Por diferentes circunstancias, el paso a Chile sigue siendo motivo de preocupación. En ocasiones como las actuales, como consecuencia de las intensas nevadas, la inquietud se centra en los problemas que se generan en la ruta en sí misma y en las demoras que se producen en las tareas de limpieza, tanto desde uno como del otro lado de la cordillera.
Son circunstancias que responden a fenómenos naturales en los que las decisiones de los hombres tienen poco que modificar, más allá de la celeridad en los trabajos de limpieza del camino o de la tecnología utilizada. Sin embargo, los problemas se mantienen también en épocas en que la nieve ya no genera inconvenientes y es allí cuando las autoridades, de uno y de otro país, tienen la responsabilidad de alcanzar acuerdos que permitan agilizar el tránsito en el paso fronterizo.
En numerosas oportunidades nuestro diario se ha hecho eco de los reclamos surgidos de los miles de turistas que deben esperar muchas horas para poder realizar las tramitaciones, tanto en la aduana de Horcones como en Los Libertadores. Los dos complejos fronterizos se encuentran erigidos en plena montaña, donde las condiciones climáticas no son las más favorables, aún en la temporada estival. Además, ninguna de las dos construcciones cuentan con los servicios mínimos, como sanitarios, para cubrir las necesidades de los miles de turistas.
En los últimos años se han multiplicado las reuniones entre las autoridades de los dos países en la búsqueda de soluciones. Luego de decenas de deliberaciones, se decidió realizar los trámites, hacia Chile, en Los Libertadores y, desde ese país hacia la Argentina, en Horcones. Pero en los dos lugares hay que realizar una doble tramitación, algo incomprensible cuando las posibilidades de la informática actual permiten acelerar geométricamente la tarea de los funcionarios encargados del control.
Pero el problema no sólo afecta a los viajeros en automóviles. Una reciente nota de un suplemento especializado permitió conocer que los inconvenientes también recaen sobre el transporte de cargas.
Según se indica, cuanto menor es el tiempo muerto de un camión, las empresas del sector pueden disminuir los costos adicionales, lograr mayor rentabilidad y ampliar las posibilidades de brindar un mayor servicio. Los transportistas también deben realizar una doble tramitación aduanera y sugieren, a modo de propuesta, que se pueda realizar aduana en Uspallata, en el tránsito hacia Chile y en el puerto terrestre de Los Andes, desde Chile hacia la Argentina, recordando que actualmente son entre 700 y 800 camiones por día los que operan en el tránsito internacional.
El tema ya ha sido planteado a nivel nacional y se han profundizado las reuniones entre funcionarios del Ejecutivo con sus pares de países vecinos en razón de que situaciones similares se viven en la frontera con Brasil -donde la situación se facilita por la mayor cantidad de pasos- o en el límite con Paraguay, a través del puente Encarnación-Posadas.
Mendoza, que por su condición de provincia limítrofe es la que sufre con mayor profundidad los problemas planteados, debe insistir en la búsqueda de soluciones para facilitar el tránsito en el corredor internacional y esencialmente en la aceleración de los trámites aduaneros.
Es el momento oportuno para hacerlo por el hecho de que, por tratarse de la temporada invernal, el paso de vehículos disminuye sustancialmente. Ello permitirá dialogar, encontrar acuerdos y trabajar con mayor tranquilidad en vez de actuar con los problemas encima, como suele suceder cuando el flujo de vehículos colapsa los sistemas, tal cual ha venido sucediendo.
