Este 2018 tiene promesas que pueden olerse en el aire del Víctor Antonio Legrotaglie. Gimnasia se reconoce en el lote de candidatos al ascenso y esta vez no quiere despilfarrar monedas. Por eso exhibe sus credenciales de plantel rico en nombres y talento a cada paso.
No quiere sorpresas y disfruta de un presente ideal. Anoche dio una muestra de sus individualidades y goleó 3-1 a Juventud Unida, en el marco del juego de vuelta por Copa Argentina. En una etapa de vuelo bajo, con poco para contar desde lo ofensivo, el Lobo sentenció la serie sobre la media hora del capítulo inicial y dejó en claro las enormes diferencias con el rival de ayer, que volvió a utilizar muchos juveniles.
Aunque en el inicio hubo alguna insinuación de parte de Juventud Unida, no se sucedieron grandes sobresaltos sobre el área local. Apenas un resbalón de Marchiori puso en riesgo el cero en el arco mendocino, pero Vera no alcanzó a empujar y con ese balón perdiéndose en la línea final se fueron las esperanzas puntanas.
Gimnasia encontró el balón después del cuarto de hora y trató de darle buen destino a cada entrega. Esta vez, con Cortizo como volante central, el equipo mensana dispuso de otra recuperación en la zona media y Juventud Unida perdió el libreto demasiado fácil. Becerra, Llama y Domínguez estuvieron muy participativos en la construcción del juego y los tres intervinieron en el gol que abrió el marcador. Párrafo aparte para el pase del Pelado para la definición de Becerra.
El Lobo volvió a demostrar un rendimiento sólido en defensa y una notable jerarquía en ofensiva. Juventud Unida estuvo lejos del rendimiento esperado y sucumbió a los designios del local.
El gol con que Juventud Unida abrió el capítulo final no modificó en demasía el aspecto general del juego. Gimnasia lucía relajado frente al marcador global que llevaba el encuentro y pagó cara esa desatención. Mal despeje a un tiro libre frontal y Homola, desde la medialuna, le hizo saber al Lobo que la visita seguía en partido y con la clara intención de buscar una hazaña que se esfumó 15 minutos después, cuando Llama volvió a ponerle un centro en la cabeza a Marín para el segundo festejo blanquinegro.
El equipo de Fuentes exhibe con orgullo la gran cantidad de volantes con que cuenta para darle buen destino al balón. Y desde esa virtud, adormece los encuentros a su antojo. Con la ventaja de nuevo en su poder hizo correr la redonda, desgastó a su rival y liquidó la historia desde un penal que anotó Palacios Alvarenga. La juventud del rival fue demasiada ventaja para el Lobo, que volvió a ganar, gustar, golear y gozar.
El gol de Becerra:
