La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, acaba de anunciar un plan de promoción para atraer al turismo hacia Mar del Plata.
Contempla, entre otros aspectos, un ahorro del 50 por ciento para los visitantes en los servicios de gastronomía, hotelería, pasajes y compras en los supermercados, el que regirá en la temporada veraniega próxima a iniciarse.
No es del caso criticar la medida adoptada por la mandataria, porque está en todo su derecho de hacerlo, pero ocurre que a las otras provincias nos produce inquietud el tratamiento de unos y otros, cuando se habla de la coparticipación federal de impuestos y del fondo del conurbano bonaerense.
A lo que deben agregarse las denuncias de algunos dirigentes, en el sentido de que el dinero destinado al Fondo, podría perjudicar directamente los recursos destinados a sostener el sistema previsional (Anses) y los fondos de infraestructura básica social.
Debemos partir de la base que no es nuestra intención profundizar algún tipo de diferencias entre el interior y la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, a pesar de que las mismas siempre existieron. Pero sí hacer hincapié en algunos aspectos que son, por lo menos, llamativos.
La provincia de Buenos Aires reclama desde hace muchos años la aplicación del denominado Fondo del Conurbano. Sus fundamentos tienen base de sustentación en razón de que la participación en el PBI (40 puntos) supera ampliamente a la coparticipación (21,7 puntos) y en esa misma situación de superación se encuentran otras seis provincias (Córdoba, Corrientes, Mendoza, Neuquén, Santa Cruz y Santa Fe), mientras en el resto los resultados son negativos.
También debe señalarse que Buenos Aires ha recibido la promesa de percibir 20 mil millones de pesos en 2018 y que el reclamo provincial, de acuerdo con lo señalado por el ministro de Economía de esa provincia, alcanza los 65 mil millones. "Es un acuerdo justo para los bonaerenses", dijo el funcionario.
En ese esquema señalado, debe contemplarse también la afirmación del secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado y la CTA de Buenos Aires, quien manifestó que el Gobierno nacional pretende financiar el descongelamiento del Fondo de Conurbano, haciendo coparticipable el 100 por ciento de lo recaudado por el impuesto a las ganancias, lo que "desfinanciaría directamente otras áreas, como la Anses", advirtiendo que "el reclamo bonaerense es justo pero desfinanciar la Anses es un riesgo enorme para el futuro de los argentinos".
Es en ese marco de situación que genera cierta dosis de inquietud el anuncio efectuado por la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal quien, como consecuencia de que los dos últimos veranos no fueron los mejores para Mar del Plata, dispuso distintas medidas para atraer turistas, con el objetivo de que los veraneantes "desembolsen un 40 por ciento menos de lo que gastarían en otro destino".
Dijo que el Banco Provincia va a ofrecer un 50 por ciento de descuento dos veces por mes en los supermercados; habrá un 50 por ciento de descuento en espectáculos teatrales, hotelería y gastronomía y un 50 por ciento en los pasajes.
La mandataria destacó textualmente que "una familia tipo va a gastar casi un cuarenta por ciento de lo que gastaría en otro destino turístico nacional, Uruguay o Brasil. Son números bien concretos a la hora de tomar decisiones sobre dónde pasar las vacaciones", aseguró.
Es de esperar que, en su afán de destacar la medida adoptada o bien en el entusiasmo por otorgar mayor importancia a la decisión, la mandataria se haya excedido en su alocución al referirse a otros destinos turísticos, como Córdoba o Mendoza, por señalar sólo dos ejemplos, que no cuentan con los recursos financieros suficientes como para generar campañas similares de atracción de turistas.
