Hay tres reglas básicas en el contouring; aplicar el tono más claro en las zonas a resaltar; el tono oscuro a las zonas que quieras disimular y, por último, difuminar a la perfección para conseguir un acabado natural. Para realizarlo es fundamental contar con una paleta de maquillaje esculpidora y una brocha de fibra. Cada tipo de cara tiene sus particularidades.
Cara alargada
El tono más claro va debajo de tus ojos en forma de triángulo invertido; después, aplicá el tono oscuro a lo largo de toda la línea de crecimiento del pelo.
Cara Cuadrada
Aplicá el tono oscuro en tus sienes, en la zona encima de la mandíbula y en tus mejillas; después, hacé lo mismo con el claro pero debajo de tus ojos y del arco inferior de tus cejas y en el centro de la barbilla.
Cara Rectangular
Utilizá el tono oscuro por toda la línea de las mandíbulas y descendé ligeramente hacia las sienes, también debajo de los pómulos con un trazo grueso y con otro en la línea de la mandíbula. Dibujá un círculo en el centro de tu barbilla y un triángulo invertido debajo de tus ojos con el tono claro.
Cara Triangular
El tono oscuro va en la parte superior de la frente. Después dibujá un círculo en el centro de tu barbilla y encima de la mandíbula.
Cara Diamante
Aplicá el tono más claro en el centro de tu frente y la barbilla y, además, debajo de tus ojos en forma de triángulo invertido. Después, marca tus pómulos con el tono más oscuro con una línea debajo de tus mejillas.
Cara Redonda
Hacé un trazo vertical del tono oscuro que recorra los laterales de tu frente, las sienes, rodee tus pómulos y termine en los surcos nasogenianos. Ahora sólo te queda dibujar un círculo en el centro de tu frente, en un triángulo invertido debajo de tus ojos y un óvalo tumbado en el centro de la barbilla.
Asesoró Almacén de Fragancias
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