Corea del Norte acusó el lunes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de "declarar la guerra" a ese país al enviar bombarderos cerca de sus costas, una afirmación que la Casa Blanca calificó de "absurda".
En una demostración de fuerza, Estados Unidos envió el sábado a bombarderos estratégicos a sobrevolar cerca de la costa de Corea del Norte, agregando presión militar a la tensión política de toda la semana, exacerbada a través de insultos y amenazas.
"Todos los Estados miembro (de la ONU) y el mundo entero deberían recordar claramente que fue Estados Unidos el primero en declarar la guerra a nuestro país", dijo el lunes el jefe de la diplomacia norcoreana, Ri Yong-Ho, a periodistas en Nueva York.
"Desde que Estados Unidos declaró la guerra a nuestro país, tenemos todo el derecho a tomar contramedidas, incluido el derecho a derribar bombarderos estadounidenses aunque no estén dentro del espacio aéreo de nuestro país", aseguró.
En rueda de prensa, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, no tardó en responder: "No hemos declarado la guerra a Corea del Norte y francamente la sugerencia es absurda", dijo, recordando que las operaciones militares estadounidense fueron en espacio aéreo y aguas internacionales.
"Tenemos derecho a volar, navegar y operar en cualquier parte del mundo donde esté legalmente permitido", explicó por su lado el portavoz del Pentágono, Robert Manning.
Seúl, en tanto, urgió a Washington a "evitar una mayor escalada de las tensiones". "Es muy probable que Corea del Norte haga otras provocaciones", dijo la ministra de Exteriores surcoreana, Kang Kyung-wha, en un discurso en Washington.
"Es imprescindible que nosotros, Corea y Estados Unidos, juntos, manejemos la situación (...) para evitar una mayor escalada de las tensiones o cualquier tipo de choques militares accidentales que pueden salirse rápidamente de control", apuntó.
Ri ya había rechazado el sábado las recientes declaraciones de Trump contra su país, calificándolo de misión suicida.
Estos intercambios verbales, de rara virulencia en la tribuna de una institución que supuestamente garantiza la paz y la seguridad en el mundo, han suscitado numerosos llamamientos a la calma, sobre todo de Moscú.
El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, reconoció el lunes el caldeado ambiente. "Cuando se agrava la tensión, la retórica también corre el riesgo de errores de cálculo", que pueden conducir a "malentendidos", dijo. "La única solución es política", afirmó.
El canciller ruso Sergei Lavrov, que comparó la situación con "una pelea de jardín de infantes", advirtió el domingo contra "una catástrofe impredecible" en caso de enfrentamiento entre los dos países y llamó a un enfoque racional y no emocional para resolver la crisis actual.
En poco más de un mes, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad dos paquetes de sanciones económicas cada vez más severas, el 5 de agosto y el 11 de septiembre, para obligar a Pyongyang a reiniciar las negociaciones sobre su programa militar con las principales potencias, suspendidas desde 2009.
Washington anunció nuevas sanciones económicas unilaterales el 21 de septiembre.
"Nuestro objetivo sigue siendo el mismo; buscamos una desnuclearización pacífica de la península coreana. Ese es nuestro objetivo", dijo la portavoz de Trump el lunes, aludiendo a una "presión económica y diplomática" lo más fuerte posible.
Pyongyang realizó en las últimas semanas el sexto ensayo de una bomba nuclear y lanzó misiles intercontinentales que sobrevolaron Japón, alegando que tiene que dotarse de esas armas para defenderse de Estados Unidos y sus aliados.
"Trump afirmó que nuestros dirigentes no iban a seguir en el poder por demasiado tiempo", se indignó el lunes el canciller norcoreano. "La pregunta de quién va a durar más (en el poder) tendrá pronto una respuesta", agregó.
Para el ministro norcoreano, Pyongyang no tiene más remedio que responder a Washington con "el martillo nuclear de justicia".
"Corea del Norte es un Estado nuclear responsable", pero "adoptaremos medidas preventivas necesarias e implacables (...) si Estados Unidos y sus vasallos quieren llevar a cabo" ataques contra nuestro país, advirtió el sábado.
La semana pasada, Corea del Norte amenazó con probar la bomba H en el Océano Pacífico.
"Sería una chocante demostración de irresponsabilidad en el ámbito de la salud, la estabilidad y la no proliferación", dijo el lunes el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis.