Un pueblo, una ruta y casi imperceptible a un costado el movimiento febril en el predio del club Cuadro Benegas con más de 70 años de vida.
Ése es el panorama que se observa al caer la tarde cuando ya los chicos dejaron la escuela y son atraídos como por un imán a compartir deportes en este sitio hecho parte indivisible de ese conglomerado que está en el camino rumbo a Malargüe, al sudoeste de la ciudad y a algunos kilómetros luego de traspasar los dos puentes del río Diamante.
Fútbol en todas las divisiones, hockey, bochas, encuentros familiares y otras actividades se han desarrollado casi simultáneamente desde hace un tiempo. Si bien hay otros lugares similares es éste el que ha tomado relevancia gracias a la fuerza impuesta por un grupo de padres de los mismos chicos que usan el lugar y la incansable tarea del presidente, Adolfo Poblete, y su esposa, Elsa Gatica.
No todo es deporte. El trasfondo es netamente social porque se pretende dar a los chicos y jóvenes un lugar donde “gastar energías que no sea la calle”, afirman.
Luego del entrenamiento los jovencitos de las inferiores, especialmente los de la 9na, 8va y 7ma, son convocados a una merienda reparadora que para muchos es el sustento más fuerte del día, dicen con seguridad en el grupo que colabora permanentemente en todo.
Adolfo con entusiasmo asevera que la intención es expandirse y llegar a algunos barrios con esa “copa de leche que en realidad -sonríe- es un vaso descartable donde le damos leche con chocolate bien caliente y facturas”.
Manteles azules cubren largos tablones preparados con una fila blanca de vasos. De pronto el salón de usos múltiples del club (recuperado tras un incendio) se llena de ruido de decenas de chiquitos que ocupan sus lugares en la mesa.
Marcela, Bárbara, Paula, Carina, Mónica y Martha se apuran para servir la “leche” con pavas y cafeteras. “En esta oportunidad nos toca a nosotras, pero participan muchas más”, aseguran.
Si queda algo, son todos los mayores los que se sientan a la mesa orgullosos por la tarea cumplida y a planificar las múltiples tareas que desarrollan.
Hay proyectos en marcha y avanzados como es llevar esa “copa de leche” a los distintos barrios del distrito. “Son lugares humildes donde este servicio es de mucha importancia, y muchos chicos comienzan a conocer que hay una posibilidad en el club y sus padres se entusiasman y empiezan a mandarlos a practicar fútbol”, relatan.
Es aquí que Carlos Fuentes, Gabriel Taboada y Leandro Lima toman cartas en el asunto como entrenadores de la 7ma, 8va y 9na división de fútbol. Todo, claro, bajo la supervisión de la comisión directiva encabezada por Adolfo. El club participa en la B de la Liga Sanrafaelina de Fútbol.
Al hablar de las provisiones, él mismo explica cómo obtiene los elementos para mantener este servicio de “merienda”.
Cuenta que él como actividad principal tiene una “empresita de banquetes” que le da los contactos. “Son mis mismos clientes o proveedores los que dan una mano. Todos colaboran y a principio de mes me doy una vuelta por sus negocios y algo me dan. Suele durar un mes justo.
Salí el 5 del mes pasado y ahora repetiré la ronda”, dice con una sonrisa. Todo a pulmón.
También destacan la colaboración de los árbitros que dirigen los partidos. “Ellos no nos cobran, sólo reciben un resarcimiento por los costos de traslado”, resaltan.
Son muchas las ideas y el empuje. También se ha formado un grupo de chicas que practica hockey y es la intención de armar un equipo competitivo. Un atractivo más para venir al club. También funcionan las canchas de bochas que tienen un espacio privilegiado dentro del complejo, mantenido también por los vecinos y los casi 80 socios (cifra en ascenso) que tiene la entidad.
Es tarde ya y la noche ha avanzado en el lugar, pero la actividad no cesa y a las 20 ingresan a entrenar los jóvenes más grandes de las divisiones superiores. “Ellos se quedan hasta tarde y vienen después de trabajar y gratis. Con mucho esfuerzo y cariño”, finaliza Adolfo.
Una colonización armada por Tiburcio Benegas
Cuadro Benegas está al suroeste de la ciudad y sus actividades son la agricultura, crianza de ganado y turismo. Limita al norte con el departamento de San Carlos y el distrito de Villa 25 de Mayo, al sur con el departamento de Malargüe y los distritos sanrafaelinos de El Nihuil, Rama Caída y Las Paredes, y al oeste con el más joven de los distritos, El Sosneado.
Su nombre proviene de una colonización que efectuó Tiburcio Benegas, hombre público que ejerció la gobernación de Mendoza en 1887. En esa colonización fueron algunos de los primeros colaboradores el ingeniero Julio Balloffet y Deoclesio García. Cuadro García fue el nombre de una colonización que efectuó don Deoclesio García colindante con la iniciada por Don Tiburcio Benegas.
En la actualidad sólo se menciona el paraje con un nombre único, Cuadro Benegas.
