Las caras, el escenario y el discurso público se repiten. Intendentes de todos los partidos, en el cuarto piso de Casa de Gobierno, con el gobernador Alfredo Cornejo.
Pasó el 18 de febrero pasado y ayer volvió a pasar, todos para reafirmar el compromiso del 22% de incremento salarial para los municipales. La vez anterior el Gobierno ya estaba negociando con los docentes; esta vez el encuentro se hace en la víspera del encuentro paritario con ATE.
La negociación con fecha es la de Administración Central y Legislatura, en la que no asoman sorpresas y hay promesa de conflicto por el porcentaje que el Gobierno podría ofertar; la que se espera con expectativa es la de Salud, porque es posible que incluya un equivalente al “ítem Aula” que encienda una polémica adicional al monto del incremento salarial.
En la reunión hubo un informe del calamitoso estado de las cuentas públicas, de la marcha de la coparticipación federal y municipal y, de paso, se habló del resto de las paritarias estatales. Algunos arriesgan que se trató de un encuentro de sensibilización con el peronismo que gobierna comunas, intendentes a quienes les responden legisladores que votan en la Legislatura.
La consultas sobre la oferta de hoy a los trabajadores de Administración Central y Legislatura se multiplican y los indicios no deparan sorpresas. Alguien dijo que “no hay indicadores que puedan trasladarse a un ítem”. Esto significa que los estatales de Casa de Gobierno y Legislatura no tendrían un plus atado a la productividad.
Así pues el único e inevitable conflicto será el porcentaje del incremento. “La Provincia tiene pautado un 22,8%. Eso va a depender de cómo los escalafones se puedan aplicar. Se están haciendo las simulaciones y se las vamos a llevar a los sindicatos en las reuniones paritarias pautadas”, decía ayer el ministro de Gobierno, Dalmiro Garay.
El porcentaje que ronda como versión es ése, quizá se pueda estirar a 25%. Los sindicatos estatales aspiran a conseguir entre 35% y 40%. Parece inevitable la hipótesis de conflicto y parece inevitable que el incremento se otorgue por decreto, aunque esta vez, como no habría un nuevo adicional que altere el cálculo del salario, no haría falta la ratificación legislativa.
En el caso de Salud podría haber un ítem atado a productividad. Nadie dice en qué consiste. Como ya es costumbre, el Gobierno no adelanta nada de lo que va a proponer y todo se sabe después de que la propuesta está sobre la mesa paritaria.
Todo el mundo dice que se estudia, sin dar precisiones, aunque se conoció que el miércoles pasado el diputado Marcos Niven y el presidente del PD, Carlos Balter, estuvieron por el quinto piso de Casa de Gobierno, donde tiene sede el Ministerio de Salud. Hubo una reunión y se habló de la propuesta, pero nadie quiere dar detalles.
Así habría empezado una estrategia de acercamiento del Poder Ejecutivo, en busca de un paraguas político. Eran evidentes y públicas las quejas de los aliados de Cambiemos dirigidas al gobernador Cornejo. En la paritaria de Salud el mandatario se juega una partida de importancia.
El tema es que la ronda de “sensibilizaciones” ayer abarcó al peronismo. Hablarles de lo mal que están las cuentas, de los esfuerzos que el Poder Ejecutivo provincial está haciendo para normalizar el pago de la coparticipación municipal que la gestión de Francisco Pérez dejó con tres quincenas atrasadas, no es sólo un lamento.
