Una discusión entre Genaro Fortunato (25) y Julieta Silva (30), originada en el interior del bar Mona, habría tenido su continuidad a la salida, sobre las calles Yrigoyen y El Chañaral.
Hasta ahí un hecho común y que no debería tener otra trascendencia y mucho menos implicancia policial. Sin embargo, en esta oportunidad el caso tuvo un desenlace trágico. El auto Fiat Idea, al mando de la mujer, atropelló, una o dos veces, al joven, que como consecuencia de ello murió.
Hoy la mujer continúa internada, bajo custodia policial, en el área de salud del hospital Teodoro Schestakow, mientras que los restos del jugador de rugby del Club Belgrano, que fueron velados desde el medio día hasta la noche del sábado y después, por disposición judicial, quedaron en depósito hasta que se autorice su cremación.
Por su parte la fiscal Andrea Rossi, si bien mantiene la calificación original de "averiguación homicidio", trascendió que trabaja sobre varias hipótesis, algunas de las cuales, se apoyaría en el testimonio de una persona que, a esa hora de la madrugada, cumplía su tarea como cuida coche, en el lugar y considerado por muchos como el testigo "clave".
Las opciones para ponerle punto final, en esta etapa de la instrucción, son: calificar el caso en un accidente, lo que se traduce en homicidio culposo con dolo eventual, mientras que en el otro extremo, considerar que hubo intencionalidad en el accionar y así la carátula podría ser la de homicidio simple.
Dos posibilidades que para la mujer, separada y madre de dos hijos, juegan tanto a favor como en contra.