la UCR desde hace tiempo vienen señalando que “se están dando licitaciones millonarias sin financiamiento, como por ejemplo, 4.600 viviendas” en octubre. “Después, llegado el momento, las van a venir a reclamar a nosotros”, dicen en el equipo radical.
También está la definición del contrato del Transporte por diez años. Si bien el lunes Pérez dijo que le dejaría esta definición a Cornejo, tal como sucedió con áreas petroleras, los enojos del martes pusieron en duda esta promesa.
Por otro lado, el gobernador electo habló de los números que preocupan y que exceden a la existencia de una ley de gastos para este año: “El mismo contador y tesorero nos dieron las planillas. Con este esquema, por mes se recaudan $ 2.800 millones y se gastan entre $ 3.100 y $ 3.200 millones”.