Una ola de protestas tienen lugar en distintos países del mundo, con causas y orígenes diversos, pero que muestran una agitación global creciente, comenzando por Hong Kong. En esta ex colonia británica, hoy parte de China, las protestas se iniciaron hace un lustro, con la llamada rebelión de los “paraguas”. Pero en 2019 han adquirido mayor magnitud, intensidad y violencia. El gobierno local que responde a Beijing ha adoptado medidas de represión y distensión, alternativamente. El uso de máscaras ha sido una características defensa y bandera de identificación de los manifestantes y su uso fue prohibido por las autoridades, que ahora intentan controlar el flujo informativo en las redes sociales. El gobierno chino que había desplegado tropas en la frontera entre Hong Kong y el continente, ahora las ha trasladado a dicho territorio y habrían comenzado a participar en la represión. Los detenidos se van sumando y organizaciones de derechos humanos occidentales han denunciado violaciones a los derechos humanos en la represión. El Presidente Xi al conmemorarse el 70º aniversario de la fundación de la República Popular China realizó un gesto de distensión, al ratificar que tanto en Hong Kong como en Macao -ex colonia portuguesa hoy parte de China- mantendrá el principio de “un país dos sistemas”. Pero las protestas escalaron igual, combinando reclamos de más democracia, con nacionalismo local e insatisfacción generacional. El problema ha pasado a ser prioritario para Beijing.
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En Medio Oriente, las protestas han estallado con intensificad en Irak. La corrupción, el desempleo y la falta de servicios públicos son la causa de esta rebelión urbana, que en menos de una semana ha provocado por lo menos 120 muertos (casi medio centenar de las fuerzas de seguridad) y cerca de 2.000 heridos. Este estallido social y político, se vincula con los conflictos religiosos e interétnicos que existen en el país. Es así como la máxima autoridad religiosa del Islam Chiíta, ha justificado la rebelión. El gobierno -que todavía enfrenta focos de resistencia del EI en las zonas rurales- se muestra desconcertado y teme por su gobernabilidad. La desestabilización que puede producirse en Irak, se plantea cuando avanza una invasión turca a la zona kurda de Siria, lo que puede desestabilizar la región siria fronteriza con Irak. A meses de la derrota del EI, irrumpe así una combinación inesperada de revuelta popular en Irak e invasión militar turca a la región kurda de Siria, pudiendo desestabilizar una región sensible de Medio Oriente, cuando Irán, asediado por las sanciones económicas de EE.UU., busca liderar al Islam Chiita contra Arabia Saudita y sus aliados occidentales.
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En África, en Sudán, Argelia y Egipto han tenido lugar protestas que pueden ser denominadas como “pro-democracia”. En el primer país provocaron la caída de un régimen autoritario y luego presionaron sobre el gobierno militar que lo sustituyó, logrando un acuerdo para la normalización electoral. En Argelia, durante meses todos los viernes se realizan protestas pidiendo más democracia. Ellas ya han provocado la caída del Presidente, quedando las Fuerzas Armadas a cargo del poder y ahora quienes reclaman, exigen ya desde hace semanas la destitución del jefe del Ejército, que es el “hombre fuerte” del régimen. En Egipto, desde hace tres semanas tienen lugar protestas contra el gobierno autoritario del general Sissi. La situación ha afectado la Bolsa de El Cairo. Los tres son países árabes, donde se profesa la religión musulmana. Sumada la mencionada protesta violenta de Irak, hay quienes sostienen que se puede estar gestando una nueva “primavera árabe”, como tuvo lugar ocho años atrás.
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En Europa, tanto el independentismo catalán, como el extremismo ambientalista ponen en marcha protestas que desafían a los gobiernos. Son inminentes las sentencias judiciales a líderes separatistas catalanes acusados de rebelión. En las redes sociales ha irrumpido el colectivo “Tsunami Democratic”, que convocó a resistir las decisiones judiciales y al Estado español. Este movimiento tiene como modelo el de protesta de Hong Kong y ha puesto en alerta a las fuerzas policiales y de seguridad. El líder independentista del Parlamento, Quim Torra, tras conocerse las sentencias, convocaría las protestas desde el balcón de la sede legislativa. El sector más radicalizado del separatismo, liderado por Carlos Puigdemont, estaría impulsando este nuevo movimiento. Simultáneamente, el ala más radicalizada del ambientalismo denominada “Extincion Rebellion” ha convocado protestas en defensa de su causa en 60 ciudades del mundo, la mayoría de ellas europeas, con métodos que se asemejan a los que utiliza el anarquismo, el movimiento contrario a la globalización.
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En América del Sur, protestas violentas precipitadas por el aumento de los combustibles, han puesto al gobierno de Lenin Moreno al borde de la desestabilización. Tuvieron lugar huelgas de transporte, acompañadas de marchas violentas, siendo detenidos centenares de manifestantes y dictando el Ejecutivo el “estado de excepción”. Luego las tribus indígenas, reunidas en una Confederación -cuyas movilizaciones en el pasado produjeron la caída de dos gobiernos electos, los de Bucaram y Gutiérrez- iniciaron una marcha sobre la capital (Quito) mientras tenían lugar saqueos en distintos lugares del país. El Presidente -cuya popularidad ha caído debajo del 30%- decidió trasladar el gobierno a otra ciudad (Guayaquil) y se mostró rodeado por los mandos de las Fuerzas Armadas que lo respaldan. Los indígenas atacaron la sede del parlamento. El presidente Moreno denunció que se está desarrollando un plan para desestabilizarlo, liderado por el ex presidente Correa -prófugo de la justicia ecuatoriana en Bélgica- apoyado por el régimen venezolano. La OEA y siete países del “Grupo de Lima” (Brasil, Argentina, Colombia, Perú, Paraguay, Guatemala y el Salvador) que reconoce al gobierno de Guaidó, respaldaron a Moreno y denunciaron la acción desestabilizadora del Chavismo.
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En conclusión: tienen lugar fuertes protestas en las calles en forma simultánea en países de Asia, Medio Oriente, África, Europa y América Latina; si bien cada una de ellas tienen su génesis y circunstancias particulares, no por ello dejan de conformar un fenómeno político global; las redes sociales juegan un rol y es así como el separatismo catalán radicalizado, se inspira en el movimiento pro-democracia de Hong Kong en la preparación de nuevas acciones; a mayor participación democrática y reclamos contra la corrupción, la desigualdad y el desempleo aparecen como constantes comunes, con la excepción de Europa, donde el ambientalismo es relevante y esto plantea un desafío para gobiernos autoritarios, pero también amenaza de desestabilización para gobiernos electos.
mayor participación democrática y reclamos contra la corrupción, la desigualdad y el desempleo, aparecen como constantes comunes de la gran mayoría de las protestas populares que hoy se están produciendo en los más diversos lugares del mundo. Todo esto plantea un desafío para los gobiernos autoritarios pero también plantea amenazas de desestabilización para los gobiernos electos.
