La puja entre el Gobierno y el campo no está saldada. Ayer, el presiente Alberto Fernández dio por finalizado el diferendo por las retenciones. E incluso agradeció a la Mesa de Enlace por haber "aceptado" la suba de la alícuota para los grandes productores. Pero la Sociedad Rural le salió al cruce. Dijo que no se acordó nada, aclaró que no están descartadas las medidas de fuerza y mostró su "enojo".
El nuevo capítulo de esta novela que tiene a la presión impositiva en el centro de la escena fue escrito en uno de los eventos empresariales más importantes del año: el almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), en un hotel porteño. Allí estaban los dueños, gerentes y representantes de las más grandes empresas del país.
Hasta allí, en la Recoleta porteña, llegó Fernández, acompañado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; el canciller, Felipe Solá; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el diputado nacional y uno de los líderes de La Cámpora, Andrés Larroque, entre otros.
Ni bien llegaron, Pelegrina intentó dialogar con ellos. Primero encaró a Cafiero y Beliz. Les pidió que convenzan a Fernández de tener una reunión mano a mano con la Mesa de Enlace esta misma semana. Los funcionarios, algo nerviosos, sonrieron y sólo se comprometieron a mantener el mejor nivel de diálogo posible.
Lo mismo había sucedido en diciembre. El Gobierno le prometió a la Mesa de Enlace que no tomaría decisiones sin discutirlas antes. Y luego sorprendió con una "actualización" de las retenciones: en los hechos, aumentó la presión impositiva. Por ello, Pelegrina fue en busca de Fernández y le pidió personalmente que los atienda.
“Vamos a seguir hablando, quedate tranquilo. Yo más que nadie quiero que el campo crezca”, le respondió Fernández. Y coincidieron entre ambos en que la discusión no se acotaba a las retenciones. El Presidente ya instruyó al Banco Nación a que elabore una línea de crédito específica para el sector agropecuario, con tasas más blandas para las economías regionales. Eduardo Hecker, presidente del banco más grande del país, convocó a la Mesa de Enlace a una reunión para la semana que viene.
Además, Pelegrina y sus colegas Carlos Iannizzotto (Coninagro), Jorge Chemes (CRA) y Carlos Achettoni (Federación Agraria) quienes discutir con Kulfas el diferencial del dólar, dado que lo perciben en torno a 50 pesos (por las retenciones) y lo pagan 64 pesos cuando van a comprar insumos para la próxima siembra.
Lomo y vino blanco
Tras una recepción cordial, de abrazos protocolares y risas nerviosas por parte de la junta directiva del Cicyp que lidera el industrial saliente Daniel Funes de Rioja, Fernández subió al escenario. Retó a los industriales por la sostenida suba de precios de los alimentos. Y dio por enterrado el conflicto de su gestión con el campo.
Señaló todas las dificultades que tiene la economía y cuestionó elípticamente a los hombres de negocios por su apoyo al plan económico del macrismo. Dijo que el endeudamiento y la inflación récord es "increíble, incomprensible e inadmisible que haya pasado". Prometió que no se desbocará el déficit fiscal, y aseguró que se impulsará el mercado interno para que aumente la demanda y las empresas puedan vender más.
“Ahora queda el desafío de crecer”, dijo. Y señaló que para eso está trabajando su Gobierno, que va “resolviendo problemas” y puso como ejemplo el tema agropecuario. “Valoro mucho que las asociaciones del campo hayan aceptado y tomado bien la propuesta que hicimos cuando les pedimos subir retenciones a uno de 25 cultivos suban. Hemos demostrado que dialogando podemos hacer las cosas bien. Y como lo hicimos con el campo también tenemos que hacerlo con la industria y el sector financiero”.
Fernández se sentó a la mesa para degustar un lomo de ternera grillado acompañado por un vino chardonnay junto a Funes de Rioja, Pelegrina, Miguel Acevedo (UIA), Eduardo Eurnekian (Comercio), Julio Crivelli (Construcción), Javier Bolzico (Bancos) y Eduardo Macchiavello (Farmacéuticos), entre otros. El de la Sociedad Rural transcurrió el almuerzo con gestos adustos, con cierta molestia por el contexto.
Al salir, Pelegrina fue abordado por la prensa. ¿Cómo le cayó que el presidente haya dado por cerrado el conflicto?, se le consultó. "¡No! Nosotros no acordamos nada. La propuesta de la Mesa de Enlace es muy clara: hay que eliminar las retenciones. El único camino es ese. Hay que reemplazarlo por algo más progresivo como el impuesto a las Ganancias, que además es coparticipable", dijo.
Para el presidente de la Sociedad Rural, el diálogo es "bienvenido" y destacó que el Gobierno haya dado la posibilidad de "sugerir cuáles eran los sectores más comprometidos y que necesitan un apoyo mayor, y de aquellos que están mejor".
Pero Pelegrina fue enfática con que el conflicto no ha finalizado. "El tema no está terminado, de ninguna manera. El martes aclaramos que íbamos a ir a las bases para consultar y evaluar lo anunciado, para ver cómo seguiremos y qué medidas tomaremos. Hay algunas decisiones oficiales que apuntan a descomprimir la situación. Pero insisto, no hay acuerdo. El campo está en estado deliberativo, enojado y disgustado, pero siempre buscando solucionar el conflicto", dijo.
Antes de irse, Fernández pidió que se debata todo, pero sin conflicto. Y agregó: "Frenamos el colectivo al borde del precipicio, no juguemos más con fuego".
Fuerte amenaza a la industria alimenticia
Cara a cara, el presidente Alberto Fernández les exigió ayer a los empresarios industriales y comerciales que frenen las subas de precios de los alimentos, porque –dijo- "no tienen una lógica", dado que las variables que les inciden en los costos están "frenadas".
Tras dar por finalizado el conflicto con el campo, Fernández afirmó que ahora quiere discutir con el sector financiero (los bancos) y con los empresarios de la producción, distribución y comercialización de los alimentos.
Fue en el almuerzo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), en un hotel porteño. Lo escuchaban los dueños, gerentes y representantes de las más grandes empresas del país.
El jefe de Estado está enojado porque en enero mientras que la inflación general fue del 2,3%, los precios de los alimentos y bebidas sin alcohol escalaron 4,7. En el año, los guarismos fueron de 52,9% y 58,8%, respectivamente.
Si bien agradeció a la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL) y a las entidades del campo por sumarse a la iniciativa "Argentina contra el Hambre", disparó contra los llamados "formadores de precios".
Dijo que para generar crecimiento económico y reducir la inflación, el Gobierno necesita de los empresarios. “Y lo que necesito es industriales comprometidos con la Argentina, no solo con los resultados de sus empresas. ¿Por qué digo esto? Porque el sector alimenticio tiene que hacer una revisión de lo que está pasando”, dijo.
Remarcó que el Gobierno ha ayudado congelando tarifas y combustibles, y abriendo el crédito. "No es posible que con todo eso los precios sigan subiendo. Y en esto voy a serles franco: voy a ser implacable. Porque no estoy defendiendo a un gobierno, sino a los consumidores", advirtió.
"Eso tiene que parar, no tiene lógica", continuó. Y agregó: "Vamos a ser inflexibles con todo esto". Consideró que los aumentos son "preventivos" porque hay expectativas negativas infundadas. Y concluyó: "Frenamos el colectivo al borde del precipicio, no juguemos más con fuego y hagamos las cosas bien".