El debate por el uso del bidet se instaló hoy en agenda, con opiniones tanto a favor (en su mayoría) como en contra. Es que el nuevo Código de Edificación de la Ciudad de Buenos Aires pretende quitar el status de obligatoriedad de instalar este clásico argentino en los inmuebles. Pero, aunque muchos no lo crean, el uso del chorro de agua trae perjuicios a la salud de las mujeres.
Daniel Ruffolo, obstetra y ginécologo, explicó a Los Andes que el uso del bidet acarrea infecciones en las mujeres. "Se genera un puente de bacterias entre la vagina y el ano, por lo que no es recomendable usarlo", detalló. El diagnóstico más común es la vulvovaginitis, una inflamación o infección de la vulva y la vagina que afecta a mujeres de cualquier edad.
El médico contó que muchas pacientes llegan a su consultorio con este tipo de infecciones. “Lo primero que les pregunto es si usaron el bidet. Y muchas veces no corrigen el hábito y siguen con los problemas derivados del uso del bidet”, reconoció.
Aclaró que la infección no se evita si el bidet está limpio: "No tiene nada que ver. Es la propia flora bacteriana la que contagia la vagina". En ese sentido, siempre recomienda a las pacientes que se higienicen con papel higiénico, con los duchadores portátiles o con otra peculiaridad que poseen algunos bidets.
Se trata del chorro de agua que sale en la pared trasera, no del que expulsa por debajo. “Son los nuevos bidets que utilizan en Europa. Nosotros tenemos los viejos, con el clásico chorro por debajo”, mencionó Ruffolo.
“Es una cuestión cultural. Usamos el bidet porque nos formaron así, que las chicas deben lavarse con el chorro del bidet. Los casos son recurrentes, por más que mediques, a las dos semanas se repite. Lo que hay cambiar es la conducta”, sentenció el especialista.
Pese a los cambios impulsados en Capital Federal, en los departamentos de Mendoza, por ahora, sigue siendo obligatoria la instalación del bidet en los baños de las viviendas.
Según nuestro código, los inmuebles "deberán contar con un baño cada dos habitaciones. Los baños deberán encontrarse dentro del mismo sector y en el nivel de los dormitorios, en un lugar equidistante a los dormitorios a los que sirva. Dimensiones: 3,00 m2 de superficie mínima, con lado mínimo de 1,20 m. Contará con inodoro, lavabo, bidet y ducha".
Orígenes y leyendas del bidet
La versión más generalizada afirma que el bidet fue creado en Francia, en el siglo XVIII, donde las mujeres de la nobleza lo usaban, también, para higienizar sus partes íntimas. De hecho, la palabra "bidet" es de origen francés y significa "caballo pequeño", porque para usarlo hay que montarse sobre el sanitario.
Los primeros bidets eran móviles y consistían en un armazón de madera con respaldo y una tapa que ocultaba una palangana de loza decorada. En 1750 apareció uno con una jeringuilla que lanzaba una lluvia ascendente.
El bidet llegó a la Argentina hacia 1880, cuando París era la meca cultural para los argentinos, según explicó a Clarín Jorge Tartarini, director del Museo del Agua y de la Historia Sanitaria de AySA.
Dato curioso: en la Argentina usamos al revés el bidet y tanteamos las canillas a nuestras espaldas para abrirlas o cerrarlas. "El modo correcto es mirando hacia la pared, con las canillas de frente", explicó Tartarini.