Buscando reactivar la llama de la pareja, un hombre contrató un "gigoló" para que mantuviera relaciones sexuales con su mujer pero el plan no salió como esperaba y ahora enfrenta una condena por agresión.
El hecho ocurrió en la madrugada del 4 de enero del 2017 en un hotel de la avenida de Marín en el municipio de Cangas, em Pontevedra, España. Al plan de "regalarle" un momento de placer a su esposa, y después de beber bastante, el marido quiso sumarse a la práctica sexual, ella se lo impidió y el hombre no reaccionó de la mejor manera ya que, furioso, le propinó un golpe de puño en el rosto ocasionándole lesiones en la nariz.
Medios españoles replicaron que la Audiencia de Pontevedra acaba de confirmar los seis meses de prisión al marido, como autor de un delito de lesiones leves en el ámbito de la violencia contra la mujer con el atenuante de intoxicación etílica.
Los magistrados mantienen la prohibición de que el ahora condenado no pueda aproximarse a menos de 200 metros de su esposa durante un año y medio. Además la justicia le privó el derecho a la tenencia y portación de armas.
La versión del "gigoló" establece que aquella madrugada se encontraban en la habitación del hotel la pareja y él. El trabajador sexual agregó que el acusado estuvo ingiriendo bebidas alcohólicas y cuando quiso sumarse a la relación, la mujer se lo impidió. En ese momento se produjo agresión y como consecuencia la víctima sufrió una gran hemorragia nasal y un hematoma en el entorno del ojo izquierdo, por lo que tuvo que ser asistida en un centro de salud.
Si bien la esposa del victimario no quiso declarar en contra de su pareja, el parte médico se utilizó como prueba para argumentar la condena.
De igual modo, se tuvo en cuenta la declaración de una amiga con la que la agredida se cruzó mensajes donde reconocía que su marido le había pegado, llegando a decirle que le había roto la nariz.
También se alude a la inspección ocular que llevaron a cabo los investigadores en la habitación del hotel, localizando restos de sangre en la ropa de cama, la vestimenta de los tres involucrados en el hecho y un charco de sangre en el baño.