Casi la mitad de los cargos vitalicios, con peso político en Mendoza, son o serán ocupados por personas ligadas al gobernador Alfredo Cornejo. Así, cuando deje el cargo en diciembre, habrá designado a 8 de los 18 grandes puestos en los que se permanece sin límite de tiempo. Además, en la mayoría de los mismos predominan ex dirigentes radicales y sólo en la Fiscalía de Estado el partido oficialista no comanda.
Por casualidad pero también por "cintura política", en sus cuatro años de gestión Cornejo tuvo la chance de designar personas de su confianza para ocupar cargos clave, lo que le permitirá conservar influencia en el Estado provincial a pesar de que comenzará a jugar en otras ligas como diputado nacional, desde donde pretende liderar la oposición al presidente electo Alberto Fernández.
La Asesoría de Gobierno, la Contaduría General, el Tribunal de Cuentas, la Secretaría Electoral, la Procuración General y dos de las siete sillas de la Suprema Corte, quedarán en manos de cornejistas.
Así, de los 18 principales cargos vitalicios (además de los jueces), es decir en los que se puede permanecer hasta la jubilación salvo destitución por juicio político o fallecimiento, Cornejo ya pudo ubicar a cinco cercanos y sumará tres más sin oposición.
En los últimos días se confirmó la aceptación de la renuncia por jubilación de Carlos Farruggia al frente de un órgano clave: el Tribunal de Cuentas. Para remplazarlo el gobernador envió el pliego de Néstor Parés, actual presidente de la Cámara de Diputados y hombre de larga trayectoria en la UCR. Además, el gobernador aceptó la renuncia de José Roberto Caviggia como Contador General de la Provincia, cargo que sería ocupado por la ministra de Hacienda, Paula Allasino. Su pliego ingresaría a la Legislatura antes del martes.
En ambos casos son los senadores quienes deben aprobar las propuestas del gobernador. Hasta ahora, Cornejo está invicto ya que los más de 100 pliegos que ha enviado a la Legislatura fueron aprobados. Entre ellos se cuentan 95 magistrados, el titular de la Dirección General de Escuelas, el Superintendente General de Irrigación y consejeros de ríos; el Síndico del Instituto Provincial de Juegos y Casinos; los titulares del EPRE y el EPAS; la Defensora Oficial, el del Ente de Movilidad y el auditor de la Oficina de Ética Pública (estos tres últimos creados durante su gestión y con una duración de cinco años).
Con estas vacantes, Cornejo se convierte en el segundo gobernador que más pliegos para cargos vitalicios envió. El que más puestos clave ocupó con gente de su confianza fue Santiago Llaver, que nombró a siete jueces de la Suprema Corte, al Procurador General, al Fiscal de Estado, entre otros, con el advenimiento de la democracia.
Cornejo corre con otra situación: muchos de los que le presentaron la renuncia son los que asumieron tras la caída de la dictadura militar.
Así, de los siete miembros de la Suprema Corte de Mendoza, nombró a José Valerio y Dalmiro Garay. También remplazó a César Mosso Giannini como Asesor de Gobierno por un hombre de su íntima confianza: Ricardo Canet.
Además, Cornejo logró con un peronista lo que los anteriores gobernadores peronistas no pudieron: que el ex Procurador General de la Suprema Corte, Rodolfo González, presentara su renuncia. Entonces designó a Alejandro Gullé.
Otro de los cargos vitalicios de gran importancia, ocupados por cornejistas, está en el Tribunal de Cuentas. De los cuatro vocales que acompañan al presidente del organismo encargado del control de las finanzas y el patrimonio del Estado provincial y municipal, Cornejo designó a uno: Liliana Muñoz de Lazzaro. En este organismo sumó a otra persona de su confianza: Gustavo Riera, como secretario relator (cargo que no es vitalicio).
La próxima designación llegará al regreso de su viaje por China: la de quien sucederá como secretario de la Junta Electoral (compuesta por los siete miembros de la Suprema Corte, el presidente de la Cámara de Diputados y el presidente de la Cámara de Senadores) a Alfredo Puebla, quien ya presentó su renuncia para acogerse al beneficio de la jubilación.
En este caso no es el Senado el que debe aprobar el pliego sino que la propia Junta Electoral determina los requisitos y la forma de designación. Según la Ley 2551 del Régimen Electoral, la Junta designará y nombrará al secretario y a los empleados que crea necesarios, les fijará el horario de la jornada laboral y la remuneración.
El nombre que suena es el de Jorge Albarracín. El diputado radical, a quien se le vence su mandato este mes, ha sido uno de los referentes más fuertes del oficialismo en la Legislatura y el vocero de gran parte de los proyectos que el Ejecutivo presentó.
Hay otros dos cargos en los que Cornejo no pudo intervenir porque no se "liberaron" en su gestión: el del fiscal de Estado, ya que el ex gobernador peronista Francisco Pérez designó allí a Fernando Simón; y el de Tesorero General de la Provincia, que está en manos de Mauro Lucchetti, quien asumió en 2004 durante el gobierno del radical Julio Cobos.
Por otra parte, de los siete jueces de la Suprema Corte, cuatro están ligados al radicalismo: Nanclares, Llorente, Valerio y Garay, mientras que Adaro, Palermo y Gómez llegaron de la mano de gobernadores peronistas.
Los otros diez
Quiénes ocupan el resto de los cargos vitalicios en el Estado y qué gobernador los nombró.
Juez de la Corte: Jorge Nanclares (Llaver)
Juez de la Corte: Pedro Llorente (Llaver)
Juez de la Corte: Mario Adaro (Jaque)
Juez de la Corte: Omar Palermo (Pérez)
Juez de la Corte: Julio Gómez (Pérez)
Fiscal de Estado: Fernando Simón (Pérez)
Tesorero General: Mauro Lucchetti (Cobos)
Vocal Tribunal de Cuentas: Mario Angelini (Gabrielli)
Vocal Tribunal de Cuentas: Héctor Caputto (Pérez)
Vocal Tribunal de Cuentas: Ricardo Pettignano (Pérez)