El municipio de Maipú está empeñado en reducir las enfermedades comunes que se derivan del uso recreacional de piletas y natatorios.
Por aplicación de un convenio entre la cátedra de Zootecnia de la Facultad de Ciencias Agrarias y el Laboratorio Bromatológico y Microbiológico del municipio de Maipú, se puso en marcha una acción orientada a la recuperación del agua que se utiliza en espacios públicos y en ambientes privados.
Este trabajo se está extendiendo a la comunidad para que los usuarios domiciliarios puedan, desde sus hábitos cotidianos, preservar el recurso del imprescindible elemento.
Por todas estas acciones, se consiguió que en 12 natatorios oficiales y privados de su jurisdicción, se redujeran patologías como otitis, conjuntivitis y afecciones a la piel, muy comunes de ser padecidas por la población infantil en las temporadas veraniegas, según los informes del municipio.
"A partir del control de piscinas públicas y privadas, mejoró sustancialmente la calidad de esos escenarios, al punto que desde hace por lo menos 3 años ya disponemos de piletas sin contaminación microbiana", explicaron la bromatóloga Silvana Marchesi y Roberto Paredes, ambos del laboratorio municipal.
Lo primero que hizo la comuna maipucina fue detectar las falencias de infraestructura de las piletas, a las que se emplazó a hacer cierres perimetrales, demarcaciones de profundidad, colocación de duchas y disponer de guardavidas, entre otras modificaciones".
Seguidamente se gestó un convenio con la Facultad de Ciencias Agrarias, cuya cátedra de Zootecnia realizó una investigación de determinación de parásitos en aguas de uso recreacional, a juicio de los municipales, inédito en la provincia.
Por aplicación de esas mediciones y una correcta cloración del líquido de esos ambientes, Marchesi y Paredes revelaron que desapareció la existencia de parásitos comunes en el agua, como los denominados científicamente: Giordia y Crystosparidiun.
También las recomendaciones de cloración, lavado de pies e instalación de pequeñas duchas en los natatorios, se extendieron al entorno privado.
"Con estas prevenciones, en muchos hogares el agua en las piletas dura más tiempo y recién se repone a los 15 días o al mes de haber sido llenadas. Antes, la falta de higiene y cuidado en la limpieza generaban un uso excesivo y el agua que se desperdiciaba sumaba grandes volúmenes", comentó Marchesi.
El objetivo es reducir la utilización y desperdicio de agua de piscinas domiciliarias, con un tratamiento que cualquier vecino puede realizar con un costo reducido. De esta manera, se evita la descomposición y el recambio en el corto plazo.