Siembra de forrajes para alimentar la ganadería o incluso hacer pastoreo directo se presenta como una forma atractiva de producir la declamada diversificación de la matriz productiva en los departamentos de base agrícola, sin dejar el agro. Además de ser el método más eficaz para recuperar hectáreas con derecho a riego abandonadas.
Según información oficial de la Dirección de Ganadería, se calcula que en Mendoza existen más de 100 mil hectáreas en esta situación. El desafió en puerta, en tiempos de crisis hídrica, es lograr que el agua alcance. En este punto, juegan los sistemas de riego.
El pivote central está difundiéndose en Mendoza. Entre los beneficios ofrece bajo costo de mantenimiento y mano de obra, permite incluir fertilizantes y lo más atractivo: utiliza un 40% menos de agua que el sistema de riego tradicional. Su desventaja: requiere de excelente calidad de agua, necesita de una fuerte inversión inicial y, con el valor de las tarifas, el uso de la energía para hacerlo funcionar es alto.
"Más allá de los sistemas, la combinación de la agricultura y la ganadería brinda una oportunidad. En tiempos donde los productores de cultivos estacionales están complicados y se siguen abandonando tierras, la ganadería bajo riego ofrece una buena salida. Con pocas hectáreas se puede producir alimento para un gran número de animales", comentó Andrés Vavrik, presidente de Ganadería en la Cámara de Comercio alvearense.
Las declaraciones de Vavrik surgieron tras recorrer el campo Humberto, en Santa Rosa, junto a un grupo de productores ganaderos de Alvear y San Rafael y referentes del sector de maquinaria agrícola de Mendoza y San Luis. El establecimiento de 200 hectáreas actualmente produce pasturas, entre ellas semillas de alfalfa para exportación y ajo. Lo singular es que el riego lo realizan con equipos de pivote central. Hay tres de ellos instalados, uno atiende 67 hectáreas entre ajo y alfalfa; y los otros 50 hectáreas -cada uno- de forraje.
"En Mendoza hay pocas inversiones en las que tenés vendido lo que vas a producir. Ya sean cultivos de verano, invierno o anuales, la producción se va caminando como kilos de carne y hace que los números sean viables para los productores agrícolas y ganaderos. Con números redondos, en la provincia consumimos 400.000 novillos y solo producimos 50.000", sostuvo el alvearense.
Un vacuno come hasta el 3% de su peso diariamente, eso lo convierte en un mecanismo más que eficiente para transformar la producción de una finca en carne. Y una propiedad con derecho de riego puede producir cultivos de verano (maíz, sorgo), invierno (cebada, centeno, etc) o anuales (alfalfa).
"Con la situación de la agricultura tradicional y la cantidad de tierra abandonada se puede manejar muy bien una producción con los equipos de riego, que es lo que nos está faltando", dijo Omar Difabio, ganadero de San Rafael.
