El abuelo murió cuando él cumplía tres años. Era acordeonista. Su infancia, ha dicho, suena a violines y acordeones. Y a ese sustrato sonoro, Nano Stern le fue agregando cuerpo, uñas, alma, cabeza.
Abrazó jugando las primeras cuerdas. Piensa que, como en otros varios idiomas, no debería decirse en español "tocar" sino "jugar música". O respirar un instrumento, como se dice en turco.
Esa energía encendida desde niño lo llevó a tener una certeza precoz: no podía hacer otra cosa que entregarse por completo a la música. A los 14, ya era miembro de una banda conformada por referentes de la escena rock chilena de los 90.
Tras estudiar composición, se lanzó a investigar el mundo. Amaneció en Alemania cantando en la calle y allí conoció, por ejemplo, al grupo Ortiga, compatriotas salidos de la escuela de Quilapayún, "aquellos que de alguna manera inventaron un lenguaje intermedio entre la Nueva Canción Chilena y la fusión instrumental que surgió en la última década del XX".
Durante esa suerte de autoexilio en Amsterdam estudió jazz, tocó con nueve bandas a la vez, conoció músicos de todos los países de Latinoamérica y se embrujó de ritmos.
Así, forjó un repertorio profundo y potente, que abreva tanto en el folclore como en el rock y en las amplias posibilidades de promiscuidad genérica.
En el 2015 graba el disco más exitoso de su carrera: "Mil 500 Vueltas", que alcanzó el #1 de iTunes Chile el día de su estreno, fue Disco de Oro a pocas semanas de su salida a la venta y fue aclamado por la prensa especializada tanto en Chile como en el extranjero.
Hoy, es uno de los jóvenes más talentosos y prolíficos de la escena chilena. No sólo por destreza y creatividad sino por conciencia. Como pasa con aquellos que son fervorosos investigadores de la música, su espectáculo es viajar.
El camino de “Santiago”
Stern se destaca como uno de los músicos chilenos más importantes de los últimos años, reconocido por la potencia de su performance en vivo, su talento con la guitarra y el fuerte compromiso social presente en su discurso.
A principios de este año estrenó su EP "Santiago", en el Teatro Nescafé de las Artes.
Allí, Nano le canta a su ciudad natal, con un plus: el cantautor es el intérprete y ejecutante de cada instrumento que suena en el disco. Y sí, pues Stern es uno de los más destacados cantantes, multiinstrumentistas y compositores de la nueva generación de músicos chilenos, vinculando su trabajo al canto popular, la trova, el folk y el rock.
No es casual que haya compartido escenario con artistas como Joan Baez, Jorge Drexler, Pedro Aznar, Inti Illimani, Congreso, Susana Baca, Illapu, Los Jaivas, Silvio Rodríguez, Kevin Johansen, León Gieco, entre otros.
De hecho, Joan Baez lo destacó como "el mejor cantautor chileno de su generación, con sus letras, melodías, mensaje, entrega humor y corazón". Y The New York Times avaló: "La aparición de Stern produjo el tipo de rayo que podrías haber experimentado en los 60 cuando todo parecía posible y la esperanza estaba en el aire".
Jorge Drexler, con quien trabajó, lo transmite en un sólo trazo: “Es muy fácil entender la razón de su fulgurante carrera cuando uno lo ve en vivo”.
El cantautor chileno Nano Stern ofrecerá un concierto hoy a las 19 en el Centro Cultural La Colombina (Balcarce 220) de Godoy Cruz, donde adelantará parte de su próximo trabajo discográfico, "Lucero", que será lanzado este mes.
La ficha
Nano Stern
Día y hora: hoy, a las 19.
Lugar: La Colombina (Balcarce 220, Godoy Cruz).
Entradas: Anticipada $ 250. En taquilla $ 300.
Disponibles a través de Eventbrite: www.nanostern.eventbrite.com.ar y en La Colombina.