Unas diez mil personas participaron ayer de la movilización y posterior acto convocados por el SUTE en la explanada de la Casa de Gobierno, en reclamo de una mejor propuesta salarial para los docentes, en lo que fue el corolario de la primera jornada de las tres de paro dispuestas por el gremio.
La marcha, encabezada por las principales autoridades de ese sindicato y del Sadop, fue el punto culminante de las premisas impuestas por los maestros en los plenarios, donde también votaron la huelga que tuvo similar contundencia ya que, según el SUTE, alcanzó al 97% en las escuelas públicas mientras que en las privadas también logró alto acatamiento.
El gran número de participantes y los ánimos caldeados por la falta de resolución del conflicto provocaron no sólo que las consignas se fueran endureciendo sino que también los discursos se enardecieran, llegando a solicitar la renuncia de la directora general de Escuelas, María Inés Abrile de Vollmer.
Desde el Gobierno, en tanto, el silencio fue el denominador común y sólo el coordinador paritario, Mauricio Guzmán, fue quien atendió a la prensa para ratificar que la propuesta "no se mueve" y que si bien no se apelará aún a la conciliación obligatoria, sí se descontarán los días a los educadores que no asistan a sus trabajos.
"No soy electrodoméstico"
La masiva movilización ocupó unas nueve cuadras de largo durante su marcha por las calles citadinas, con la tradicional bandera utilizada por el SUTE, de 400 metros de largo, y con miles de docentes entonando diversos cánticos, en su mayoría atacando al Gobierno, y elevando carteles, algunos muy creativos como ése que rezaba: "No soy un electrodoméstico, no me pueden pagar en cuotas", en referencia a la última propuesta hecha por el Ejecutivo, de un 26% de incremento salarial pagadero en dos etapas.
"Por un salario igual a la canasta familiar", cantaban algunos enfáticamente, mientras otros gritaban "paso, paso, paso, se viene el Mendozazo", rememorando el movimiento de principios de los ?70 que fue iniciado también por los docentes.
Es que todos los asistentes coincidieron no sólo en la contundencia sino también en que la situación amerita una alta participación. "Pocas veces vi tanta gente en una movilización docente", se animó a decir una veterana empleada de la Casa de Gobierno.
"Realmente son muchos afuera", dijo un policía que custodiaba los pasillos de la Dirección General de Escuelas absolutamente vacíos dado que "se fueron a la movilización", tal como informó. Entre los carteles del gentío se podía leer "Administrativos de la DGE presentes".
La unidad de los trabajadores
Otra de las consignas que quisieron mostrar los gremialistas fue la de un sindicato unido, más allá de la fuerte interna que hoy atraviesan, de cara a las elecciones de junio que tienen enfrentadas a la lista celeste conductora con otras agrupaciones.
"Después de cuatro meses en paritarias dicen que peleamos por la interna, pero lo que hacen es trasladar el problema que tienen adentro hacia afuera", dijo Guevara en su discurso, aludiendo a los diversos problemas que hoy enfrenta la gestión de Francisco Pérez. "¿Acaso los problemas de infraestructura, de escuelas sin siquiera pupitres se deben a la interna del sindicato?", se preguntó.
Pero no deja de ser cierto que en el SUTE las aguas tampoco están tranquilas. Las agrupaciones opositoras acompañaron la movilización pero con consignas diferentes, como el pedido concreto de mejora salarial de 50% o banderas pidiendo "por un sindicato independiente del Gobierno".
En razón de esto, tal vez sí tenga razón el Gobierno cuando achaca al gremio su fuerte protesta en el marco electoral interno. Pero lo cierto es que esa motivación extra hizo que Guevara endureciera su discurso contra funcionarios, como Guzmán, de quien dijo que "debería pedir disculpas por las mentiras que dijo". También la emprendió contra la mismísima Abrile de Vollmer, a quien le pidió la dimisión. "Por el fracaso de las negociaciones salariales debería renunciar", justificó el sindicalista, al tiempo que resaltó: "Estamos dando la primera clase que tiene que aprender este Gobierno y es cómo defender la dignidad del trabajo", lo que generó un cerrado aplauso.