El resultado fue casi predecible. Eran cuatro comunas gobernadas por el PJ las que iban a las urnas: Lavalle, San Martín, Tunuyán y San Rafael, para elegir intendente y concejales. Buscaban la reelección cuatro dirigentes de peso en el esquema del peronismo mendocino. El clima electoral venía siendo favorable al peronismo, porque en los cuatro departamentos había ganado las primarias del 28 de abril y sobre todo después de la primaria nacional del 11 de agosto pasado, en la que Alberto Fernández había ganado en Mendoza.
Pero había lugar para una sorpresa. Tres de los cuatro intendentes lograron su reelección: Roberto Righi en Lavalle, Martín Aveiro en Tunuyán y Emir Félix en San Rafael. Pero el cuarto, Jorge Giménez, no logró otros cuatro años de mandato, a pesar del apoyo nacional y provincial que obtuvo, hasta la fórmula nacional estuvo en San Martín, primero Alberto y luego Cristina Fernández presentando su libro Sinceramente.
En el este festejó Cambia Mendoza, dónde el pediatra Raúl Rufeil logró desbancar a uno de los jefes comunales de más larga permanencia: Giménez completará 16 años de gobierno en San Martín.
El tiempo de permanencia en la intendencia atravesó toda la campaña. Es que el gobernador Alfredo Cornejo había agitado el debate por las reelecciones de los jefes comunales al promulgar una enmienda constitucional para limitar los mandatos.
La medida desató una batalla judicial y también adelantó el proceso electoral. Los cuatro intendentes que ayer buscaban su reelección fueron a la Justicia pidiendo la inconstitucionalidad de la enmienda y, de paso, desdoblaron la elección de cargos municipales de los nacionales.
Por eso ayer los vecinos de las cuatro comunas fueron a votar y al final del año tendrán dos elecciones más que el resto de los mendocinos.
La Suprema Corte fue salomónica en sus dos decisiones: por un lado, le permitió a los intendentes que compitieran por última vez, pero dijo que la enmienda es constitucional, por lo que en 2023 no podrán ir por otro mandato.
Este debate por las reelecciones enrareció el proceso electoral. De hecho, ayer Cornejo, cuando festejó junto a Rufeil la victoria en San Martín, recordó el tema: "la alternancia hay que construirla y es dificultoso cuando hay elecciones indefinidas. Pero no es imposible".
Todos los pronósticos se cumplieron, excepto en San Martín. En los otros departamentos, se venía verificando la ola peronista: el frente Elegí (sello con la coalición liderada por el PJ compite en los comicios mendocinos) y el Frente de Todos (encabezado por los Fernández) ganaron en cada una de las tres fechas electorales que se realizaron en esos territorios. E incluso sumaron más votos en este comicio.
En la PASO de abril, Aveiro había sido el gran ganador, cuando obtuvo casi 70% de los votos; ayer el intendente de Tunuyán superó ese caudal de votos y llegó al 73%. Righi había obtenido 56%; ayer el cacique comunal sacó 62%. Lo mismo aplicó para Félix, quien había ganado con 55%; ayer alcanzó 59%.
En San Martín, las usinas radicales daban por perdida esa comuna, junto a las otras tres, a pesar de que en las tres campañas electorales que se desarrollaron en la comuna el gobernador Cornejo y los candidatos a la gobernación de Cambia Mendoza Rodolfo Suárez y Mario Abed hicieron foco en ese departamento, en busca de un milagro.
Claro que la presencia del Gobierno y de los candidatos de Cambia Mendoza puede no tener los efectos deseados; de hecho Cornejo, Suárez y Abed fueron mucho a San Rafael, buscando descontar votos y Félix sacó más que en abril.
Giménez venía golpeado. En la primaria departamental había sido el candidato más votado, con 32 y había tenido un adversario interno, Cristian Etem, que sacó el 22%. Rufeil, había sumado 29%
El otro antecedente que tenía el radicalismo para sostener la esperanza en San Martín era que en la PASO del 9 de junio, los precandidatos a la gobernación de Cambia Mendoza Suárez y Omar de Marchi, sumados, sacaron más votos que los precandidatos del Frente Elegí, 44% a 38%.
Ayer Rufeil le sacó 8 puntos de diferencia a Giménez.
Al parecer, la hipótesis de Cornejo, de que los mendocinos diferencian entre elecciones departamentales, provinciales y nacionales, en San Martín se cumplió.
Desde 1987, cuando Herminio Sánchez terminó su mandato, que no hay un radical en el sillón de esa comuna.
La esperanza bajo un manto de silencio
La esperanza era guardada bajo el manto de silencio. Nadie quería quemar la chance.
Las mediciones radicales les daban parejas. Más aún, en la siesta, las proyecciones de las "mesas testigo" le daban a Raúl Rufeil una victoria de dos puntos por encima de Jorge Giménez. Pero la prudencia primaba en el comando de Cambia Mendoza. No sabían si esos números podrían estar relativizados por el "error muestral".
Finalmente hubo festejo. El comité radical de calle Alem de la Ciudad de Mendoza abrió sus puertas para recibir al ganador en San Martín. Los anfitriones fueron el gobernador Alfredo Cornejo y el candidato a sucederlo Rodolfo Suárez.
Allí Cornejo recordó la enmienda constitucional avalada por la Suprema Corte mendocina que limita las reelecciones de los caciques comunales: "A partir de ahora Mendoza tiene institucionalidad más fuerte porque va a permitir mayores alternancias".
Luego, valoró la campaña realizada por Cambia Mendoza para ganar en la comuna del Este.Allí hubo una fuerte presencia del intendente de Junín y candidato a vice Mario Abed, quien tienen buena imagen en la región. “A pesar de lo que cuesta construir una alternancia, en San Martín, nuestro equipo, el que representa Suárez y Abed, logró construir una alternancia con el doctor Raul Rufeil”.
Luego ensalzó al intendente electo: "no me cabe la menor duda que será un gran intendente. Sensibilidad como la que hay que tener en la gestión municipal. Tiene capacidad de administración y tiene un coraje a prueba de todo. Le deseamos lo mejor".
