Hay que andar más de 90 kilómetros para llegar desde la Ciudad de Mendoza hasta el distrito Cordón del Plata, en Tupungato y una vez allí, la calle Los Álamos conduce al pueblo a través de un paisaje digno de un cuadro: el aire es limpio, los árboles y cultivos acompañan el recorrido del camino y de fondo recorta el cielo la montaña con pinceladas de blanco.
La cotidiana tranquilidad de Cordón del Plata, propia de un pueblo chico en el que casi todos se conocen fue interrumpida de manera dramática hace una semana. A las 20.40 del domingo, Alcides Chaira (19) fue atacado a puñaladas, le robaron el celular y su último suspiro lo dio tendido sobre una calle del loteo Bazán. Murió sin asistencia médica y con sus familiares alrededor sin poder ayudarlo porque la policía no lo permitió por una cuestión de "procedimiento", a la espera de la ambulancia.
El crimen desató primero el reclamo, luego el escándalo y las miradas de la provincia se volvieron hacia este pequeño lugar. Hubo una pueblada que hizo oír las voces de quienes aseguran estar olvidados y discriminados; hubo enfrentamientos con la policía, golpes y balas de goma; también hubo 19 heridos, 14 de ellos manifestantes y 5 efectivos, además de 40 detenidos. Reflotaron temas de fondo: los vecinos dicen que son víctimas permanentes de inseguridad, que la policía no responde y que se les dificulta el acceso a los servicios de salud.
Bolivianos entre criollos
El muchacho pertenecía a la comunidad boliviana, de gran presencia en Cordón del Plata donde viven unas 15 mil personas y 10 mil son de origen o raíces bolivianos.
Aunque son mayoría se sienten discriminados por los “criollos”, como llaman a los mendocinos.
En el pueblo también viven argentinos llegados de las provincias norteñas, algunos están establecidos y otros viajan para trabajar la temporada en las chacras. Hay familias de diversa condición económica ya que muchos trabajan la tierra como obreros, otros son propietarios de ella, están los que se dedican a la albañilería y hay quienes tienen sus propios negocios de diferentes rubros.
"La mayoría de los negocios son de alguien de la comunidad", dice Anastasio y cuenta que en el loteo Bazán, donde hay unas 250 casas, es donde están más concentrados y donde el 95% de los habitantes son de la comunidad boliviana. En el lugar de anchas calles de tierra, se mezclan casas humildes con otras más costosas y también hay descampados. La mujeres muestran peinados y vestidos con el estilo típico del norte.
Reclamos
Cerca de la comisaría, un grupo de vecinos prefiere el anonimato y cuenta que son víctimas de robos a toda hora, que los ladrones mueven las cosas por los techos y que, por temor, han cambiado sus hábitos. Las calles sin luz complican las cosas.
"Roban a los niños cuando van a la escuela y a las mujeres que vuelven tarde de trabajar las roban escondidos en las acequias", explica una chica, que asegura haber sido víctima.
Dicen saber quiénes son y que andan en grupo por la calle viendo a quién robar; cuentan que han hecho denuncias pero que nada cambia e incluso, que sus familias han recibido amenazas. “Ya ni denunciás, tenés que estar dos horas en la comisaría para que no pase nada”, se queja un joven y asegura que es común que les griten cosas por la calle: “Boliviano y algún insulto”.
Sostienen que la salud puede ser otro desafío, que no hay atención 24 horas ni ambulancia permanente y que deben trasladarse a Tupungato o Tunuyán. Subrayan que si fuese de otro modo Alcides hubiese recibido asistencia.
Además dicen que pese a tener su historia clínica en el centro de salud del lugar, muchas veces no los atienden, los maltratan y que los hacen volver porque "siempre nos falta algún papel. Yo creo que no pasa nada porque saben que somos tranquilos, que no decimos nada, cuando hubo reclamos el fin de semana nosotros estábamos así, pero vinieron criollos a tirar piedras", recuerda otro joven.
Cuenta que fueron golpeados “todos por igual por parte de la policía y que niños y mujeres también recibieron balas de goma.
Cónsul
"Se ha rebalsado el vaso, hay pérdida de una vida y hay una situación que se basa en la seguridad ciudadana, falta alumbrado público, patrullaje, infraestructura tecnológica como postes de alarmas", enumera el cónsul de Bolivia en Mendoza, Francisco Navajas.
Coincide en que las denuncias parecen no ser tomadas en serio y que el tema de la salud es algo que ha ocurrido durante muchas décadas. "Pasa en todos los lugares donde hay comunidad boliviana, demoras para un turno o que cuando salen de trabajar ya está cerrado".
Al tanto
Néstor Majul, subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad dice que es una sumatoria de cosas, no sólo la seguridad. "No teníamos noticias de que estuviera desmadrado como ellos dicen, tenemos algunos hechos comprobados pero como en todos lados, hay dos o tres denuncias al mes por robos, eso no es desmadre", diferencia el funcionario.
“Se les explicó que lo que dicen no lo vemos reflejado en las denuncias porque no las hacen (…) lo que nos compete a nosotros es más presencia policial, operativos (dice que incrementarán), les hemos pedido que hagan las denuncias al 911 y les hemos dado un número para que hagan las que sean anónimas”, comenta.
Igual, considera que hay reclamos genuinos: "Nos han pedido que revisemos el personal que trabaja en la comisaría, vamos a evaluar todo y si hay que cambiar gente se hará", adelanta.
Gustavo Soto, intendente de Tupungato comenta que están al tanto de las dificultades de urbanización que tiene el loteo. Dice que es de larga data ya que fue vendido sin urbanización y que aunque la obra no le corresponde al municipio, la comuna optó por colaborar y que ha puesto 30% de los recursos. Acepta que falta iluminación en varios sectores y que usarán las luminarias que están reemplazando por led en otros lugares para colocar e esa zona.
En tanto, desde la Coordinación del Área Sanitaria De Tupungato explican que hay en el lugar un centro de Salud de atención primaria y que desde hace un año y medio amplió el horario de atención, por lo que ahora funciona de 7 a 20, incluso los sábados.
Mariángeles Olmedo, la responsable del área, dice que hay médicos todos los días de varias especialidades, que en ese horario tiene asignada una unidad de traslado y una ambulancia grande a partir de las 14. Y aunque no justifican la apertura los domingos, están estudiando extender la atención hasta la medianoche.
La funcionaria niega que haya discriminación en la atención y dice que cuando se detectó a un profesional cometiendo esa falta fue apartado. "Yo eso lo tengo comprobado, es mentira que les hacen dar vueltas, a algunos los hacemos atender hasta sin documento", señaló.